Por: Javier González
Hoy nos toca hablar de Rubén Pozo, un tipo con suerte. Un veterano de mil y una batallas del rock. Ha conocido los sin/sabores del underground de la mano de los añorados Buenas Noches Rose, banda de culto de la escena madrileña, cuyo nombre sigue presente en los labios de muchos de los que acudimos a los mentideros musicales del centro capitalino.
Tras esa aventura llegó el oro comercial de la mano de Pereza, donde asaltaron los puestos más altos de las radios comerciales, ganándose el fervor del público y la inquina de parte de la crítica, que les miraba con cierto desdén y aires de superioridad, mientras en la intimidad de sus casas disfrutaba de sus efectivos temas.
Finiquitada la aventura perezosa, Rubén, asumió las riendas de una aventura en solitario de la que ahora nos entrega un tercer capitulo, “Habrá que Vivir”, una perfecta fotografía de lo que es él, cargado de rock sincero, aromas callejeros y sobre todo repleto de unas buenas canciones, más directas y definidas que en obras anteriores.
Nos encontramos con él en las coquetas oficinas que Sony posee en el madrileño Paseo de la Castellana, frente a la grabadora un tipo cariñoso, cercano, que nos esboza una sonrisa de ganador. En definitiva un hombre que tiene la suerte de dedicarse a lo que siempre soñó. Hacer canciones.
Han pasado dos años desde que vio la luz “En Marcha” y ahora editas “Habrá que vivir”. Desde fuera parece que has tardado menos en reunir un conjunto de canciones que en anteriores ocasiones. ¿Estamos en lo cierto?
Rubén: La realidad es que se me rompió el móvil, algo que me hizo quedarme sin redes sociales. Creo que ese hecho me hizo componer más, ya que no tenía la distracción de la pantallita. Solo podía recibir llamadas y enviarlas. Normalmente lo que hago es ir componiendo en casa, ya que no suelo hacerlo de gira. Nosotros los músicos solemos currar los fines de semana. He ido componiendo en esos tiempos. Entre los otros dos discos, “Lo que Más” y “En Marcha”, hay tres años de espacio pero por circunstancias que eran ajenas a mí.
“Habrá que vivir”, el título da la sensación de ser muy sencillo, aunque creo que encierra muchas connotaciones…
Rubén: Es un título que me sonaba bien, y además creo que es muy sugerente. Me hacía pensar en muchas cosas. Eran tres palabras con fuerza y que evocan cosas. “Habrá que Vivir” parece una obviedad pero hay ratos que no estamos viviendo sino sobreviviendo. Sabemos que las cosas están como están, pero hay que buscarse las vueltas para tener una vida de verdad y disfrutar.
Da la sensación de que nos encontramos a un Rubén que asume las riendas de su proyecto de manera convincente, sintiéndose más cómodo que nunca, tanto en las voces como a la guitarra. ¿Tienes esa misma sensación?
Rubén: Es de alguna manera el disco en el que he sintetizado más lo que hago. Creo que a veces he pecado de tocar muchos estilos… cosa que ahora hago con más armonía. Este es un disco de rock y eléctrico. Y cuando no lo es los temas acústicos siguen siendo muy rock and roll. Si tuviera que decirle a alguien que es lo que hago, les daría éste disco primero. Aquí está resumido lo que hago, con buenas canciones y con una propuesta más estable. También es cierto que te digo esto porque todavía estoy empalmado con él. Sé que está mal reconocerlo pero me lo sigo poniendo en el coche.
