Por: Javier Capapé
No es fácil para mí ser objetivo con un disco de Quique González. Y tampoco lo es nada hacerlo con uno de sus directos. Son veinte años como compañero de viaje, formando parte de algo más que de mi propia banda sonora, asistiendo a prácticamente todas sus presentaciones en vivo en mi ciudad, y siempre marcado por su influjo. La publicación de este concierto grabado en el Festival Mad Cool de 2017 se retrasaba, llegué incluso a pensar que se quedaría en nada, pero de una forma inesperada se hizo realidad.
El País publicaba el pasado 17 de junio una primera edición de este concierto con un maravilloso texto del periodista Fernando Navarro, y apenas dos semanas después llegaba en formato físico a las tiendas acompañado de un DVD que recogía íntegramente lo registrado la noche del 6 de julio de 2017, tras una tormenta salvaje que amenazó con echar todo el proyecto al traste. Pero afortunadamente no fue así. El cielo se abrió antes de que cayera la tarde y permitió que este "En vivo desde Radio Station" se hiciera realidad.
Lo que encontramos en este lanzamiento es sencillamente lo que esa noche ocurrió en la explanada de la Caja Mágica madrileña. El concierto completo, sin aditivos ni recordings, de un Quique González en estado de gracia haciendo gala de su mejor momento en una de sus giras más logradas y feliz por estar rodeado de la que espero sea su banda definitiva, los majestuosos Detectives. 18 canciones que sonaron aquella noche más una extra para abrir registrada en la prueba de sonido. Todas ellas producidas por Carlos Raya, que las cuida y mima para sacar su máximo brillo y potencial. El concierto supuso casi el cierre de la gira de presentación de "Me mata si me necesitas", su último disco publicado en la primavera de 2016 y considerado como una de sus colecciones de canciones más lograda. Esta gira además fue la consagración de su banda de acompañamiento, Los Detectives, que desde "Delantera Mítica" han formado el perfecto complemento para el madrileño, y a los que desde 2016 se les sumaron David Schulthess y Carolina de Juan, miembros del grupo madrileño Morgan.
El concierto del Mad Cool es un perfecto reflejo de lo que ocurrió en el segundo tramo de esta gira, en la que la banda viró hacia terrenos más crudos y endureció su sonido, pero a la vez, estos siete músicos estaban mucho más conectados, funcionaban como un ente que dominaba la cadencia rock del mismo modo que emocionaban en sus pasajes más intimistas. El hecho de haberse grabado en el contexto de un festival nos permite enfrentarnos a un setlist mucho más conciso y efectivo, donde no sobra ninguna canción y donde están perfectamente medidos los momentos álgidos, predominando los temas más potentes o las versiones de corte rock de sus clásicos junto a otros de sus emblemas hechos canción que bajan las revoluciones pero no la intensidad. Setenta y cinco minutos que pasan como un suspiro, una montaña rusa musical que nos muestra a un Quique González más seguro que nunca, en comunión total con sus músicos y a la vez enormemente agradecido a un público fiel que sabe lo que busca en los directos del madrileño y ve colmadas sus expectativas con creces gracias a una banda entregada y a un repertorio infalible.
Desde la portada ya se aprecia esa gratitud por parte del músico hacia su público, pero sobre todo hacia su banda, los verdaderos artífices del sonido de este espléndido concierto. Ya desde el principio, con ese soundcheck en el que interpretan "Detectives" de una manera más suelta y sin complejos que en su versión original, apreciamos los matices que aportan cada uno de sus integrantes. Contención y emoción son sus puntos cardinales. Pero donde se encuentra la verdadera apuesta de esta recopilación a modo de cierre de una gira excelsa es en el show del Mad Cool, que arranca con "Sangre en el Marcador", moviéndose en los parámetros del rock americano con claras reminiscencias a The Band. Sigue en esa línea la versión eléctrica de "Kamikazes enamorados", con su potente pegada que hace que su minimalista versión original quede como un vago recuerdo. Los temas más duros de aquel "Delantera Mítica" hacen acto de presencia en los primeros compases del concierto, sonando de forma muy efectiva "La fábrica", "Tenía que decírtelo" y "¿Dónde está el dinero?". Casi sin poder recomponernos de la descarga de realidad que desprenden estas canciones nos encontramos con uno de los momentos más esperados en todos los conciertos de esta gira, la interpretación de "Charo" entre Quique González y Carolina de Juan. El cruce de miradas entre ambos mientras su interpretación o la reverencia con la que Quique presenta a su compañera desvelan la devoción de ambos hacia el trabajo bien hecho y se hace patente una vez más su camaradería y respeto mutuo. Una canción que se ha convertido en un himno de la cotidianeidad gracias a la personalísima voz de Nina que parece que haya nacido para dejar su poso fulminante en esta gran canción.
