Por: Albert Barrios
A veces es necesario dar un paso atrás para ver las cosas en perspectiva y encarar el futuro con mayor decisión y claridad. Así lo han hecho los americanos Black Stone Cherry con su último trabajo "Family Tree", toda una declaración de intenciones. Originarios de Kentucky y formados en 2001, su carrera fue evolucionando de un post-Southern Rock endurecido (vía Blackfoot y Molly Hatchet) a un híbrido lleno de Grunge, Hard y Metal que los alejó de sus auténticas raíces. Como ellos mismos explican en las entrevistas de promoción de este nuevo disco, la grabación en 2017 del EP "Black to Blues" (seis canciones donde rendían homenaje a grandes leyendas del Blues) se gestó como un divertimiento, un regalo para los fans que poco a poco se fue transformando en algo más trascendental, un tiempo de reflexión para echar la vista atrás y sin perder la contundencia marca de la casa empaparse sin descanso de lo mejor del Rock americano de las últimas décadas.
Partiendo de la base de que Black Stone Cherry nunca han sido una banda de Rock sureño (hecho corroborado por ellos mismos, amantes del género, pero con un sonido demasiado contundente para los parámetros de los clásicos) si hay que reconocer que en "Family Tree" recobran los detalles con pedigrí de sus primeros trabajos. Abren con "Bad Habit", un auténtico trallazo con sonido de Rock USA 70’s digno del mejor Pat Travers, mientras que en "Carry Me On Down the Road" “profundizan en el Boogie Rock que ZZTop llevan cultivando casi 50 años. En "My Last Breath" se abren a nuevas sonoridades de aroma Soul cabalgando a lomos de un llameante Hammond y en "Dancin in the rain" cuentan con la colaboración de uno de sus ídolos, el omnipresente Warren Haynes, que les acerca al sonido de la "mula". “En "James Brown" el Funk es el dominador de todo el espacio sónico, mientras que en el resto de los cortes encontramos un "melting pot" donde tienen cabida desde los Soundgarden de Cornell hasta Alter Bridge o Black Label Society.
Los cuatro integrantes del grupo producen el álbum, preclaro síntoma de que saben lo que quieren y de su pretensión en profundizar en una vuelta a sus orígenes sin injerencias externas. No es "Family Tree" su disco definitivo, esa obra que perdure en el recuerdo, pero si es un muy buen ejemplo de un bien entendido revisionismo tan personal como intransferible. El día que dejen de lado su faceta más hard "mainstream" para abrazar sin contemplaciones ese contundente Boogie que ZZTop lleva más de 40 años facturando habrán logrado su objetivo.