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Nashville Pusy: "Pleased To Eat You"

Por: Txema Mañeru 

No necesitan ya la bendición de Lemmy Kilmister, que les consideraba como "La última gran banda estadounidense de rock and roll", pero viniendo de él y con la música que hacen los Nashville Pussy, siempre queda muy bien para el currículo. Para mí son uno de los cuartetos más canallas y atractivos en directo de todo el r’n’r actual. Claro que todos estos títulos no los han obtenido en la Juan Carlos I sino curtiéndose en mil y un garitos de todos los rincones del mundo y sacando discos que arañan, muerden y se dejan comer, como su séptimo y destacado disco de estudio, "Pleased To Eat You" (earMUSIC / Top Artist Promotion), cuyo título juega con la canción de los Rolling Stones. Sí, es evidente que los Stones, AC/DC, Motörhead o el más agresivo rock sureño están entre sus gustos favoritos. Pero fueron los propios Pussy los que hace años se definieron mejor que nadie diciendo que lo suyo son canciones explosivas, ritmos que te pueden romper los huesos, riffs de heavy metal y actitud punk, pero aderezado todo con un toque de sex appeal. Se les olvidó poner lo de sus ramalazos de crudo southern rock.

Había ganas de nuevas canciones pues "Up The Dosage”" salió hace ya cuatro años y no fue una de sus colecciones de canciones más inspiradas. Lo remediaron al año siguiente con su gran recopilatorio "Ten Years Of Pussy" y ahora demuestran con"Pleased To Eat You" que siguen lozanas y lozanos. También que siguen confiando para su producción con el gran Daniel Rey, que ha trabajado con los Ramones, Dictators, Nada Surf o White Zombie. Rey ya sacó lo mejor de ellos en el destacado "Get Some", y ahora lo ha vuelto a lograr. Además, para dar más lustre a su sonido-apisonadora han contado en las labores de ingeniero de sonido de otro consumado y reputado especialista como es David Barrick, quien ha colaborado con los Black Stone Cherry, la Marshall Tucker Band o el otro y muy recomendable combo de Blaine Cartwright, The Kentucky Headhunters.

Los resultados se clavan pronto en tus oídos. Comenzando por el abrasador single de adelanto que es puro Nashville Pussy, se titula "We Want a Bar" y tiene unos riffs realmente atractivos y un gran estribillo macarra. Buenos solos y un aire general muy Motörhead. En su título nos hablan de que quieren comernos, pero tampoco pueden prescindir de su otra dieta favorita. La ingesta de amplias cantidades de bebidas de alta graduación comenzando por su adorado Jack Daniels, con el que bañan a menudo a su fiel, y cada vez más abundante, parroquia. Por cierto, cuenta con un divertido y alcohólico vídeo.

Antes, abrirán  indómitos y rabiosos con "She Keeps Me Coming And I Keep Going Back". Otro más que posible "sencillo" sería "Go Home And Die", porque de nuevo clavan otro de sus característicos estribillos, vuelven a atacarnos con espléndidos punteos y vuelven a recordar a los de Lemmy. Fuerza salvaje también para los punteos y el estribillo de "One Bad Mother". Recuperan el "Woke Up This Morning" de los Nazareth y se sale la guitarra slide y el tono AC/DC del tema. Los toques sureños y el boogie tejano de los ZZ Top lo tenemos en un "Hang Tight", con abrasadora armónica . Se marcarán una gran versión del "CCKMP" ("Cocaine Cannot Kill My Pain") de Steve Earle en el que además de cocaína nos hablan de whiskey, heroína y otras sustancias prohibidas y/o ponzoñosas. En ese aspecto ya nos avisan con el sello de portada que reza, "Warning: This disc includes very vulgar content wich may affect faint-hearted listeners". ¡Qué tipos! Por cierto, que la portada y la presentación del digipack es otra deliciosa guarrada con sus bocas comiendo cosas realmente pringosas. Además un póster gigante precioso con las fechas de su inminente gira, los créditos del disco, las letras y más chuladas. En ese sentido ya te indicamos que del 10 al 13 de octubre estarán por nuestras tierras. Tienes más información en www.topartistpromotion.com.

Pero aún faltaba algo más. El disco comenzaba explosivo y no podía acabar de otra manera tratándose de los Nashville Pussy. La despedida es "Trying To Pretend That I Give A Shit", de nuevo con velocidad y punteos salvajes. Y luego aún le queda resuello a Blaine, que se acuerda de los injustamente olvidados Nine Pound Hammer en los agradecimientos, para echarnos una magnífica arenga. ¡Ahora, después de fagocitarnos, a comerse todos los escenarios!