“Nunca nos llegamos a separar del todo porque Yoghourt Daze tuvo una relevancia muy alta en nuestras vidas”
Por: Sergio Iglesias
Por: Sergio Iglesias
"Telémaco" supone el regreso "oficial" de Yoghourt Daze, una de las bandas fundamentales en la escena madrileña de finales de los años 90 y los primeros 2000. Este nuevo EP supone la conclusión de un trabajo conceptual que se inició hace 15 años con "Icarus: Slave Or Free". Tres lustros en los que los miembros de la banda no han llegado a desconectar de la música y un tiempo que les ha servido para pensar mucho cuál debía ser el siguiente paso a dar en una banda que siempre busca la perfección en todo lo que hace. El resultado de ese trabajo es "Telémaco", un EP de cuatro canciones en el que Yoghourt Daze hace una apuesta por la evolución musical y la experimentación, pero sin perder su esencia. Todo esto y mucho más nos lo cuenta en esta extensa entrevista el cantante y guitarrista de Yoghourt Daze, Dan Mathews.
Empecemos hablando de la presentación de “Telémaco” en la Sala Siroco, ¿qué tal fue la vuelta a una sala tan importante para vosotros?
Dan Mathews: Fue una sensación brutal vernos allí presentando disco. Para nosotros, cada concierto que damos lo disfrutamos un montón, porque hemos estado mucho tiempo sin hacerlos y porque tampoco es que ahora estemos dando demasiados.
Disculpa mi ignorancia, pero ¿qué habéis estado haciendo los miembros de Yoghourt Daze durante estos 15 años?
Dan Mathews: Por supuesto que estás disculpado, si hay gente de nuestras familias que casi no sabe lo que hemos estado haciendo en este tiempo (risas). Ahí sí que hay que hablar individualmente de cada uno porque, aunque somos los tres de La Alameda y hemos mantenido el contacto, no hemos estado haciendo cosas juntos. Los tres hemos estado dentro de la música de alguna manera porque yo, aunque estuve tres años un poco “out”, monté el proyecto Dan Mathews para tocar temas acústicos, que era una cosa que ya tenía dentro desde hace muchos años. Jordi siempre ha estado trabajando en el mundo de la música y me ha ayudado mucho a contactar con gente. Datz ha estado tocando con Pereza, con Le Punk… con gente de nuestra zona y amigos, y haciendo mucha jam session, por lo que tampoco ha parado de tocar.
A nivel personal, cada uno ha ido desarrollando su trabajo porque yo, aparte de estar viajando y explorando las opciones de la vida, también he estado dando clases de inglés y eso me ha dado otro recorrido; Datz está en el mundo de la medicina y, a nivel profesional, ha ido creciendo y Jordi ha hecho muchas cosas dentro de la industria musical… así que, salvo Jordi, no hemos estado viviendo de la música, aunque hayamos seguido tocando. No sé si ha sido una respuesta muy larga pero es que me gusta mucho hablar (risas). Sí que es verdad que luego me cuesta contar las cosas concretas, y por eso soy músico (risas), me voy a la abstracción muy rápido y por eso acabo haciendo canciones.
Sin problema… a todos nos gusta mucho hablar (risas); pero siguiendo con la entrevista, en el momento que decidís dejar Yoghourt Daze, hace 15 años, ¿era una decisión definitiva?
Dan Mathews: Es cierto que, cuando te separas, lo tienes que vivir como algo definitivo porque, si no, no eres capaz de dar el paso. Al mismo tiempo, nunca nos habíamos separado del todo porque Yoghourt Daze tuvo una relevancia muy alta en nuestra vida, sobre todo en Jordi y en mí, que teníamos un nivel de compromiso altísimo. Estábamos sacrificando todo lo que conlleva una vida estandarizada y un camino hacia un futuro que sabes que te va a dar unas garantías de bienestar por hacer esta apuesta por Yoghourt Daze. Datz hubo un momento que decidió dejarlo y fue una decisión totalmente respetable porque a cada uno le lleva el camino por un lado o por otro. Pero nos dimos cuenta de que Yoghourt Daze es una energía que nace de los tres y eso es algo que también hemos tardado en descubrir, así que, a la hora de retomarlo, teníamos claro que tenía que estar Datz, aunque también tenemos mucho que agradecer a los baterías que han estado con nosotros como “Loza” o Víctor Toribio.
¿Cuál fue el motivo que os llevó a dejarlo después de "Icarus"?
