Palau Sant Jordi, Barcelona. Lunes, 25 de junio del 2018
Texto y fotografía: Àlex Guimerà
El arranque de la gira española de Ringo Starr suponía la vuelta a Barcelona del batería 53 años después de su única (hasta la fecha) visita. Hablamos de su concierto de la Monumental con los Beatles el 3 de julio de 1965. Desde entonces ha llovido mucho y la sombra de su banda ha alcanzado a varias generaciones. Por ello, el Palau Sant Jordi se llenó en sus dos terceras partes de fanáticos, familias enteras y un público de todas las edades ataviados con camisetas y otras prendas conmemorativas de The Beatles.
Todo sin teloneros y con una discutible organización del "Palau", que ubicó butacas en la pista (a precio de oro, por cierto) dejando espacios vacíos, montó un sistema de sonido irregular y no puso pantallas para el pesar de las graderías más alejadas. Mención aparte el propio concepto de las giras de Ringo y de su All Starr Band, la cual se fundamenta en mezclar músicos de distintas formaciones y mezclar a su vez sus repertorios. Con ello y con el anzuelo del liverpooliano llenan los estadios para intercalar las piezas clásicas del presunto protagonista con repertorios ajenos. Un formato que desvirtúa la idea inicial de la All Starr Band de 1989, que llevó a músicos de calibre: Rick Danko y Levon Helm (The Band), Nils Lofgreen y Clearence Cleammons (E Street Band), Dr. John, Billy Preston, Harry Nilsson, ....
Si bien los actuales proceden de bandas interesantes como 10cc, Toto y Men At Work, nada tienen que ver con el legado de los Fab Four ni con la trayectoria discográfica en solitario del propio Richard Starkey, pues los citados representan cierto sonido comercial del rock de finales de los setenta y principios de los ochenta, lo que desencaja con el target beatlemaniaco. Tampoco se entiende como en mucha prensa se habla de gira de presentación del disco de Ringo "Give Me More Love", del 2017, cuando en los directos brilla por su ausencia.
Pero poniéndonos más positivos hay que ser justos y decir que los Steve Lukather (Toto), Colin Hay (Men At Work), Gregg Rolie (Santana y Journey), Graham Gouldman (10cc), Warren Ham (Kansas) y el batería Gregg Bissonette son grandísimos músicos y bordaron el directo. De sus piezas fueron celebradas "Rosanna" y "Hold The Line" (Toto); la balada "I' m Not In Love" (10cc) y la pop-reggae "Down Under", por no hablar de los momentos Santana (sin Santana) con "Evil Ways", "Black Magic Woman" y "Oye Cómo va", con buenos desarrollos instrumentales (¡ojo a la guitarra de Lukather!) que fueron aprovechados por el legendario batería para abandonar la escena y descansar.
Un descanso que aparentemente no se intuía necesario, pues al protagonista de todo ello lo vimos lozano a sus 76 años, ligero de pies al baile, animado y con su particular voz nasal a pleno rendimiento. Quizás sí que en la pegada a su doblada batería (¿desenchufada?) estuvo falto de contundencia. Indemne también apareció su simpatía e inmenso carisma, presentando a sus amigos músicos y anunciando las canciones entre bromas. Como cuando habló de "la banda en la que solía tocar" ante el deleite de los espectadores para añadir bromeando que se refería a Rory Storm & The Hurricanes, su primera banda en los sesenta. O cuando antes de abordar "Yellow Submarine" dijo que si nadie conocía la canción estaba en el lugar erróneo. Y esos momentos fueron los más disfrutables para los fans del rock clásico y de los "Escarabajos", escuchar una voz que nos ha acompañado toda nuestra vida interpretando unas canciones que siempre estuvieron allí. Son las "Don't Pass Me By",con intro de Ringo a los teclados, "Boys" o "I Wanna Be Your Man" (ésta a las baquetas). Momentos en los que sonó sublime, tanto por su salud vocal como por el talento de los músicos. No así la inicial "Matchbox", pues el rock' n roll de Carl Perkins se escuchó demasiado modernizado y desfigurado. De sus éxitos en solitario solo cuatro: "It Don' t Come Easy", escrita por Lennon, su versión de "You' re Sixteen", de Johnny Burnette, que nos trajo a la mente cuando la grabó junto a su íntimo amigo Harry Nilsson, la más reciente "Anthem" (del disco "Ringo 2012") y la fotografía de todo el público que nos quiso hacer con "Photograph", ésta última de puño y letra de Harrisson. Una pena que no fueran más, ya que de repertorio propio tiene como para no tener que recurrir a los de sus amigos en sus directos, lo que hubiera hecho muchísimo más disfrutable el concierto.
Sin los habituales bises, el show acabó con una "Act Naturaly" - que se parecía más a la versión que grabó en 1989 junto a Buck Owens que a la que abría la cara B del disco"Help!" (1965)- y el himno a la amistad que es "With A Little Help From My Friends" que derivó en "Give Peace A Chance" con Starr fuera del escenario ya.
Una velada que supo a poco por lo muchísimo que hubiera podido dar, pero que en ciertos momentos resultó formidable. En cualquier caso, sabíamos lo que íbamos a ver y el rendido y merecido homenaje que hicimos a uno de los supervivientes de la mejor banda de todos los tiempos no nos lo quita nadie.