"Me gustan mucho las bandas que no se limitan a repetir el mismo disco una y otra vez"
Por: Kepa Arbizu
Por: Kepa Arbizu
Una alta exposición a la bebida que da nombre a este conjunto gaditano produciría un estado de embriaguez y ensoñación que en cierto sentido se asemeja al sonido que irradia la banda. Claro que a esa ecuación hay que añadir la potencia y energía, logrando una mixtura a la que llegan de una manera cada vez más atractiva y perfeccionada por medio de un hard rock clásico que sin embargo sigue alimentándose de connotaciones que derivan de la psicodelia, lo progresivo o el rock típicamente andaluz. Elementos suficientemente relevantes para que su destilación, unidos a una lírica que roza lo críptico, no produzca una clara adicción hacia su espectacular nuevo disco, "Fuente Vieja", que se postula como una de las propuestas más especiales y llamativas. Hablamos con uno de los hermanos Guerrero que vehiculan esta formación, el guitarra y cantante Raúl, para conocer más en profundidad todo lo que rodea a este power trío y su producción.
Con este "Fuente Vieja", vuestro tercer disco, continuáis evolucionando hacia una manifestación más densa -con mayor presencia de la psicodelia e incluso lo progresivo- de un hard rock clásico. ¿Sentís que ese es el lugar que describe mejor la vocación del grupo?
Raúl Guerrero: Sí, aunque el enfoque de las canciones en los inicios de la banda fuese algo diferente, tampoco estaban encorsetadas alrededor de un género específico. La evolución ha sido completamente natural. Creo que el disco anterior a éste, "Devastación", fue el que nos marcó el camino a seguir. No porque hayamos intentado hacer algo parecido, más bien todo lo contrario, vimos que éramos capaces de hacer música muy expansiva y con muchos pasajes diferentes, pero teniendo siempre presente que el concepto de canción como tal no se nos puede ir de las manos.
Otro elemento que cada vez se va estableciendo con mayor representatividad en la banda es ese rock típicamente andaluz hecho en los setenta..
Raúl Guerrero: Es posible, hemos crecido escuchando la música de la tierra y es algo inevitable. Aunque nunca hemos sentido que estuviésemos haciendo un disco, ni siquiera alguna canción, de marcado acento andaluz. Nos gusta el rock andaluz, por supuesto, pero no más ni menos que el Thrash, el progresivo de los setenta, el Hard Rock de guitarras a lo Thin Lizzy o Ufo, o el rock de la primera mitad de los 90.
Lo que sí es claro es que cada uno de vuestros discos ofrece un perfil distintivo de la banda, ¿se trata de destacar cada vez una cara o es la evidencia de que estáis en continua evolución?
Raúl Guerrero: Creo que se trata una evolución evidente. Con "Fango" no teníamos un referente claro a la hora de componerlo, admirábamos a las mismas bandas que admiramos hoy, pero lo expresábamos de manera diferente. Tampoco creo que haya tanta diferencia entre los discos, estilísticamente hablando. Pero creo que eso que tú comentas es algo bueno, personalmente me gustan mucho las bandas que no se limitan a repetir el mismo disco una y otra vez. Desde Alice Cooper o Led Zeppelin, pasando por Alice In Chains, Motorpsycho o Soulbreaker Company. Son capaces de sonar a ellos mismos pero mutando en cada disco.
Creo que uno de los temas que escenifica esa diversidad de ritmos que acumula Bourbon es "La triste realidad", toda una explosión musical...
Raúl Guerrero: Salió muy fácil, diría que en un par de ensayos la tuvimos, al menos la música. El riff inicial es bastante sencillo y sí que tiene cierta cadencia andaluza, aunque yo siempre la imaginé muy funky. Luego en la parte central sí que repetimos un patrón que solemos usar en algunas canciones, que es como meter una canción dentro de otra, pero siempre pensadas para una misma composición. Nunca hemos compuesto de retales, nunca nos funciona.
Cuando uno se sumerge en un sonido como éste, algo más enrevesado y complejo, ¿tiende en algún momento a echar el freno para no meterse en un ambiente demasiado opaco?
Raúl Guerrero: No estamos tan metidos en el kraut o la psicodelia dura para que nos hayamos visto en esa tesitura. Nunca al terminar de componer un tema hemos pensado: ¡joder, vaya cosa más rara de canción! Al contrario, fluyen de manera natural, las melodías de voz son casi poperas, y todos los solos se pueden silbar. Al enfrentarse a un tema donde la música nos pide dejarnos llevar, creo que nos miramos más en Allman Brothers o Grand Funk que en el progresivo puro y duro.
