Teatro Lara, Madrid. Miércoles, 8 de noviembre del 2017.
Por: Macarena Chamorro
Resulta curioso que, tal y como está la actualidad, varios centenares de madrileños se reunieran
para escuchar música en catalán e incluso sumar su voz a la causa. Pero así ocurrió la noche del
miércoles. ¿Los responsables? Maria Arnal i Marcel Bagés.
Con las entradas agotadas desde hacía un mes, como es habitual en sus conciertos, la voz y las
guitarras de este dúo nos acompañaron a lo largo de noventa minutos en un viaje contra la
desmemoria y el silencio cómplice.
Caen las luces del Teatro Lara y suena "45 cerebros y un corazón", la canción que da título al
disco. Una muestra, desde el primer minuto, del carácter reivindicativo de su propuesta, que la
propia Maria se encargó de explicar una vez acabado el tema. Tras un breve monólogo llega el
turno de "Bienes", breve pero bella, ideal como segunda canción, en palabras de su productor.
Una a una se fueron sucediendo "Jo no canto per la veu", "Cançó de Marina Ginestà" y "Cançó del
taxista", de nuevo acompañadas de acertadas acotaciones sobre su contexto, sus protagonistas o
compositores.
La solemnidad imperante en todo momento en la sala de teatro a la italiana se hace, si cabe, más
patente con "Ball del vetlatori", la primera canción que Maria y Marcel interpretaron juntos. Un
homenaje, recordaban, a los cantos y danzas que se acostumbraba a consumar en las familias
durante el velatorio tras la muerte de un bebé. Y la muerte nos lleva "A la vida", un magnífica
versión del tema del alcoyano Ovidi Montllor, en el que las cuerdas de la guitarra de Marcel y la
voz de Maria vibran en todo su esplendor.
La sorpresa de la noche se materializa cuando aparece David Soler, productor del disco, que les
acompañará durante el resto del concierto. Tocan su "canción de misa", como ellos llaman a "La
gent", adaptación musicada de un poema de Joan Brossa, y a continuación su "canción
reggaetonera", "No he desitjat mai cap cos com el teu", que Maria tradujo mientras Marcel se
afanaba en la afinación de la guitarra. Siguen "Canción total", tema de su amigo Héctor Arnau que
coreó toda la sala, el acertijo musical "Desmemoria" y por último su gran tema "Tú que vienes a
rondarme". ¿Por último? No. Con el escenario ya vacío y el público en pie, aplaudiendo sin parar,
el dúo catalán regresó para interpretar "Tu saps", una demanda de la alegría cotidiana. Para
alegría -quizá no tan cotidiana- verlos en directo, desde luego.