Por: Àlex Guimerà
Lejos han quedado los tiempos en los que la australiana era la artista revelación del momento, en los que sorprendió a muchos con su recomendable primer larga duración "Sometimes I Sit And Think, And Sometimes I Just Sit" (2015) por el que la catalogaron como la nueva PJ Harvey. Luego llegaron sus nominaciones a los Grammy, Brit Awards y apariciones de lujo en la Rolling Stone, Pitchfork o Billboard. Pero su confirmación y salto a la fama definitivo tuvo lugar de la mano del gran Kurt Vile, con uno de los mejores discos del año pasado, hablamos del sosegado y a dos voces "Lotta Sea Lice" que amplió su legión de fans. Por ello, este nuevo disco, "Tell Me How You Really Feel", aterriza cargadísimo de unas expectativas a las que se han sumado la autoexigencia de la propia Courtney, quien no quería temas de relleno en su disco. Y el resultado, hay que decir, lo supera con nota. Pues lo nuevo trae enseñanzas de su antiguo "partner" Kurt, la madurez de haber alcanzado los 30 y los efectos de sus prácticas de meditación, que al parecer le han dado el equilibrio necesario.
El espíritu indie sigue intacto ya en una portada diseñada por la propia cantautora en la que aparece un autorretrato suyo con una polaroid (no en su mejor cara) teñido de rojo; igualmente mantiene su banda habitual: Dan Luscombe (guitarra), Bones Sloane ( bajo), Dave Mudie (baterista), y repite el productor Burke Reid.
Luego está la colaboración estelar de las hermanas Deal (Kim y Kelley) de The Breeders a las segundas voces y guitarras, recordándonos cuán necesaria es la presencia de la mujer en el rock.
Con unas letras más maduras que antaño, Barnett reivindica, ironiza y bromea para pintar bajo un tono vitalista y unos arreglos instrumentales pulidos que viven del indie americano de los noventa.
La suciedad de "Charity" fabulosamente embalsamada con los guitarrazos de Dan y la dulzura de nuestra "aussie" favorita. Una dulzura muy presente en el excelente medio tiempo "Need A Little Time", en la balada "lourediana" "Walking On Eggshells" y en la popie "Nameless, Faceless" que recuerda a aquella banda británica de los 90 llamada Elastica (sí, la de Justine, novia de Brett Anderson y Damon Albarn) y como no a PJ Harvey.
En cambio, con la ingeniosa "I' m Not Your Mother, I' m Not Your Bitch", saca la rabia que lleva dentro para entroncarla con el mejor indie americano de los noventa con voces como las de las Kims (Deal y Gordon) y riffs sucios . El lo-fi y las desarmonías se hacen patentes en "Crippling Self-Doubt And a General Lack of Confidence" y en "City Looks Pretty" realiza un cambio de tono magistral -arranque a lo Strokes y final a lo ¿Camera Obscura?-. Para el cierre la perezosa "Sunday Roast" de guitarra cristalina y acabado luminoso.
Tras la escucha del álbum uno quiere repetir las canciones, volver a ese tono alegre y fondo melancólico del "Tell Me How You Really Feel" que poco a poco se hará un lugar entre nuestros discos favoritos, lo mismo que hará esta muchacha de nombre Courtney en el club de las grandes damas del rock. Y si, tras la escucha de este disco podemos contar que nos sentimos bien.