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Entrevista: Dogo

Por: Javier González

“Aquel que venga a vernos se encontrará rock and rolles apasionados, medios tiempos intensos y baladas de rompe y rasga. En definitiva, Rock & Roll caliente” 

A mitad de camino entre el cielo y el infierno, donde solo la tenue luz de la luna alumbra los solos de una guitarra de rock, aparece la figura del maestro Juan Diego “Dogo” Fuentes, el que fuera vocalista y un sinfín de cosas más de Dogo y Los Mercenarios, aquel encomiable combo de rock sevillano que cantó con suma belleza a una ciudad y a una vida que tenía más trazos en curva, vaivenes y toxicidad de la que jamás nadie nos contó. 

Y aún así, la suya es una historia de belleza, de amor por un género que dentro de nuestro idealizado underground, legó un cadáver joven y bonito, cuyo testamento sonoro son tres discos, como tres soles, donde aún hoy es obligatorio acudir de cuando en cuando, para darnos cuenta de que sin mucho bombo en nuestra música han existido genios cuya sombra es de lo más alargada. 

Ahora Dogo sin Los Mercernarios, vuelve a los ruedos del rock ibérico, secundado por una magnífica banda, de amplio y probado pedigree, con la que volverá a desempolvar un cancionero atemporal, sumándole nuevas composiciones, que harán de cada cita una celebración de la vida que mucho nos tememos ningún amante del buen material deberá dejar pasar de largo en su ciudad.

Nos ponemos en contacto con el bueno de Dogo, quien dejando atrás su leyenda negra, se muestra cordial, cercano y de lo más atento. El mito, agrandado ante nosotros, en otra de esas entrevistas que a buen seguro nos dejarán marcados. 

Vamos a comenzar por el principio si te parece. ¿En qué momento y de qué forma surgió la oportunidad de volver a pisar los escenarios? 

Dogo: Los Mercenarios nos separamos en el año 91, recién salido “Mala Reputación”. A lo largo de los años estuve saliendo y entrando de Sevilla e hice algunos intentos de retomar la actividad musical, aunque ninguno cuajó como algo sólido. Volver a pisar los escenarios no ha sido algo meditado, sino que la vida me ha ido conduciendo a ello en uno de esos quiebros afortunados que tiene.

Tengo entendido que en esa bendita casualidad tiene mucho que ver el hecho de que ahora vivas en León. ¿Qué te lleva allí? ¿Y cómo se vuelve a meter el gusanillo de los escenarios en tu cuerpo? 

Dogo: Vivo en León desde hace cuatro años y a esta ciudad me trae el amor y una sólida relación con Cristina, mi mujer. En un principio, no tenía pensado retomar la actividad musical, pero el encuentro con algunas personas de esta ciudad muy involucradas en la vida musical a nivel nacional, léase Juancho López, él ha sido decisivo para mi regreso.

¿Cómo de difícil ha sido la elaboración de un repertorio representativo? ¿Cuál ha sido el criterio a seguir a la hora de hacer la selección de canciones? 

Dogo: En la elaboración del repertorio hemos pretendido darle cabida a determinados temas de los tres discos de Dogo y los Mercenarios, así como también hemos destinado un espacio para temas que yo había compuesto en solitario sin Juanjo Pizarro. A todo esto, le hemos añadido dos o tres versiones que siempre son un buen comodín a la hora de hacer directos. 

Como bien dices, en el cancionero que sonará en directo, habrá tanto canciones antiguas como algunas más novedosas. Ponme los dientes largos. ¿A qué suena el nuevo material? 

Dogo: Te puedo decir que el nuevo material no chirría en absoluto al lado de las canciones de toda la vida. Al fin y al cabo, todo el material procede de mi equipaje musical personal.

¿Cómo te has sentido ante el hecho de volver a enfrentarte a canciones antiguas que hablan de otros momentos de tu vida? 

Dogo: Me ha encantado retomar los temas antiguos con la nueva banda porque, aunque se respeten las estructuras y los tonos, cada uno de los músicos aporta su granito de creatividad a la hora de enfrentarse a ellas. Y eso hace que adquieran una mirada renovada. No tengo ningún problema con que esas canciones hablen de otros momentos de mi vida, porque, al fin y al cabo, esos momentos me pertenecen y los tengo superasumidos. Incluso algunas de esas letras tienen ahora segundas lecturas con el paso del tiempo. 

¿Tardasteis muchos ensayos en conseguir que la cosa sonara tal y como vosotros queríais?

Dogo: Bueno, aquí te podría colar aquello tan manido de que ensayar es de cobardes, pero la banda está formada por gente muy curtida en escenarios y todo lo que concierne a la labor musical en bandas de rock and roll, de manera que el sonido ha cogido cuerpo en una cantidad de ensayos que podríamos determinar como moderada. 

¿Qué puedes decirnos de la banda que te acompañará en directo?

Dogo: Te puedo decir que he tenido la suerte de conectar con unos músicos solventísimos y que además nos hemos convertidos en muy buenos amigos en lo personal. El que ha organizado todo el cotarro, como te dije, es Juancho López, que además de ser el bajista, se encarga de toda la gestión. De las guitarras se encargan Jorge Colldan y Xavi Señor No, ambos tocan juntos en Señor No y tienen cogido el pulso en la interacción desde hace tiempo. A la batería, Sam Malakian, que a pesar de su juventud es un músico multiinstrumentista consumado. Todos ellos están imbuidos en otros proyectos, tales como Kurt Baker Combo, Señor No, Platillos Volantes, Peralta, Salamarders, Allrighters,… y Jorge, además, regenta un estudio de grabación, Quadraphonics, en León. Para mí es un lujo tocar con todos y cada uno de ellos.

