Teatro Barceló, Madrid. Lunes 27 de noviembre del 2017
Texto y fotografía: Eugenio Zázzara
El Teatro Barceló luce el traje de las grandes ocasiones. En el marco del ciclo 981Heritage SON Estrella Galicia, damos la bienvenida a una de las artistas más peculiares que hayan salido últimamente del gran vivero de la costa oeste de Estados Unidos. Sin embargo, lejos de encajar en un ámbito rock o popular, Julia Holter, se desprendió desde el principio de cualquier fácil etiqueta, gracias a su técnica y a sus grandes capacidades en la composición y en el arreglo. Sobrada prueba de ello nos dio en sus primeras proezas, "Tragedy" y "Ekstasis", obras no fácilmente asequibles pero que van creciendo en el tiempo escucha tras escucha debido a sus sugestiones indudables.
"Have You In My Wilderness" ha sido su producción más "comercial" hasta la fecha, aunque, por muy mainstream que pueda sonar, se le puede tildar como minimalista pop de vanguardia, magistralmente mezclado con jazz y clásica.
Tras sacar el disco en vivo "In The Same Room", Julia ha estrenado una gira por teatros acompañada por Tashi Wada, músico y compositor, hijo del Yoshi Wada miembro del colectivo Fluxus.
El escenario es desnudo pero suntuoso. Nada más hay un piano de cola, con un soporte y un sintetizador montado encima a distancia respetuosa. Julia sube con su forma curiosa de andar, fugaz y dando saltitos. Lo que interpreto como timidez hace que sus gestos y expresiones aparezcan algo abruptos y cortados, y oculta en cada intercambio con el público una risita breve y medio sofocada. Cierto es que, aunque conciba sus temas al piano, reinterpretarlos ella sola, sin ningún otro soporte además de los efectos de fondo por Tashi Wada, es un buen reto, tanto musical como emocionalmente. Para volverlo todo más interesante, hubo estrenos de temas sin grabar y que podemos suponer aparecerán en su próximo disco.
Sin darlo por hecho o por fácil, los temas alcanzan un nivel superior de intimidad e introspección respecto a la versión en los álbumes, y la exhibición goza de una atmósfera especialmente sugerente, gracias también a un público educado y atento. Julia casi pellizca las teclas del piano en los momentos más delicados y casi se tira encima de ellas cuando hay que cambiar de registro. El acompañamiento del canto se irradia alrededor, llenando el abundante vacío, demostrando un dominio indiscutible pero también dando a entender unas posibilidades de mejora aun por explorar. Las muecas y la manera con la cual tuerce la boca llaman a la memoria a otras protagonistas femeninas de la música "culta" actual como Joanna Newsom, y evidentes son algunas referencias de la cantautora en algunos momentos en particular, donde se puede escuchar algo de Kate Bush así como de Diamanda Galas o, sin excluir al otro género, Jeff Buckley. Tashi Wada también echa de lo suyo, subrayando los momentos más delicados con toques casi imperceptibles y produciendo bourdones bajos y contundentes cuando es necesario, sin por eso robarle la escena a su compañera.
El bis de "Betsy On The Roof" es el desenlace emocional perfecto para un concierto cuya casi única tara es la duración de tan solo una hora.
Ojalá podamos volver a escucharle en un año, tal vez cuando los temas nuevos ya hayan encontrado sitio en un nuevo álbum.