"No se puede vivir del rock and roll de estadios"
Por: Sergio Iglesias
Cuatro discos en cuatro años, algo que está al alcance de muy pocos hoy en día. Pues eso es lo que ha hecho esta banda de Zaragoza: facturar cuatro discos prácticamente perfectos sin dejar de aprender en ningún momento e incorporando diferentes ritmos huyendo del encasillamiento pero creando un sello propio y reconocible. The Kleejoss band, una de las muchas buenas bandas (¿cuántas van ya?), que hacen que nuestra escena estatal actual no tenga nada que envidiar a ninguna otra.
Cuatro discos en cuatro años, ¿cómo es posible mantener ese ritmo?
Luis Kleiser: Pues trabajando mucho y tomándote la banda como algo serio y no como un pasatiempo. Nosotros nos ponemos metas y retos y siempre tenemos que estar trabajando y pensando en música y en sacar proyectos adelante. Cuando terminamos un disco ya estamos dando vueltas al siguiente porque esa es la manera de mantener las cosas vivas. En el momento que nos retiremos y dejemos esta movida miraremos hacia atrás y veremos lo que hemos hecho, pero ahora mismo "Inception" está en la calle y yo ya tengo la cabeza en el siguiente, este disco ya está ahí, así que hay que moverse y pensar en la próxima aventura.
¿Es una cuestión, entonces, de ser profesionales de la música, de alguna manera?
Luis Kleiser: Por lo menos intentarlo. No somos profesionales de la música porque tenemos otros empleos, pero, aunque sea tu hobby, la gente que se gasta el dinero en un disco o en una entrada para verte, se merecen que te lo tomes en serio y que no sea una cosa pachanguera de unos colegas que se juntan para tocar y, de vez en cuando, sacar un disco. Lo que queremos es hacer algo serio y que la gente vea que merece la pena invertir su dinero en vernos y en escucharnos.
¿Y de dónde sacáis tiempo para componer estando siempre metidos en la vorágine de disco-gira-disco-gira…?
Luis Kleiser: Pues esto nos lo preguntan mucho. Yo, por ejemplo, he buscado un método de trabajo: si salgo a la calle a dar un paseo, me pongo unos cascos y voy escuchando música y siempre llevo una libreta o un teléfono donde apuntar las cosas que crea que me puedan servir de inspiración; aparte de esto, el fin de semana me levanto temprano y me pongo a enredar con la guitarra y, sin buscar nada en concreto, a veces salen cosas. A partir de ahí, con las notas de la libreta voy creando el esqueleto y luego me junto con Joss, el batería, y construimos los temas. Yo siempre estoy buscando la inspiración y pensando en cómo hacer cosas y en cómo mejorarlas para crear una canción; luego igual tiro la mitad o más, pero el tener esa ilusión de escribir algo nuevo es la manera de conseguirlo. También hemos probado otros métodos de composición juntando a todos los músicos, pero es muy complicado que a todos nos pille en el mismo punto y con la misma vibración para que eso camine. Así que hemos encontrado nuestra fórmula y nos funciona.
A pesar de ser muy prolíficos, no os habéis quedado estancados ni habéis hecho cuatro veces el mismo disco, sino que, tal y como se puede comprobar en este "Inception", parece que siempre estáis innovando y evolucionando…
Luis Kleiser: Ese era uno de los objetivos; había cosas que ya sabíamos que podíamos hacer, como todo el rollo del soul n´rock que ya teníamos controlado, y con este disco buscábamos ampliar nuestros horizontes en varias direcciones, pero intentando que siguiera sonando a The Kleejos: hacer, por ejemplo, un tema muy lento o muy country, pero que siguiera siendo fiel a lo que somos, o ponernos muy duros con distorsiones muy bestias, pero que el carácter de la banda estuviera por encima de los estilos. Al final, creo que hemos conseguido un disco variado que, sin embargo, sigue sonando a nosotros… te puedes poner stoner o country o incluso góspel, pero sigue siendo la misma banda intentando abrir caminos y saliendo un poco de esa camisa de fuerza que puede ser la que te encasille.