Dan Mathews: “Icarus” se planteó en dos partes y, en un principio, se pensó en dos EPs porque vimos que iba costando sacar largos y en aquel momento queríamos expresar algo inmediatamente. Yo quería hacer un disco conceptual porque eso me permitía contar una historia dentro de las cosas que me interesaban, como era el tema de la mitología, más que hacer canciones sueltas. Al estar creándolo en esa época de nuestra vida, apareció “Icarus” con todo lo que conlleva esa metáfora que hasta me daba pánico cuando lo estaba haciendo… pero es lo que tiene el arte, que tienes que expresarlo caiga quien caiga… y cayó. Cuando llegó el momento en que Víctor decidió dejarlo, nos dolió pero lo entendimos perfectamente, y eso nos permitió cerrar el concepto de “Icarus” y decir “hasta aquí hemos llegado”.
¿Se os quemaron las alas por querer volar demasiado alto?
Dan Mathews: Claro, se quemaron porque también había un exceso de ambición y arrojo, un ansia de libertad que esta realidad, quizá, no permite. Posteriormente, hubo intentos de volver a juntarnos pero yo me había ido tan lejos y quería explorar tantas cosas, que nunca encontraba el momento. Además, esa caída también había sido una cosa mía personal y no podía hacer el otro disco hasta que ese no estuviera resuelto… ¿qué han sido 14 años?, así es la vida. De todas formas, Yoghourt Daze nunca fue un grupo de “un disco al año”, sino que cuando queríamos contar cosas teníamos que hacerlo bien.
¿Y cuáles han sido las motivaciones para volver ahora?
Dan Mathews: Pues mira, recibirás tres versiones diferentes de esto (risas). Como ya he oído la de Jordi te la puedo contar, pero primero te cuento la mía: cuando hice “Icarus” ya sabía que el siguiente se iba a llamar “Telémaco” y que iba a tener algo que ver con Fénix, y también sabía que me iba a llevar mucho tiempo. En un momento dado, empecé a componer y, para mi propia sorpresa, vi que no me estaban saliendo canciones para Dan Mathews, sino que eran cosas más proyectadas hacia afuera, más ansiosas… más Yoghourt Daze, y me di cuenta de que aquéllas eran las canciones de “Telémaco”. Así que lo dejé reposar y empecé a observar lo que me estaba ocurriendo y empecé a sentir la emoción y el vértigo de no poder llevarlo a cabo. Así que llamé a Jordi, que es la mayor máquina de hacer cosas y resistir con paciencia que hay, y me dijo que teníamos que hacerlo siguiendo unos cauces porque no te puedes poner a grabar un disco simplemente porque te gusta crear. Los cauces a seguir eran los siguientes: había que quedar, ver las canciones, ensayar, hacer un bolo para ver que estábamos ahí y, si todo eso va bien, haríamos el disco… y así fue como lo hicimos.
La versión de Jordi es que cada equis tiempo me llamaba y me dejaba caer la posibilidad de juntarnos, tanteando cuando era un buen momento. Cuando apareció Sonorama y tuvimos la posibilidad de tocar con Sobrinus y Superskunk para reivindicar esas bandas de la época, nos pareció una buena excusa para juntarnos y retomar el tema, aunque bien es cierto que ya nos habíamos juntado para hacer El Sol, que fue apoteósico ya que no nos costó nada volver a tocar esas canciones.
Por último, la versión de Datz sería que estaba ahí, que es una persona muy versátil que quiere hacer muchas cosas pero que, con el paso del tiempo, se dio cuenta de que para él también había significado mucho Yoghourt Daze. Así que, cuando recibió nuestra llamada, hubo una conexión y una química que se verificó que era real según entramos en el local.
Al ser “Icarus” un disco conceptual cuya continuación debía ser “Telémaco”, ¿hay canciones en este trabajo que lleven 15 años en tu cabeza?
Dan Mathews: Es difícil de explicar. Eso es así clarísimamente, pero la canción que más pensada tenía fue, curiosamente, la que no llegamos a grabar. Era un tema que yo tenía pensado pero que, al hacerla juntos, nos sirvió para ensayar y para probar como estábamos, pero no cuajó, aunque encajaba en el concepto de lo que estábamos buscando y, de hecho, fue la que dio lugar al resto de temas. Pero en eso, Yoghourt Daze somos muy claros: si una canción no funciona, intentamos darle varias vueltas pero si no conseguimos que encaje, se descarta.
En “Telémaco”, estilísticamente, se mantiene el “sello Yoghourt Daze” pero sin renunciar a la experimentación como podemos ver en “Caterpillar”, con una importante presencia de la electrónica y los sintes…
Dan Mathews: Sí, es una canción que nos emociona a los tres. Realmente, cuando empecé a componer ya usaba sintes en maquetaciones que hacía yo, pero no tenían nada que ver con esto que hemos hecho ahora. Teníamos claro que queríamos avanzar y experimentar porque eso siempre ha sido parte del ADN de Yoghourt Daze aunque luego, en los discos, éramos más “sota caballo y rey” porque necesitábamos tocar tierra ahí… sobre todo yo, porque veía que nadie me entendía (risas) y porque, a la hora de tocar, te gusta hacer cosas de cuando empezabas. Pero bueno, también llevamos muchos años en esto y hemos aprendido mucho y por eso nos hemos animado a hacer algo un poco diferente.
