Por: Txema Mañeru
No he tenido el placer de escuchar todos los 14 discos que lleva en solitario este gran músico, productor, compositor y cantante de Carolina del Norte. Sí que lo he hecho con la mayoría de los firmados por el señor Joe Henry en cuestión. Ninguno de ellos baja del notable y este mágico, precioso y ensoñador "Thrum" (earMUSIC / Top Artist Promotion) tampoco lo hace. Es más, se vuelve a situar en la zona sobresaliente al igual que esa estupenda trilogía que se marcó la pasada década con "Tiny Voices", "Civilians" y "Blood From Stars". Su anterior trabajo en solitario de hace tres años, "Invisible Hour", también estuvo logrado pero me gustó más aún su colaboración del pasado año firmado con Billy Bragg . En "Shine A Light" (Field Recordings From The Great American Railroad)" (Cooking Vynil / Popstock!) se marcaron por estas fechas uno de los mejores discos del pasado año. Pura y genuina música de raíces por dos monstruos de la misma que les llevó a ser nominados como dúo/grupo del año por la Asociación Americana de la Música. Recordando a Woody Guthrie, Hank Williams, Leadbelly, la Carte Family o al musicólogo John Lomax hicieron un álbum tan brillante como los que hizo Billy Bragg junto a Wilco con temas del propio Woody Guthrie.
Pero ahora es tiempo de "Thrum", un disco que ha ido creando con calma mientras seguía con su gran labor de productor para artistas tan prestigiosos como el tristemente desaparecido Allen Toussaint, la recuperada Joan Baez o la cada vez más consagrada Lizz Wright. Está prácticamente grabado en vivo en cuatro días por Ryan Freeland y con sus prestigiosos músicos de los últimos años que incluyen a Patrick Warren al piano, Levon Henry al saxo, Jay Bellerose a la batería, David Piltch a los bajos y John Smith a las guitarras. Además cuentan con un preciosista cuarteto de cuerdas en muchos momentos para uno de sus discos más intimistas y detallistas. Un poético trabajo inspirado en poetas libres como Whitman y Rimbaud a los que admira porque a él también le encanta la libertad total.
Henry comenzó hace más de un cuarto de siglo con trabajos relacionados con el country rock alternativo del momento y grabando con músicos tan prestigiosos como The Jayhawks. Luego comenzó a labrar un estilo cada vez más personal al igual que uno de los artistas con los que más se le compara, Tom Waits. Al igual que éste, ha creado un estilo propio, personal e intransferible.
Comienza la cálida ascensión de "Thrum" con un íntimo, acústico y emocionante "Climb", en el que brillan ya las cuerdas. Los suaves vientos aportan también destellos jazz a los aires folk del tema, algo que le acerca, en más ocasiones, a Joni Mitchell. "Dark is light enough" comienza como una ballena varada en la costa, pero luego una estupenda melodía y buenos juegos de guitarras la devuelven al mar. Ayudan en ello el estupendo piano, la pedal steel y los vientos. Esos ambientes experimentales vuelven a darle toques jazz al final del tema.
Hay estupendos aires góspel en "Blood of the forgotten song", mientras en "World of this room" tenemos un intrincado y hermoso ritmo con buenas guitarras y fantástico bajo. "The glorious dead" es un buen lento de aires americanos más convencionales con destacado piano y unas cuerdas que aportan mayor emoción aún. Se nos muestra todavía hambriento de creación en un "Hungry" paisajista e insinuante. Pone de relieve de nuevo su fantástica capacidad melódica en la apasionante y subyugante "River floor", con su fantástico saxo y sus aires cercanos a Tom Waits, aunque con una voz mucho menos grave, claro.
La final "Keep us in song" vuelve a destacar por su preciosista melodía y también guarda un momento idílico para el saxo de Levon. ¡Sobresaliente una vez más y a ver si vuelve a presentar entre nosotros para defenderlo en directo como hizo con el guapo “Blood From Stars".