Por: Albert Barrios
Es curioso como la trayectoria de una banda tan sólida como la de Blackberry Smoke pueda suscitar tanta polémica entre seguidores y aficionados al rock. Por una parte están los que les acusan de blandos, estériles, demasiado formales para un género que demanda intensidad y mala leche. Por el otro los que piensan que son los aspirantes al trono (como The Georgia Satellites y The Four Horsemen en su momento) y auténtica encarnación de las grandes bandas estadounidenses que dominaban la tierra a mediados de los setenta. Con "Find a Light" no acercarán posiciones entre los dos bandos, pero si despejan dudas respecto al camino que van a seguir.
Con "us primeros dos álbumes ("Bad Luck Ain’t No Crime", del 2003, y "Little Piece of Dixie", 2009) se postularon (involuntariamente) como los nuevos reyes del "southern rock" del Siglo XXI, pero “The Whippoorwill" (su mejor disco, del 2012) los situó en la órbita de los primeros Black Crowes, ampliando horizontes sonoros. "Holding All the Roses" (2015) y "Like an Arrow" (2016) les cogió a contrapié, sin un estilo definido, nadando entre dos aguas y entregando unos trabajos que no estaban a la altura de lo esperado. En su último disco se alejan definitivamente del espectro del rock sureño para abrazar sin vergüenza ni disimulo los amplios y extensos postulados del rock americano. ¿No suena "Best Seat In The House" más a Tom Petty que a Allman Brothers?¿ No son "The Crooked Kind" y "Medicate My Mind" auténticos trallazos donde dominan las guitarras y las armonías recordando a los cuervos o a The Faces? Los de Atlanta buscan llegar al máximo público posible con esa receta infalible que es la mezcla de todos los estilos genuinos de la música americana.
Para hacerlo posible se acompañan de ilustres invitados como Robert Randolph, que en "I'll Keep Ramblin'" les ayuda a celebrar a ritmo de gospel. Con Amanda Shires se acercan al country "mainstream" en "Let Me Down Easy", mientras que junto a los aclamados Wood Brothers cierran el disco con la emocionante "Mother Mountain": solo al alcance de unos pocos está parir semejante joya.
La clave para aceptar a los "nuevos" Blackberry Smoke está en olvidarse de su pasado southern rock (si alguna vez lo tuvieron) y entender el nuevo camino que pretende recorrer la banda. Han perdido la intensidad y contundencia de sus inicios, pero la suplen con un alto grado de elaboración armónica e instrumental, que les acerca un poco más a su objetivo común de escapar de anacrónicas etiquetas que lastre su libertad creativa. "Find a light" es un gran disco de rock, con mayúsculas, su apuesta definitiva para consolidar una carrera en clara progresión.