Escuchando estas nuevas canciones uno tiende a pensar que el concepto de la improvisación tiene mucho peso en su elaboración. No sé si es tanto así o en verdad está todo mucho más medido…
Raúl Guerrero: En las partes instrumentales sí que tiene peso la improvisación, rollo “sigamos a ver que sale”, pero el esqueleto de la canción suele estar bastante definido. En "Destierro" o "Fuente Vieja" todo gira alrededor de las partes cantadas, aunque después los pasajes musicales se desarrollen y te lleven a sitios diferentes. Creo que nunca hemos hecho un tema a partir de una jam, hemos hecho partes de canciones, pero siempre con algo conciso como premisa para improvisar. Personalmente me encanta improvisar, es lo que más me gusta de tocar la guitarra, pero no somos Earthless, somos otra cosa más concreta creo yo.
Musicalmente, pero también por sus letras e incluso su portada, el disco transmite un tono onírico, místico, casi con forma de fábula, ¿era una idea preconcebida que transmitiera esa sensación?
Raúl Guerrero: No ha sido premeditado. De hecho, la temática de las letras es algo que no nos planteamos hasta el final de la composición.
Pero un tipo de letras así, que se expresan de forma críptica, ¿persiguen establecer un juego, un reto, con el oyente o resultan una cierta manera de esconderse tras ellas y no mostrarse de manera tan "desnuda"?
Raúl Guerrero: Tiene un poco de cada cosa. Por un parte nos gusta que las letras no tengan un significado evidente. Intento, que aunque las letras evidentemente no sean de Premio Nobel, no tenga que cantar ninguna gilipollez durante años. No me gustan las letras que se muestran demasiado obvias, me pueden llegar a cansar, me gusta que tengan un aire de misterio, y aparte me gusta el misterio como tal, lo cual hace que las letras al final se reflejen bastante oscuras y sin moraleja ni veredicto claro.
Por otra parte, todo eso es fruto de que ahora mismo soy incapaz de escribir sobre mí sin imaginarme en un plano más irreal o directamente inventarme situaciones que me lleven a proponer cosas interesantes.
Esa “fuente vieja” a la que hacéis referencia, ¿habla también del origen de donde surge vuestra música y de la que bebéis para luego interpretarla desde vuestra perspectiva?
Raúl Guerrero: Sí, pero Fuente Vieja de todas formas es un lugar real, es una plaza de Sanlúcar de Barrameda. Cuando surgió ese nombre, Álvaro, el batería, nos explicó el doble sentido, por una parte un lugar familiar, y por otro lado una reminiscencia netamente musical.
Seguís formando equipo con el productor Curro Ureba, por mucho que vuestra música vaya evolucionando y tomando mayores matices, ¿ese camino lo entendéis a su lado?
Raúl Guerrero: Completamente, además él en cierta manera es partícipe en esa evolución. Te podría decir que es el mejor productor que hay para Bourbon, pero estaría faltando a la verdad porque nunca hemos tenido a otro. Pero te puedo asegurar que si hay próximo disco lo haremos con él, eso está claro.
El disco lo componen solo siete temas, ¿ese reducido número tiene que ver algo con la naturaleza de estas composiciones y no querer saturar con una duración que resultara excesiva?
Raúl Guerrero: Cuando tuvimos esas siete canciones sentimos que para decir que lo que queríamos decir musicalmente hablando, no nos hacían falta más. Podríamos haber seguido componiendo, pero no era necesario, esas siete iban de la mano y tenían mucha coherencia en su conjunto.
En esta ocasión ha transcurrido un tiempo considerable respecto a vuestro anterior trabajo, ¿habla eso de una mayor dedicación en su proceso?
Raúl Guerrero: Hemos tardado más que en otras ocasiones en acabar de perfilar los temas, puede que todo haya estado más estudiado, pero tampoco creas que ha sido algo demasiado elaborado. Se grabó creo entre marzo y junio, pero perfectamente se podrían haber grabado de septiembre a diciembre de 2017 si las fechas hubiesen cuadrado y hubiésemos apretado los ensayos.
Ya supongo que estaréis establecidos y adaptados como terceto, ¿pero hasta qué punto ese tipo de formación condiciona el sonido del grupo?
Raúl Guerrero: Lo condiciona por completo, un grupo de una o dos guitarras son para mí conceptos completamente distintos. Absolutamente todo se enfoca de otra manera. Al pasar a trío creo que nos hicimos mejores músicos, queríamos ser un trío pero que todo sonara muy abierto, con mucho espacio, siempre teniendo en cuenta el rollo donde nos movemos.
Si metiéramos un teclista también condicionaría, sobre todo a la hora de componer. Cuando en un pasaje de "Fuente Vieja" aparece una parte de teclado nunca está premeditado que aparezca. No componemos pensando en teclado, surge con la canción ya acabada y la conclusión suele ser: “pues aquí molaría un teclado en vez de la guitarra, ya sea un solo o un arreglo".
La historia del rock and roll está llena de grupos formados por hermanos, ¿se trata de un tipo de relación que ayuda a la hora de sacar adelante una banda de música?
Raúl Guerrero: No sabría decirte, siempre hemos tocado juntos y eso que planteas es algo de lo que a lo mejor nos somos conscientes. Es una pregunta difícil de contestar y un tema en el que pocas veces me paro a pensar. Nos entendemos muy bien en lo personal y en lo musical, así que de lujo.