En las letras, al igual que en la música podemos encontrarnos con una gran variedad pasando de tonos muy oscuros a momentos plenos de esperanza…
Luis Kleiser: Sí los dos últimos discos los hemos hechos conceptuales. "River sound…" ya tenía una temática concreta y este también porque queríamos que fuera como un viaje, empezando desde esa oscuridad de "Switch the lights on", con la imagen de estar encerrado en ti mismo, hasta terminar en algo alegre acompañado de gente… tratamos de buscar diferentes aspectos del ser humano: las emociones, el enfado, la ira, la nostalgia, la felicidad y, sobre todo, el amor para ser felices que es lo que acaba salvándonos a todos… y ya siento ponerme tan moñas pero es así (risas).
Ya lo cantas en "Meet my heroes" que, al final, se necesita muy poco para ser feliz ¿no?
Luis Kleiser: Claro. Y en realidad los héroes de tu vida acaban siendo tu abuelo, tu padre, tu primo… al final acabas admirando a la gente que consigue lo que quiere en la vida, que no es otra cosa que ser feliz. Eso es lo que estás buscando: gente que se levanta por la mañana y va a currar como un cabrón para sacar adelante su vida o su familia, o para pagarse esas vacaciones que le apetecen… no sé, necesitas referentes asequibles más que cosas imposibles que no hacen otra cosa que acabar frustrándote.
Continuando con las letras, permíteme que te pregunte por dos de ellas en las que ahondas en ciertos problemas sociales como "Inception", en el que hablas de este mundo en el que todo va tan rápido…
Luis Kleiser: Sí, es una sensación que creo que hemos tenido todas las personas que curramos y que es que parece que nunca llegas y que todo es para ya: "termina ya", "dámelo ya", "pásame esto ya"… Es algo que sucede incluso en las relaciones sociales, porque tardas dos horas en contestar un whatsapp y ya está la gente "Contéstame tío", "¿dónde te has metido…?" parece como que no te da tiempo a sentarte y pensar dónde estás, dónde vas y qué quieres. Me vino esa idea un día de esos horribles de estrés y pensé que, a veces, estaría muy bien sentarte en el sofá, cerrar los ojos y decir "¿pero dónde voy?". Porque muchas veces no nos damos cuenta de que tu vida te lleva a ti y no tú a tu vida.
La segunda canción sobre la que me gustaría preguntarte es "Son of a bitch", donde parece haber una crítica a esa realidad virtual de las redes sociales…
Luis Kleiser: Yo no pensé en las redes sociales en sí a la hora de escribirla, sino en todos estos gurús que te dicen lo que tienes que comer, lo que tienes que decir, o incluso lo que tienes que escuchar, porque en la música hay muchos de estos. Toda esta gente que está todo el día diciéndote lo que te conviene y que acaba haciéndote pensar que eres un desgraciado. La canción es un poco irónica y dice eso "Vale vale, yo soy un hijo puta pero deja de darme lecciones", porque, claro… es gente que parece que nunca ha roto un plato y que nunca ha hecho nada mal y acabas sintiéndote un poco pequeño a su lado… y no, yo me rebelo contra eso. También podía estar relacionado con lo que dices de las redes sociales, que tienen ese poder de hacerte pensar que la vida de los demás es maravillosa y la tuya una mierda porque, cuando te metes en Facebook o Instagram, todo el mundo cuelga sus fotos de momentos de puta madre, dan una imagen super ficticia de la realidad y, si miras eso, puedes acabar pensando "¿qué estoy haciendo yo con mi vida si está viviendo todo el mundo que te cagas?”. Pero tampoco es una felicidad real porque, aunque tengan problemas como todo el mundo, sólo te dejan ver lo que ellos quieren y hay que tener mucho cuidado con eso.