¿Afrontas esta nueva aventura con la idea de que se convierta en algo estable? ¿O es tan solo un paréntesis en tu retiro?

Dogo: La vida irá diciendo. De momento, vamos a pasarlo bien tocando, que es lo suyo, y, sí, hablamos y tenemos en mente grabar temas nuevos sin prisa, pero sin excesiva pausa.

La Leyenda de Dogo y Los Mercenarios está presente en mucha gente que ni tan siquiera os vio en directo. ¿Cómo se consigue algo así sin haber sido una banda súper ventas?

Dogo: Creo que si Dogo y los Mercenarios siguen hoy en el acervo musical de determinada gente es porque se grabaron tres discos honestos y que con el tiempo las canciones que contienen siguen teniendo algo que decir.

Unida a la trayectoria de la banda y a la tuya propia también existe una leyenda más oscura, marcada por el conflicto y las sustancias. ¿Hasta qué punto todo lo que se oía de vosotros era cierto? 

Dogo: Bueno, te diría aquella frase clásica de Ramón de Campoamor que dice «En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira». 

Sabes… cuando escucho a Dogo y Los Mercenarios, se me viene a la memoria Burning, cada uno en su estilo y con sus particularidades, y a El Ángel. ¿No sé si te sientes cercano a algunos de sus postulados? En caso de no ser así… ¿Qué bandas reconoces cercanas a tu idearios?

Dogo: Nunca he ocultado que desde que era un cachorro en la ciudad Pegaso, mis discos de cabecera fueron el “Madrid” de los Burning, “Fiebre de vivir” de Moris, “Matrícula de honor” de Tequila, la Banda Trapera del Río, y aquellas recopilaciones que sacaba Chapa de Rock del Manzanares, etc…. quiero decir con esto que creo que fui afortunado de coger este periodo que va del 77, 78 y 79 en el que el rock cantado en castellano se normalizó. Evidentemente, en el barrio se oía todo el glam rock que venía de Inglaterra, por supuesto los Stones, Alice Cooper, Bowie, Lou Reed, etc. Pero lo que más me marcó, en definitiva, fue el rock cantado en castellano. Con respecto a El Ángel, es uno de mis hermanos de la vida. Compartíamos gustos musicales y literarios, aparte de experiencias vitales. Su primer grupo, Escaparates, y mi primer grupo, Los Canijos, estaban muy conectados en ideario musical y bebíamos influencias unos de los otros. A día de hoy, siempre hago un homenaje en mis conciertos a El Ángel. 

Vienes de una ciudad con mucho arte y tronío como Sevilla. ¿Qué te llama la atención del panorama musical de la ciudad? 

Dogo: Me sigue llamando poderosamente la atención la gran cantidad de guitarristas geniales que salen de debajo de las piedras por todos los rincones de Sevilla. Me sigo llevando muy bien con muchos de los grupos que pululan por la ciudad, tales como Pájaro, Los Labios, Quentin Gas y los Zíngaros, the News, Milkyway Express, All La Glory, Freddie di Levi, Alejo y Cuatro Leguas, y tantos otros que sería imposible nombrarlos a todos… y que me disculpen si se me olvida alguien.

¿Y por extensión del rock and roll nacional?

Dogo: Del rock and roll a nivel nacional me llama la atención que tendría que dedicar gran parte del día para estar al cabo de la calle de todo lo que sale, que es mucho. Creo que hay un gran nivel una diversidad estilística muy sana en la música que se está produciendo en el país.

Ahora que vuelves. ¿Cuáles son las diferencias que observas en todo lo que rodea al panorama musical actualmente del que dejaste atrás? –Me refiero al tema medios de comunicación, salas, ausencia de discográficas, apoyo de las radios, etc…- 

Dogo: Pues mira, ahora que vuelvo, creo que hay una gran diferencia con el panorama que yo dejé atrás. Aparte de que las discográficas se han multiplicado por diez, es decir, que los pequeños sellos proporcionan cobertura a grupos que antes no hubieran tenido la oportunidad de grabar, está la cuestión de los festivales, que por un lado, cubren una demanda sobre todo en verano, si es cierto que han hecho que el público acuda menos a las salas porque hay saturación de oferta. Creo que las salas son el verdadero vivero para la generación de escenas y la cantera para la generación de nuevo público, y si estas se van a pique, todo el entramado se irá con ellas. En definitiva, los festivales están muy bien, pero a mi entender no son el mejor espacio posible para ver bandas y el público se acostumbra a una hiperoferta en la que el postureo gana la partida. 

¿Tendremos algún recuerdo en forma de disco de ésta nueva aventura sonora? 

Dogo: El tiempo lo irá diciendo, pero partimos de que hay una voluntad creativa en este proyecto. 

Al mirar atrás, con todo el bagaje acumulado y los kilómetros hechos, además de las buenas canciones facturadas. ¿Qué valoración haces de tu trayectoria? 

Dogo: Siempre he dicho que mi trayectoria se puede parangonar a la balística del mortero, es decir, la elipse es bella.

¿Qué crees que te deparará el futuro en esta nueva aventura?

Dogo: Mucha diversión sobre los escenarios y buenas vivencias con mis compañeros. 

Hay muchas ganas de verte en directo en sala El Sol ¿Qué nos encontraremos todos aquellos que nos acerquemos a veros en las presentaciones en vivo? 

Dogo: Rock and rolles apasionados, medios tiempos intensos y baladas de rompe y rasga. En definitiva, Rock & Roll caliente.