El continuismo de "Orquídeas" nos lleva hasta "Su día libre", una de las mejores composiciones del madrileño, que aquí suena más visceral y afilada, pero igualmente emocionante. Hasta este momento son sus últimos discos los que llevan el peso de la velada, pero de golpe hace acto de presencia "Salitre", del que sonarán su tema homónimo, "La ciudad del viento" y una delicada "De haberlo sabido", que con el violín de Eduardo Ortega y la voz de Nina te estrecha el corazón y te rinde definitivamente ante la evidencia: hay pocas bandas como la que lidera Quique González, donde todos los músicos parecen uno y donde todos ellos aman lo que tocan y lo hacen suyo. "De haberlo sabido" es una de las mejores muestras de esto. Con todos los Detectives de vuelta, llega "No es lo que habíamos hablado", un tema de su último álbum que gana con las escuchas y que redondea gracias a cederle el testigo a su compañera Nina, con la que comparte el protagonismo vocal.
Estamos en un festival y el tiempo apremia, así que rápidamente vuelve la rabia para levantar al personal y vibrar en los últimos temas de la noche. "Avería y Redención" suena mucho más compacta y envolvente que en su versión original con Leiva. Aquí todos los Detectives se dan la mano, están en éxtasis, no se frenan, y de este modo llega "Y los conserjes de noche", uno de los temas más celebrados de Quique González, de aquel debut de hace veinte años, donde la banda se suelta la melena (quizá es más apropiado decir en este caso que se desabrochan los chalecos), el Hammond brilla, la guitarra de Pepo López crece y Quique agarra la armónica para hacernos trizas. Aunque lo que está por llegar todavía nos noqueará más. La reverencial "La casa de mis padres" sigue funcionando como catarsis y todo el público se funde con un Quique confesional totalmente entregado.
Sin recurrir a los bises, los siete músicos atacan una canción nueva, presentada esa noche como un ejercicio de compromiso con el mañana, como una advertencia de que este momento de inspiración no se acaba, de que esta banda no se va a detener. Así nos regalan “"El puente del diablo", un tema provocador, con grasa, que entronca más con "Delantera Mítica" o "La noche Americana” que con su más reciente "Me mata si me necesitas", pero que en este momento álgido nos seduce a todos. "Dallas - Memphis", con su aire fronterizo, antecede al éxtasis de "Vidas Cruzadas", el mejor broche para una noche perfecta, donde quizá el único "pero" sea que no se hayan detenido en su álbum "Pájaros Mojados", el único no representado en el setlist y del que más de un tema hubiera encajado perfectamente con este espíritu. No obstante, la selección general de repertorio, mostrando su vena más americana y guitarrera, el impecable sonido a pesar de estar en un festival (sorprende la calidad con la que ha quedado registrado este directo aunque se encuentren en un recinto no demasiado propicio para esto), y la perfecta comunión entre banda y público, hacen de esta primera edición de los conciertos del Mad Cool un tesoro imprescindible para todos aquellos que celebramos la música del madrileño, quitándonos el sombrero ante un trabajo tan bien hecho: desde la fantástica escenografía, con la banda inmensa dentro de un gigantesco aparato de radio, hasta la cuidada producción audiovisual (recomiendo no perderse el DVD que muestra esos momentos de camaradería impagables).
Por supuesto que en un concierto habitual del músico hubiéramos quedado con ganas de más, pero al tratarse de un festival y convertirse en un disco en directo, esta selección de canciones, con duración y tempo adecuados, es la perfecta muestra del inspirado momento que vive el músico madrileño. Su productor (su "hermano" Carlos Raya) ha sabido entenderlo una vez más y nos ha dejado este documento irreprochable para revivir una y otra vez el mejor complemento a su disco "Me mata si me necesitas", reflejo de una gira envidiable y tocada por la varita de la profesionalidad sin perder un ápice de veracidad. Esperemos que los pasos de Quique González a continuación sean tan granados como lo demostrado en estos últimos dos años, pero ante todo, que no se olvide de sus Detectives, que hacen de él alguien todavía más grande. Definitivamente son UNA BANDA.