En éste álbum el discurso suena muy a ti, a calle y a rock… creo que va a ser muy sencillo que la gente se identifique contigo. Al menos más que con el single de presentación de tu anterior disco, con aquel famoso “Hola, qué ase”…
Rubén: Te agradezco las palabras. A mí me encanta haber metido en una canción aquello de “Hola, qué ase”, pero el error quizás fuera sacarlo como single. Esa frase es muy rubenera, pero rubenero profundo, solamente valida para iniciados, para gente que sepa entender mis letras. No debió salir como adelanto de un disco. Debería haber salido con “Tonto de Tanto Rock and Roll”. Aunque también te digo que me ha venido bien que me cayeran tantas collejas para resituarme. Y también creo que a veces tienes que caer a la lona y ver las cosas desde otro punto de vista. En esa frase intenté hacer una pirueta y caer de píe. Aunque te debo reconocer que el otro día escuché el disco entero y creo que funcionaba muy bien.
Ahora firmas canciones incontestables como “Guitarra Española”, cercano por concepto a “Madrid”, que curiosamente no es de las más crudas del disco, con las que vuelves a dar muestras de que cuando quieres hay pocos que tengan tu buen hacer.
Rubén: Hombre decir en una canción como “Guitarra Española” “Ladran los Perros/ Humo en la noche/ Borracho como un piano/ Pensando en mí/ Megalomanías de un señor drogado” aunque esté tocado con guitarras españolas, si eso no es rock and roll que me venga el más rocker y me lo diga a la cara. El rock no es solo distorsión, sino que también debe tener osadía. Aunque entiendo lo que dices, hay un tratamiento rubenero más accesible.
Inciso, me ha encantado esa referencia al bueno de Moris…
Rubén: Yo hago una referencia a Moris a la inversa, hablando de gastarme el dinero antes de haberlo cobrado. (Risas)
También me ha llamado mucho la atención “Llámame Brisa”, con ramalazo fronterizo y saltarín, entre escobillas y un texto brillante firmado a medias con el binomio Sabina/Prado, que también se incluyó en el último disco del maestro.
Rubén: Está escrito con Joaquín Sabina y Benjamín Prado. Antes ha sonado un rock como “Habrá que Vivir”, luego llega esta canción que es puro J.J. Cale, que sigue siendo otro mito del rock. Ahora tenemos una base acústica aunque está dentro del contexto del disco.
No falta el vacile al titular un corte “Pop para Niñas”, una historia de amor real en la que seguro no falta el leve reproche para aquellos que un día dijeron que solo facturabas canciones de ese estilo, que es la favorita de tu hijo.
Rubén: Mi hijo me veía manejando los títulos de las canciones, sin haberlas escuchado. Es un chico que ahora tiene once años, le gusta el rock, escucha mucha música y su grupo favorito es Kiss. Entonces al verlos me dijo algo así como “Qué haces, tío”. Me pidió que la quitara, creyendo que iría por otro lado, luego la escuchó y se convirtió en su favorita. En cuanto al tema de la crítica solamente dije “Toma de mí para ti”. No es más que una canción divertida que no tiene ningún trasfondo. Tiene un toque muy ramoniano y urgente, ya que son solo dos minutos y medio.
Otro bofetón de sinceridad viene de la mano de “Algo que Decirle al Mundo”, imagino que es que lo que se la pasa por la mente a un creador en el momento de la composición, ante el temor al papel en blanco.
Rubén: No digo ni que sí ni que no. No estoy muy de acuerdo con lo que has dicho, aunque creo que hay que dejar las canciones con interpretaciones abiertas. Va por ahí y a la vez no. Lo bonito es no condicionar lo que alguien imagina de una canción. Creo que es interesante que los temas tengan varios asideros.
Uno de mis momentos favoritos es “De Vena Tonta”, da la sensación de estar dedicada también a los vaivenes del mundillo musical, revestida de guitarrazos rock.
Rubén: “De Vena Tonta” es una canción dedicada a mi chica. Ella es la que en un momento concreto me dijo que me estaba agobiando y no tenía que hacerlo. Es la que ha estado ahí en los momentos más bajos y es una canción para ella. Además en “De Vena Tonta” nos hemos pegado el lujazo de que toque la guitarra Ariel Rot.
Hay una referencia a “T Rex”, con sus toques a rock stoniano, donde te marcas otro de los grandes momentos del disco, aunque sin hacer la presumible mención a Marc Bolan.
