Por: Àlex Guimerà
No nos engañemos, el actual monopolio de la evolución del pop-rock está en manos de bandas como pueden ser Parquet Courts o Car Seat Headrest. Como en los noventa lo estuvo en las de bandas como Pavement o Yo La Tengo. En el caso de nuestros protagonistas hace dos años publicaron el que para muchos fue el mejor disco del año, "Teens Of Denial", herencia de influencias del rock americano de los últimos veinte años, capaz de sorprendernos, a la vez que sonar fresco y atractivo a los oídos.
Dos años después, su líder y alma Will Toledo ha tirado del trastero y ha vuelto a sus orígenes, rescatando unas maquetas que grabó en 2011 y colgó en su página Bandcamp -era la época dorada de la plataforma musical-. Hablamos de "Twin Fantasy", el que supuso el segundo trabajo publicado (en este caso colgado en la red) bajo el nombre Car Seat Headrest, que sonaba amateur, lo-fi, pero a la vez revolucionario y novedoso. Contabilizando muchas escuchas y seguidores, Will siguió publicando nuevos trabajos en la red ("Nervous Young Man", "My Back Is Killing Me Baby", "Mononamia" y "How To Leave Town"), con una cierta repercusión que le llevó en 2015 a fichar por el sello Matador Records, obligándole a reclutar a un bajista (Ethan Ives) y a un batería (Andrew Katz). Armados, los Car Seat Headrest, publicaron de seguido el recopilatorio "Teens Of Style" (2015), antesala del mencionado y exitoso "Teens Of Denial".
De este modo, la versión original de "Twin Fantasy", concebido como un disco incompleto, desapareció en otoño de Spotify y se lo llevó al estudio para regrabarlo y remasterizarlo en la edición que desde hace pocos días ya ha sido puesta a la venta.
El resultado, unos diez temas que rescatan el mal momento personal en el que su autor los compuso y grabó, pero que han sido remozados con la ayuda de los estudios y de su (corta) experiencia en la producción, logrando no perder su esencia. Una esencia que nos lleva hacia una especie de ópera pop con la que Will Toledo narra un romance/fantasía juvenil gay con la que expone toda una amalgama de sentimientos desencontrados.
Con el inicio crepuscular de "My Boy (Twin Fantasy)" y sus ambientes crecientes, el disco abre el fuego de lo que es uno de los momentos eje del álbum. Nos referimos a la desgarradora "Beach Life-In-Death", que el joven Toledo compuso desde sus entrañas y con el que transita por todos sus demonios (¿pasados?) en sus más de trece minutos de duración: desamor, inseguridad, depresión... lo que en el plano musical se traduce en una estructura compleja y mutante dónde la voz desesperada y las guitarras se convierten en su redención.
La calma llega con "Stop Smoking (We Love You)", de corte acústico clásico que evoca directamente al Kurt Cobain del Unplugged. La sigue el fabuloso medio tiempo "Sober To Death", con sus voces dobladas y una guitarra lacrimosa.
Los ecos a Beck llegan con "Nervous Young Inhumans", bailable y que el uso de sintes la deriva hacia una especie de jam seasion en los que se escuchan parafraseos. Es la antesala de la indie "Bodys", cargada de latigazos de guitarra y de épica juvenil que conectan con grandes nombres del género de la década anterior: Strokes, National, Modest Mouse... "Cute Thing" es más bien grunge gracias a sus bajo-altos y a su ambiente nebuloso, luego nos adentramos en la oscura "High To Death", que bien podrían haber escrito para él los Radiohead.
El segundo tema de más de diez minutos del álbum, "Famous Prophets (Stars)", junta varias canciones en una para convertirse en una quimera sónica plagada de guitarras titánicas, voces fantasmales e incluso de pasajes con pianos y voces de fondo que recuerdan al mismísimo "Berlin" de Lou Reed. El viaje imaginado se termina con "Twin Fantasy (Those Boys), que el de Leesburg presenta con unos solemnes órganos de iglesia que derivan en unos ambientes espectrales para dar así con el epílogo perfecto de esta obra magna reinventada o terminada.
No sabemos lo que nos deparará este genio de nueva cuña en el futuro, por el momento nos está dejando impresionados con discos como este que dan para mucho y que ensanchan un universo sonoro que esperemos que no tenga fin.