Noches del Botánico, Madrid. Sábado 21 de julio del 2018
Por: Eugenio Zázzara
“Bueno, ya sabéis por las noticias lo que está pasando. La cosa está muy chunga. Toda esta intolerancia, el racismo, el suprematismo blanco... todo esto ocurre por falta de amor y de compresión. Es por la incapacidad e indisponibilidad a ponerse en el lugar del otro. Es así de sencillo.”
Joey Burns, John Convertino y sus Calexico llevan casi treinta años pasando este mensaje a través de su obra, empezando ya desde su mismo nombre. Esa península única que está políticamente dividida entre dos países nunca de verdad en paz, y que un personaje desgraciadamente influyente ahora está pensando dividir ulteriormente con vallas y murallas (y de hecho ya lo está haciendo).
El mensaje de Calexico desde siempre es de sesgo exactamente opuesto: una mezcla lograda y eficaz de indie y tradición yankee con tex-mex, cumbia, trompetas mariachi, vals, calipso y ese blues del desierto que encontrarías en "Abierto Hasta el Amanecer" y en las "Desert Sessions" más mestizas.
La noche del sábado les acoge bajo el respiro y los árboles del Real Jardín Botánico de Alfonso XIII de la Universidad Complutense, corazón pulsante del festival Noches del Botánico. Después de haber contado con las actuaciones de gente como Kraftwerk, Jeff Beck, Little Steven y, sobretodo, la mayúscula de David Byrne, llegamos al fulcro del verano con un ambiente y una organización destacable, con puestos de comida para cualquier paladar, venta de bisutería y artesanía, una tiendecilla de libros y una gestión admirable, que le otorga a todo el festival un ánimo muy íntimo y agradable.
Unos teloneros de excepción para acoger la vuelta a España de la banda de Arizona. Jairo Zavala vuelve a tocar en su Madrid con el proyecto DePedro, en una noche donde teloneros y headliners nunca han compartido tanto a nivel personal y de estilo. Prueba de esto es que el primer disco homónimo de la banda de Zavala lo produjo justamente el combo americano; que el guitarrista fue parte del grupo durante las grabaciones de su último disco y que acompañará a Burns, Convertino y a la banda durante toda la actuación, y con resultados excelentes.
DePedro encienden la noche del botánico apenas haciendo esfuerzo, fuertes con el apoyo y las ganas de disfrute de todo el público, que raras veces se ha notado más entretenido y animado.
Gracias a un estado de gracia del mismo Zavala y de un saxofonista barítono especialmente inspirado, los Depedro electrizan a la audiencia, rindiendo una prestación estelar, especialmente favorecida por el sostén incontenible del público. Una noche para recordarla, para todo el mundo, encima y fuera del escenario.
Tiempo para secar los sudores en vista de más y para una visita estratégica a los servicios, y nos vamos preparando para el plato principal. Solucionados algunos problemas técnicos que hicieron que los estadunidenses empezaran algunos minutos más tarde de lo pactado, no les cuesta mucho convertir esos pequeños ratos de impasse en más energía. La banda es imponente: teclados, guitarra eléctrica (Zavala), bajo y contrabajo, batería, dos trompetas, xilófono y Burns a la voz, rítmica y dirección.
El recién publicado "The Thread That Keeps Us" se ve favorecido en el listado de temas de la velada, hasta llegar a ser interpretado casi por entero. Pero eso no le quita tiempo y forma para recuperar algunos de los temas que le valieron a Calexico el adjetivo de míticos. Y a eso contribuyó más que otros el álbum "The Black Light", estrella especialmente luminosa en su discografía.
De ahí que, por los menos para quien escribe, las ejecuciones más emocionantes y contundentes del set saliesen de ese disco enorme. A "Stray" le toca bastante pronto, con un rendimiento suntuoso, con luz y trompetas detonando a la vez, como en un espectáculo "Son et Lumière". Y, sobretodo, con un solo de contrabajo impresionante, que deja a todo el mundo boquiabierto. No suele darse a menudo que instrumentos como bajo y contrabajo salgan a relucir tan rotundamente y, cuando se da, es una fiesta para los oídos y el corazón. Realmente emocionante.
"Minas de Cobre" es uno los pocos temas instrumentales, o quizás el único, de la noche, y en vivo cobra tamaño de gigante. Se convierte en la más épica historia de romance, de esclavitud y de redención bajo el sol abrasador de los trópicos.
La noche empezaría sin embargo con temas más frescos sacados de la última obra de la banda, y más precisamente con "Dead In The Water", cuyo sabor marcadamente bluesero le emparenta con la discografía más roots de un artista como Eels. El lado más fronterizo de la banda vuelve a aparecer con "Voices In The Field", aunque curiosamente, quizás debido a su carácter igualmente blues, entrelaza relaciones inesperadas con el blues del desierto de los tuaregs y a toda esa corriente últimamente muy fecunda que se ha abierto hueco gracias a artistas como Bombino y Tinariwen. Del espléndido "Feast Of Wire" se desprende el sabor fiestero y mariachi de "Across The Wire" mientras que, con "Cumbia De Donde", la letra en español motiva aún más a la gente, con el estribillo "¿De dónde vienes? ¿Adónde vas?" que se vuelve una voz única. El tono más indie y rockero de la banda se desprende de la ejecución de "End Of The World With You", con la guitarra slide de Depedro que recuerda en algo a la icónica"‘Heroes", de la que sobra nombrar al autor. "Thrown To The Wild" ya desde ahora se merecería el estatus de clásico, al que seguramente llegará conforme avance la carrera de la banda, con su inspirado final. "Eyes Wide Awake" recuerda desde bastante cerca un tema muuuuy famoso, hasta el punto de que alguien, al terminar la pieza, da voz a mis pensamientos cantando "Where Is Myyyy Miiiiind?2. "Flores Y Tamales" ve a Zavala reclamar un papel aún más protagonista, siendo la voz principal y uno de los autores de esta canción del último álbum de los estadunidenses.
El gran final tras la primera despedida nos regala una banda extendida, con casi todos los miembros de Depedro subiendo a juntar fuerzas con los americanos, para una ejecución inolvidable de "Güero Canelo", que incluye además una cita muy acertada de "Candela", tema por Faustino Oramas y famosa por su inclusión en el repertorio de los Buena Vista Social Club.
Lástima que la gran mayoría de los allí presentes no estuviese por debajo de los treinta y cinco- cuarenta años: porque aquellos que sí estuvieron, lo recordarán durante tiempo; aquellos que no, se lo contarán a sus hijos un día. Perfecto todo, desde la locación, la atmósfera y la música.