Rubén: Realmente es un corte que no habla de Marc Bolan, sino que está más cerca de “Jurassic Park” y el T.Rex del experimento.
Representas uno de los pocos casos de nuestra música que ha estado en tres proyectos muy distintos y de prestigio. Tienes un enorme bagaje, has conocido toda clase de categorías y condiciones en salas, aforos y repercusión… ¿Con qué te quedas de toda ésta andadura?
Rubén: Me quedo con que sigo viviendo mi sueño, sin haber muerto. Estoy hablando contigo tras haber sacado nuevo disco, sintiéndome muy contento con volver a tocar y con salir a la carretera. No se me pasan las ganas de hacerlo. No estoy en esto con el piloto automático a la hora de hacer canciones o sacar discos. Cada tema es una sorpresa. Está claro que hay una dinámica común, pero cada canción me sorprende porque creo que será la última que haga en mi vida. Aunque luego me sale otra. Tengo la suerte de tener apoyos, el de una compañía que me graba discos y los edita. La suerte de estar en las plataformas y de que vengáis a entrevistarme. Si tuviera que hacer yo todo esto os podríais despedir. Os tocaría venir a mi casa a verme tocar. En su día me volví loco con las guitarras y las canciones y tengo suerte de seguir sintiéndome igual. Tengo suerte de seguir alimentando esta locura maravillosa.
¿Dónde hay más verdad en el mundo del rock, arriba en el estrellato, abajo en el underground o en las salas de mediano aforo?
Rubén: Hay verdad en quien quiera decir verdad, sea arriba, abajo o en el medio. Imagino que Jim Morrison y Eduardo Benavente murieron diciendo verdades. Neil Young sigue vivo e imagino que seguirá diciendo su verdad. Tampoco creo que haya que hacer verdad con esto. Yo quiero creérmelo pero si me han engañado, olé tu engaño. Suele ocurrir que cuando se inventa las letras, aquello sobre lo que escribe, se ve el plumero y no llega al público. Es más, creo que baja mucho el pedo. Hablo de canciones y discos. Si me engañan y me lo creo, bienvenido. El truco está en que funcione.
En los agradecimientos del disco has logrado conmoverme, más que nada porque citas a un montón de gente relacionada con la música de la más diversa índole.
Rubén: Al final aparece gente con la que he tenido un contacto cercano, en algunos momentos más o menos, pero ahí han estado de manera importante. También debo confesar que hay algún que otro olvido imperdonable.
Cambiando la cuestión de enfoque, conozco el respeto reverencial que te tiene gente joven como Isma Romero o Miss Caffeina. ¿De dónde crees que surge ese fervor militante ?
Rubén: Creo que del hecho de que hago las cosas así porque me salen, pero también tengo mis pudores no crees. A veces me escucho y siento que hay cosas que son embarazosas. Es mi camino, mi estilo me ha llevado ahí. Creo que cada cual hace lo que puede. Lo que quiere lo hace Prince, el resto hacemos lo que podemos. Yo quería hacer un tema como “Black Dog” y me salió “Caperucita Feroz”.
¿Qué planes de futuro manejas a corto y medio plazo?
Rubén: Haremos una gira de garitos y muy rockera, con la banda de cuatro con la que hemos grabado el disco. Comenzará en Marzo, discurriendo a lo largo de Abril y Mayo. Además de todo lo que vaya saliendo. De momento en Madrid estaremos el 13 de Abril en el Cool Station, una sala nueva céntrica que me gusta bastante.
Muchas gracias Rubén por todo. Nos encanta que haya gente en el
panorama como tú. Rockero de verdad y sin impostura. Mucha suerte, amigo.
Rubén: Yo también quería daros las gracias por todo lo que hacéis. En El Giradiscos veo un curro de corazón y también muy sincero. Leo vuestras reseñas y críticas con mucha frecuencia.