Enfrentarse a los textos que con cada vez mayor frecuencia nos regala Edi Clavo, el eterno batería de Gabinete Caligari, representa un ejercicio de hondo disfrute para todo aquel amante de la música que quiera viajar más allá de las canciones, abriendo el sendero que permite conocer el contexto y la historia de un momento concreto de nuestro reciente pasado, inevitablemente ligado a un conjunto de canciones que ya forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones.
En ésta ocasión le ha tocado el turno de desempolvar los pasajes de su memoria relativos al eterno "Camino Soria" -Editorial Contra-, álbum que anda cumpliendo treinta años en éstas fechas, con un aspecto reluciente, aguantando el paso del tiempo como la obra atemporal y eterna que es.
Un texto que el autor sabe guiar a la perfección sin estridencias ni alaracas, mostrando toda la gestación del mismo, desde sus antecedentes, buceando en el progresivo ascenso a la cima de la banda, regalando una visión del hábitat natural en que se gestó, tanto en el contexto nacional como internacional, explicando los motivos que le llevaron a la escalada directa hasta lo más alto del cartel, mostrando un amplia gama de peligros y trampas, en ocasiones legales, que había que franquear o con las que había que convivir, si es que uno deseaba ser parte de una comercialidad bien entendida, remunerada de manera más que interesante y que devenía, de manera inevitable, en la presencia en el olimpo del estrellato, otrora terreno vetado y casi inimaginable en nuestro panorama, solo apto para unos cuantos privilegiados.
Una galería de nombres, a mitad de camino entre lo seminal y lo mítico, desentrañados, tratados desde el rigor y la crítica leal, constructiva, desenmascarada, sin pleitesías ni servidumbres, que nos devuelve a la vida a un puñado de bandas y nombres tan cercarnos al imaginario de Gabinete como los de Ulises Montero, Alberto García-Alix y Pepe "El Hortelano", a quien dedica el libro con una emotiva frase, con los que es imposible no emocionarse hasta el extremo, mientras en nuestras cabezas se agolpan las letras y melodias de un disco único.
Edi Clavo desde su clarividencia más absoluta, de la que siempre ha hecho varonil gala, muestra la realidad de un momento único de nuestra música en "Camino Soria"; nos habla con el corazón y de un instante irrepetible, con una prosa de categoría y una rigurosa lucidez que sirve para cerciorarse de que los Gabinete siempre lo tuvieron claro, sobre todo a la hora de facturar el que a buen seguro sigue siendo el mejor artefacto sonoro de la historia de nuestro pop-rock. "Camino Soria" es hoy, treinta años más tarde, una obra imprescindible, ya sea en vinilo, libro o disco. Aunque sea inteligente señor lector, mejor sí se tiene bien cerca en los tres formatos porque hay trabajos que es mejor disfrutarlos con oídos, ojos y sobre todo con el corazón.