¿Puede ser este uno de los caminos a seguir en el futuro?
Dan Mathews: Sobre todo, Jordi y Datz tienen claro que les encanta ese camino a seguir. En mi caso, tengo claro que, a nivel de producción, me permite llevar a cabo ideas que en otro momento me gustaban pero no las llevaba a cabo porque no las veía para Yoghourt Daze o porque costaba mucho hacerlo. La respuesta como grupo sería que sí que nos gustaría seguir por ese camino porque nos pone eso y, como además, en un concierto de Yoghourt, tralla no va a faltar nunca, ¿por qué no hacerlo?
Después de tantos años fuera de la escena, ¿cómo veis las cosas ahora?
Dan Mathews: Vemos cosas que criticamos duramente, pero como si un grupo de los 70 volviera a los 90 y dijera “éramos mucho más auténticos antes”… lo que criticamos es que toda la rebeldía o el motor de la música se han absorbido mucho más. Yoghourt Daze nunca hemos querido amenizar, sino mover las cosas y vemos que, quizá, se ha perdido eso como intención.
También es verdad que hay cosas que han avanzado mucho… si cuando estábamos nosotros hubiera habido las herramientas o la apertura de mente que hay ahora, quizás habríamos tenido más oportunidades porque yo creo que, en aquella época, la gente no estaba preparada para ciertas cosas. Ahora hay miles de oportunidades, hay muchos festivales, no hay prejuicios a nivel estilístico y las redes te permiten que los fans te encuentren y la gente te pueda seguir sin salir en la radio o en la tele… eso es brutal. Sinceramente, nosotros tenemos el problema de que estamos un poco “out” en todo eso y casi parece que venimos de otro planeta, pero bueno… Yoghourt es lo que es, es un grupo de rebeldía, crítica e interiorización que muchas veces no apetece a la gente.
Yo, personalmente sí que noto como que me falta algo, como si estuvieran pasando cosas y no tuviéramos el control de ello, como si estuviéramos jugando a un juego y pensamos que estamos siendo muy “guays” y realmente no lo estamos siendo tanto… es como una sensación de que todo eso que me surgía a mí, y quizá a otras personas, con 20 años, está siendo absorbido de una manera… a lo mejor ya se han cumplido los sueños y ya no es necesaria la rebeldía, pero yo tengo una sensación como de que nos han tomado el pelo. Nosotros ni venimos ni hemos venido nunca a quejarnos, venimos a contar nuestra historia, que está ahí para que el que quiera indagar o meterse en esas letras lo haga, y yo soy feliz de poder contarlo pero, lo que pase a partir de ahí, no se puede controlar.
Para terminar ¿cuáles son los próximos pasos de Yoghourt Daze? ¿Habéis vuelto para quedaros?
Dan Mathews: El futuro de Yoghourt Daze no lo sabe ni Yoghourt Daze… y quizá no es bueno decirlo así. Nosotros teníamos claro que teníamos que hacer “Telémaco” y, de hecho, cuando lo terminamos de grabar y escuchamos las mezclas supimos que era algo necesario para nosotros y que nos daba la oportunidad de hacer ver a la gente que seguíamos creando y estábamos vivos. Eso es un mensaje muy potente para nosotros individualmente y también para enviar fuera porque, igual que a mí me inspira la gente que hace eso, yo también quiero inspirar a otros porque, lo que te inspira es lo que te da la oportunidad de cambiar hacia algo con lo que ser más tú y eso es un arma muy poderosa. Pero, respondiendo a tu pregunta de cuáles serán los próximos pasos, haremos algunos conciertos de presentación y ya tenemos festivales importantes confirmados para verano y, después de eso, ya veremos qué hacemos. Está claro que ahora estamos súper cómodos tocando juntos y nos gustaría seguir haciendo discos y conciertos; esa es nuestra intención, pero Yoghourt Daze estamos en un punto en el que, como hemos hecho cosas altas a nuestro nivel, todo lo que hagamos no puede ser mediocre, no lo podemos hacer, por nosotros y también por respeto a la gente que nos escucha. Hay un nivel de exigencia muy alto que hay que cumplir y tenemos que ver cómo podemos hacerlo. Pero nuestra intención es seguir proponiendo.