Por: Kepa Arbizu
Hay ciertos discos que nacen acompañados de un poder simbólico o directamente emotivo -adquirido por diferentes motivos- que supedita el análisis más racional o sencillamente centrado exclusivamente en su contenido. El álbum póstumo de Sharon Jones evidentemente contiene esa característica, no obstante emerger como (de momento) último legado de una de las voces femeninas del soul, posiblemente junto a Amy Winehouse, con la que comparte además el abrigo de estudios (Daptone) y banda (The Dap-Kings), más trascendentes de los últimos años es suficiente galardón como para ser por ello entronizado. Pero la ya tristemente desaparecida cantante lo pone todavía más fácil, obsequiándonos con un ramillete de nuevas composiciones que además de su carga emocional inherente son capaces de brillar por su capacidad musical.
Si ya era de sobra conocida la existencia de aquel blues tradicional, popularizado por Blind Willie Johnson, titulado "Soul of a Man", ahora Sharon Jones parece mostrarnos el reverso femenino de aquel, apoyándose en una serie de canciones que, en lineas generales, priorizan una radiografía del espíritu del que hizo gala, también en sus últimos momentos, rubricando todo un alegato vital y de aprovechamiento del momento. El proceso de creación relacionado con este proyecto, debido a la endeble salud de la norteamericana, fue siempre dependiente del estado de la misma a la hora de dirimir el nivel de actividad a la que someterlo. Pese a ello, y dentro del plan para dirigir el resultado global hacia un estado más calmado y reposado, buena parte de él no pudo evitar caer en la tentación de adquirir energía y desbocar su esqueleto.
Constantemente flanqueada por la exuberante banda The Dap-Kings , en la que ya han sobresalido con entidad propia los coros de Saun & Starr, incluso ésta parece especialmente inspirada en transmitir de manera más extensa su capacidad interpretativa, expresándose en toda su amplitud y contribuyendo decisivamente en este canto de cisne. Ese poderoso abanico instrumental comienza a dibujar sus múltiples pinceladas con una inicial "Matter of Time", donde se desarrolla con ademanes jazzísticos un soul de insinuante y elegante vigorosidad, muestra de ese arrojo heredado de otras grandes como Bettye LaVette . Más nervio se va a incorporar en Sail On!, enfocada a los terrenos rhythm and blues y alimentada con profusión de pioneras como Ruth Brown. Mientras, no cesará la aparición de variadas tonalidades, ya sea con esos ambientes de la blaxpoitation tendentes a la densidad, en "Searching for a New Day", o lo contrario en los conatos Motown de la divertida y juguetona "Rumors".
Como ya ha quedado advertido antes, el propósito inicial de este trabajo era nutrirse casi exclusivamente de tiempos lentos, es por eso que la aparición de piezas así ni mucho menos tiene un carácter anecdótico, al contrario, se van a desarrollar también con una evidente variedad y complejidad. En dicho contexto no podían faltar esas punzadas -igual de visibles en su aspecto vocal como en la sección de metales- emocionales construidas con sobriedad ("Just Give Me Your Time") o bajo la majestuosa épica doliente de "These Tears (No Longer for You)". Junto a estos dos torbellinos, esos otros ritmos decelerados optan por marcar texturas matizadas, desde la apacible contemporaneidad de "Come and Be a Winner", sustentada sobre el rasgado de una guitarra que a su vez emanará placidez por medio del deje reggae de "Pass Me By", hasta, como anticipa su título "Call on God", añadir un halo de gospel llegado directamente de Mavis Staples o similares para confeccionar una bellísima melodía.
“Soul of a Woman” hay que tomarlo por una parte como el último regalo de alguien que ya había dejado su imborrable huella en la música negra. Sumado a ese obsequio emotivo, en su interior nos aguarda un contenido de descomunal nivel, con un excepcional y clásico, pero heterogéneo, soul. Se demuestra así que la intérprete mantuvo hasta sus últimos momentos la capacidad y fuerza para exteriorizar de forma magistral el “alma de una mujer” llamada Sharon Jones.