En ocasiones las fronteras que marca la vida son de lo más difusas, uno no sabe muy bien dónde comienza una historia y dónde termina la inmediatamente anterior. Esto viene a colación por el hecho de que aún a ratos vuelvo la vista atrás, observándome siendo un adolescente, derrochando vida, cartera y neuronas de la mejor manera que se le ocurre a un chaval, regadas de alcohol en las entrañas de los bajos de Argüelles, concretamente en el muy mítico Saxo Music Bar, mientras de fondo noche sí y noche también el gran Adolfo Cabrales ponía acordes y sentimiento a nuestras juergas.
Fue así como muchos de nosotros marcamos la transición del Fito-Platero al Fito-Fitipaldi, con aquel mítico "A Puerta Cerrada" de producción cercana e instrumentación casi acústica que contenía joyas que nos volaron la cabeza a través de un mensaje sencillo, de todo corazón, pero a la vez totalmente imbatible, en lo que sin ser muy conscientes marcaba el comienzo de una carrera de la que ya han transcurrido veinte años.
Y es una selección de esos veinte años de canciones las que dan vida a “Fitografía”, una perfecta muestra de que Fito & Fitipaldis han conquistado los corazones del gran público, con sus letras llanas y cercanas, algo que va más allá de lo estrictamente musical hasta desembocar en el plano personal, donde sus rocks se han convertido en la banda sonora de los coches y casas de medio país, sacando tiempo para colaborar con un montón de músicos multidisciplinares que abarcan desde Ariel Rot, Andrés Calamaro, MClan o Marea pasando por Loquillo y Rosendo hasta deslizarse entre los versos de nombres a priori más lejanos en su propuesta como los de Rosana y Pedro Guerra, algo que habla muy a las claras de la ausencia de prejuicios y la apertura de miras del músico vasco.
En lo que concierne a la selección de temas nos vamos hasta los cincuenta y tres de la edición deluxe, aunque existe una algo más reducida en el total, donde no faltan himnos como "Por la Boca Vive el Pez", "Viene y Va", "Soldadito Marinero" y "La Casa por el Tejado". Aunque en lo tocante a las fibras más sensibles debemos confesar que es especialmente emocionante volver a chocar con "Rojitas las Orejas" o "Medalla de Cartón", además de explorar su abundante material en colaboraciones con lo más granado del rock nacional, ahí donde brillan su "Nada sin ti" con El Drogas o "Flojos de Pantalón" con Rosendo, además de ese "A los Ojos" que nos brinda con Calamaro en vivo, momento en que volvemos a echar la vista atrás, dándonos cuenta de que aquel día… también estábamos allí.
Son veinte años y aquí seguimos, las canciones de Fito & Fitipaldis suenan hasta la saciedad, sus discos suenan y suenan, haciéndolo a las mil maravillas siempre. Han cambiado los ojos de la gente que le siguen, ahora tienen más arrugas y se han multiplicado por cientos de miles, pero es extraño… Al escucharle seguimos encontrando ese vinculo real, leal, de corazón. Ese mensaje que nos toca por dentro y a un tío con muchísimo talento que ha conquistado la cima del Everest sin querer, sin ser demasiado consciente. Gracias Fito, brindamos por veinte años más y nos seguimos preguntando algo… como la primera vez que borrachos salimos del Saxo Music Bar. ¿Qué tiene tu veneno?... Dependencia bendita.