Por: Artemio Payá
Teniendo en cuenta que pasaron cuatro años entre el formidable álbum de debut de JD McPherson y su segundo trabajo, ha resultado corta la espera para tener entre nosotros "Undivided Heart and Soul", dispuesto a entregarnos otra rodaja de de rock and roll de aroma cincuentero salpimentado en este caso con nuevos elementos en la fórmula.
Para ello ha contado con la producción de Dan Molad, batería de una banda tan alejada al sonido de McPherson como Lucius, y se ha atrincherado en uno de los templos de la música que quedan en Nashville ( el estudio B de RCA), ciudad en la que por cierto ahora habita nuestro protagonista.
De primeras la cosa comienza como siempre, es decir con tres pelotazos de rhythm and blues marca de la casa: "Desperate Love", "Crying's just a thing you do", repleta de fuzz sixties, y el adelanto que nos puso tiesas las orejas, la infalible "Lucky Penny".
El segundo tramo del álbum no logra sin embargo conectar, tanto la balada con ecos de Motown "Hunting for Sugar" como el pop de "On the Lips" o "Undivided heart & Soul" no logran emocionar y suenan planas y sin gancho. No resulta un problema el giro de sonoridad, sino más bien que denota que las canciones están carentes de alma ya que por ejemplo en "Style (is a losing game)" vuelve a abrazar el pop pero en este caso sí que se trata de un sí rotundo.
Al final del álbum vuelve a retomar un poco el rumbo con "Under the Spell of City Lights" y sobre todo con "Let's get out of here while we're young", pero el sabor final es agridulce y da la sensación que el necesario paso adelante del artista para hacer cosas diferentes para salirse de la maldita etiqueta de artista retro no le ha salido todo lo bien que deseaba, y teniendo en cuenta que habitan en este disco trazas de sus mejores virtudes, queda el poso que es en esa etiqueta dónde se siente cómodo.
No quiero con esto decir que se trata de un disco fallido, todo esta tocado con suma elegancia y sigue conteniendo cuatro o cinco momentos fabulosos, es únicamente que hay artistas a los que se les pide bastante más.