Por: Albert Barrios
Los que amamos el rock de corte más clásico muy a menudo nos encontramos con un problema de difícil solución : la resistencia a aceptar los cambios, los giros estilísticos, los saltos adelante….El avance de los primeros temas del nuevo álbum de Jonathan Wilson, uno de los grandes pilares de esos sonidos country rock con aromas a Laurel Canyon que tanto arraigaron en los setenta no presagiaba nada bueno, ya que después de los fabulosos "Gentle Spirit" (2011) y "Fanfare" (2013) parecía que el californiano había vendido su alma al diablo más mainstream ( y más aún al descubrir que una figura tan poco rockera como Lana Del Rey participaba en la grabación). Nada más lejos de la realidad.
En estos cinco años de parón discográfico ha pasado por una difícil ruptura, ha producido a gente como Father John Misty o Conor Oberst y ha ampliado su círculo de amistades y cómplices, como Roger Waters. La colaboración con ex líder de Pink Floyd en su disco "Is This the Life We Really Want?" y su posterior gira de presentación es clave para entender la expansión sonora de Wilson, ya que "Rare birds”" es un álbum tan complejo como inspirado, tan arriesgado como certero, un auténtico "melting pot" donde Wilson no abandona su sonido propio, sino que lo amplía hasta conseguir un mensaje personal e intransferible. A pesar de contar con un buen puñado de músicos en su gestación, el mismo produce y como si se tratara de un moderno Mike Oldfield, toca más de 28 instrumentos, dotando al conjunto de una exuberante riqueza sónica.
"Rare Birds" es un disco intenso, largo (trece canciones propias que ocupan casi ochenta minutos), que necesita de varias escuchas para una correcta maduración. "There's a Light" y "Hi Ho The Righteous" nos devuelven su faceta más country rock cósmica, mientras que cortes como"Me”" o "Miriam Montague" lo emparentan con lo mejor del pop rock inglés de finales de los sesenta, vía Badfinger, los últimos Beatles o los Pink Floyd más psicodélicos. Tan seguro está de sí mismo que se acerca a la world music con "Loving You" y a los bulliciosos ochenta con "Over The Midnightsale", saliendo airoso del autoimpuesto reto. La última obra de Jonathan Wilson nos recuerda la importancia de salirnos de nuestra zona de confort, de ampliar horizontes, de atreverse y comprometerse a que la música fluya de manera natural y orgánica.