Por: Txema Mañeru
¡Este trío canadiense es una de las mejores bandas de puro y auténtico punk de la última década! Además no se han ablandado en absoluto ni en sus salvajes directos ni en sus arrolladores discos. Por lo primero les ficharon ipso facto la gente de Sub Pop con su buen ojo para descubrir jóvenes bandas de todos los rincones del mundo. Si un grupo está en el sello de Seattle es que realmente vale la pena. Tanto con "Metz" como con "Metz II" firmaron de los mejores discos del género del año 2013 y 2015 respectivamente. Con "Strange Peace", que desprende cualquier sentimiento menos el de paz, estarán también entre los mejor del presente año. Puede parecer que se han sofisticado o suavizado por el hecho de que se han ido hasta los 36 minutos de duración con tan solo 11 canciones. Antes no llegaban ni a la media hora y con alguna canción más, incluso.
Pero, tranquilos, que no es así. Han grabado en el Electrical Audio de Chicago de la mano de Steve Albini y ya se sabe que Albini no es amigo tampoco de excesivas florituras. El arranque con "Mess of wires" es más violento y sucio que nunca. Suena atronadores y parecen seis en lugar de tres. Casi parecen los Swans, pero en breve y más punk. Bueno, no tanto. que aquí ya superan los 3 minutos y medio. Con el segundo single, "Drained lake" hasta superan los cuatro y las guitarras parecen cargadas de ácido sulfúrico, aunque muestran algo de melodía en la voz y hasta aromas grunge que recuerdan a compañeros agresivos del sello como los TAD o Mudhoney.
Llega "Cellophane", primer single, y el terror sigue campando a sus anchas. En "Lost in the blank city" de nuevo resuenan infernales y oscuros como los últimos Swans. Ya en "Mr. Plague" muestran un ritmo aplastante y con marcialidad punk, pero con las guitarras más duras o noise aún. La vocalización a lo Johnny Rotten de Alex Edkins la volvemos a tener en el old school titulado "Escalator teeth" y la velocidad endiablada regresa con "Dig a hole'".
Se despiden por todo lo alto con "Raw materials". Un tema cargado de cortocircuitos y para gritar como posesos "Still life". Sí, muy vivos y esta vez por encima de los 6 minutos con momentos de guitarras de puro noise-punk y otras con algunos matices que se pueden acercar hasta las del "Marquee Moon" de Television. Tengo unas ganas locas de verlos en directo y que me transitan su "Extraña Paz".