Por: Javier González
Cuatro años han pasado desde que los vascos Joe La Reina nos volaran literalmente la cabeza con las canciones de su primer larga duración, aquel genial "Bailamos por Miedo" con el que a base de rock progresivo, letanías y plegarias incisivas, pero sobre todo gracias a un conjunto soberbio de composiciones, lograron captar el foco de nuestra atención de manera casi obsesiva.
Tanto que no negaremos que ha sido habitual la vuelta una y otra vez, de manera cíclica, hacia esos cortes, al menos como bálsamo que matizara la espera hasta su nueva entrega; una continuación que por fin tenemos entre nuestras manos, de nuevo con mordaz título, "Esas Nuevas Modas", y ante el que, no negaremos la mayor, uno se enfrenta con la sombra de la duda presente, ¿será éste álbum digno sucesor de una obra inicial que brillaba con luz propia?
Enfrascados en la búsqueda de una respuesta para dicha cuestión da la sensación de que los chicos de Joe La Reina han continuado con la senda de la experimentación que ha marcado cada paso de su carrera, en la búsqueda de nuevos arreglos, quizás también de una mayor instrumentación, pero sobre todo con un juego de ambientaciones más ampuloso y un novedoso lenguaje de lo más incendiario, que se enmarca en la fórmula, más urbana, cercana al hip hop, del fraseo en algunos de los cortes, que buscan enfatizar un discurso crítico, sarcástico y voluntariamente basado en la denuncia de una sociedad claramente en crisis.
Entre semejantes paisajes es donde emergen desde la más profunda oscuridad la luz de cortes como "Nadie me Representa", sobran las explicaciones, la sobrecogedora "No me Temas", los toques callejeros de "Soy Uno Más", la sofisticación electro de "Chico" y "Chaveas", hasta desembocar en la casi bailable "Sitios Bajos" y en "Otro Día", con su mensaje antialienación y amoroso.
La casi instrumental "Nada Me Falta" con sus arranques vertiginosos nos acerca al final del minutaje, representado por "Leonor", uno de los cortes más bellos, con arreglos realmente notables y con los fraseos más poéticos del álbum, y el cierre marca de la casa en "Neón", quizás el nexo de unión más franco entre los dos discos de la banda con un toque más futurista.
Respondiendo a la pregunta anteriormente formulada, debemos confesar que "Esas Nuevas Modas" nos parece un digno heredero de la obra que lo precedió. No se trata de un trabajo fácil ni accesible, pero es una colección valiente, arriesgada y que se juega el todo por el todo, encerrando en su interior pasajes de lo más disfrutables, así como auténticas joyas que merecen variadas escuchas hasta ser saboreadas en toda su enorme dimensión.
No es un álbum inmediato, ni de estribillos fácilmente coreables, aunque sí es un disco cargado de matices y cohesión que nos trae de vuelta a uno de los fenómenos más fiables de nuestra escena. Toca celebrarlo.
Cuatro años han pasado desde que los vascos Joe La Reina nos volaran literalmente la cabeza con las canciones de su primer larga duración, aquel genial "Bailamos por Miedo" con el que a base de rock progresivo, letanías y plegarias incisivas, pero sobre todo gracias a un conjunto soberbio de composiciones, lograron captar el foco de nuestra atención de manera casi obsesiva.
Tanto que no negaremos que ha sido habitual la vuelta una y otra vez, de manera cíclica, hacia esos cortes, al menos como bálsamo que matizara la espera hasta su nueva entrega; una continuación que por fin tenemos entre nuestras manos, de nuevo con mordaz título, "Esas Nuevas Modas", y ante el que, no negaremos la mayor, uno se enfrenta con la sombra de la duda presente, ¿será éste álbum digno sucesor de una obra inicial que brillaba con luz propia?
Enfrascados en la búsqueda de una respuesta para dicha cuestión da la sensación de que los chicos de Joe La Reina han continuado con la senda de la experimentación que ha marcado cada paso de su carrera, en la búsqueda de nuevos arreglos, quizás también de una mayor instrumentación, pero sobre todo con un juego de ambientaciones más ampuloso y un novedoso lenguaje de lo más incendiario, que se enmarca en la fórmula, más urbana, cercana al hip hop, del fraseo en algunos de los cortes, que buscan enfatizar un discurso crítico, sarcástico y voluntariamente basado en la denuncia de una sociedad claramente en crisis.
Entre semejantes paisajes es donde emergen desde la más profunda oscuridad la luz de cortes como "Nadie me Representa", sobran las explicaciones, la sobrecogedora "No me Temas", los toques callejeros de "Soy Uno Más", la sofisticación electro de "Chico" y "Chaveas", hasta desembocar en la casi bailable "Sitios Bajos" y en "Otro Día", con su mensaje antialienación y amoroso.
La casi instrumental "Nada Me Falta" con sus arranques vertiginosos nos acerca al final del minutaje, representado por "Leonor", uno de los cortes más bellos, con arreglos realmente notables y con los fraseos más poéticos del álbum, y el cierre marca de la casa en "Neón", quizás el nexo de unión más franco entre los dos discos de la banda con un toque más futurista.
Respondiendo a la pregunta anteriormente formulada, debemos confesar que "Esas Nuevas Modas" nos parece un digno heredero de la obra que lo precedió. No se trata de un trabajo fácil ni accesible, pero es una colección valiente, arriesgada y que se juega el todo por el todo, encerrando en su interior pasajes de lo más disfrutables, así como auténticas joyas que merecen variadas escuchas hasta ser saboreadas en toda su enorme dimensión.
No es un álbum inmediato, ni de estribillos fácilmente coreables, aunque sí es un disco cargado de matices y cohesión que nos trae de vuelta a uno de los fenómenos más fiables de nuestra escena. Toca celebrarlo.