¿Habéis hecho las canciones pensando, sobre todo en el directo?
Luis Kleiser: Siempre procuramos hacer música que luego seamos capaces de defender en directo. Casi todo lo que hemos escrito en nuestros discos se puede tocar en directo sin problema, porque en el estudio se pueden hacer miles de trampas y yo no creo en esos discos tan producidos que luego no puedes sacar adelante en concierto. En este trabajo, además, hemos intentado meter muy pocos arreglos para que todo fuera como muy real.
A pesar de esos cuatro fantásticos discos que habéis facturado en cuatro años, ¿os consideráis una banda de directo más que de estudio?
Luis Kleiser: El directo siempre es mejor y es por lo que lo haces todo ya que el motivo por el que haces música es juntarte con gente para tocar. Las grabaciones también son interesantes pero tienen otro perfil, yo me acabo cansando de la grabación porque, cuando llevas muchos días en el estudio, pierdes la perspectiva y te empiezas a hartar. En cambio en directo sabes que vas a estar encima del escenario dos horas y que siempre van a ser geniales.
En esta ocasión os habéis encargado vosotros mismos de la producción, ¿a qué se ha debido esta decisión?
Luis Kleiser: Este último disco lo hemos producido entre todos, porque los anteriores los había hecho Guillermo, el bajista, pero en este ya estaba cansado porque veía que ya empezaba a perder recursos y, por eso, en este ha tomado un papel más secundario limitándose casi a mezclar. El dueño del estudio donde grabamos, Rafa Domínguez, también aportó muchas ideas. Cuando entramos a grabar ya teníamos una idea muy clara del sonido que queríamos y luego nos fuimos dejando sorprender con las cosas que pasaban en el estudio, y yo creo que ha quedado muy bien.
En las dedicatorias del libreto aparece un mensaje de agradecimiento a toda esa gente que todavía cree en la música. ¿Parece casi un acto de fe creer en el rock and roll en estos tiempos?
Luis Kleiser: ¡Hombre!... Y más todavía bandas como nosotros, que metemos a 40 ó 50 personas en una sala. La verdad es que hay días que te va muy bien, pero hay que darle las gracias a mucha gente de que esto se mantenga vivo. Esto es en realidad la cultura de base, porque no se puede crear cultura ni se puede vivir del rock and roll de estadios; al final esto empieza en los bares, en un chiquillo que está en una sala viendo algo, en un chaval de 16 años que se compra una guitarra y va a un bolo… ahí es donde está todo y hay mucha gente involucrada en ello que no saca un duro de esto: periodistas como vosotros que lo hacen por amor al arte, promotores de salas que acaban palmando dinero en muchas ocasiones, gente que te pincha en una radio pequeña… por eso queríamos dejar ese mensaje ahí y nos parecía importante decir que todo esto es el origen y nos hace felices.
También os acordáis de grupos como Los Brazos Uncle Sal, Los Deltonos, The Northaguirres, Mama Kin… ¿Cómo ves la escena musical actual?
Luis Kleiser: ¡Es brutal! A ver si la gente se entera. Y eso que sólo hemos puesto nombres de gente con la que hemos trabajado o con la que tenemos alguna relación, pero se me ocurren muchos otros nombres como Imperial Jade, Electric Alley, The Soul Jacket, Empty Bottles… hay un montón de bandas buenísimas y hay que dar gracias a toda la gente con la que te cruzas por el camino porque de todo aprendes y se crean relaciones muy buenas de amistad que son maravillosas. En el libreto también aparece nuestro lema, "Support your local music scene", que es algo que llevamos reivindicando desde el principio; nosotros intentamos colaborar con las bandas de Zaragoza y montamos un "Christmas show" todos los años el 25 de diciembre al que invitamos a un montón de músicos de la ciudad a que toquen con nosotros; crear escena da una sensación de que hay movimiento y eso hace que la gente empiece a interesarse por ello. La unión hace la fuerza y nos mola ese rollo.