“Creemos en la música como vehículo de unión entre las personas en un momento en el que cada vez estamos más aislados”
Por: Sergio Iglesias
La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) comienza en Noviembre la gira de presentación de su nuevo disco "Salvavidas (de las balas perdidas)", un álbum en el que la banda burgalesa ha dado un paso adelante incluyendo nuevas influencias a su ya de por sí variado sonido. Para ello, se han pasado un año alejados del barullo conociendo nuevos lugares que les sirvieran de inspiración para este nuevo trabajo en el que, sin embargo, también han realizado una mirada introspectiva profundizando también en los ritmos castellanos y el folclore tradicional de su tierra. De momento y, para abrir boca, la M.O.D.A. ha presentado "Salvavidas" en una serie de pequeños conciertos acústicos y, precisamente en una de estas actuaciones, concretamente en la que hicieron en Bilbao, pudimos hablar con David Ruiz, vocalista de la banda.
Mucho se está hablando de que "Salvavidas (de las balas perdidas)" ha supuesto un paso adelante en vuestra discografía. ¿Cómo se gesta este paso adelante?
David Ruiz: La idea era no perder esa esencia que nos ha hecho reconocibles en estos seis años pero, a la vez, no repetir la fórmula ni quedarnos estancados y llevar un paso más allá lo que hacemos, tanto a nivel de letras como a nivel de estructuras y armonías. Por eso, hemos incluido nuevos instrumentos como el clarinete y arreglos de tuba, vibráfono, violín, trompeta… Hemos intentado incorporar nuevas influencias al blues, el country, el folk y el punk que ya estaban, porque sentíamos esa necesidad de añadir cosas nuevas a nuestra música, nuevos ritmos desde sonidos de los Balcanes, pasando por la chanson francesa, Édith Piaf o George Brassens con esos ritmos de acordeón y clarinete, las cuerdas de "Himno nacional" que suenan a Irlanda o a Edimburgo, o incluso el fado que también está presente… eso ha sido trabajado, pero era necesario el reposo porque no se trataba de hacer una simple copia de algo que ya estaba inventado.
Aunque, tal y como dices, habéis recogido influencias de diversas partes del mundo, no os habéis olvidado de ahondar en la música de vuestra tierra…
David Ruiz: En el proceso de composición del álbum, que duró un año, nos fuimos fuera a buscar esa inspiración, pero también ha habido un proceso paralelo que nos ha llevado más cerca de nuestra tierra, a escarbar en nuestras raíces, en la vida de nuestros abuelos, en las tierras y en los pueblos de Castilla… eso nos ha llevado a redescubrir el folclore de la península tal y como se puede ver en temas como "La inmensidad" con un patrón de ritmo irregular, propio del folklore castellano, o en letras como la de "Campo amarillo" en la que cantamos a nuestra tierra ya que nos sentimos más cerca de ella que nunca.
Habéis llevado con un cierto secretismo la elaboración de este álbum, ¿Era necesario salir de la vorágine y desconectar tras el pelotazo que pegasteis con vuestros dos anteriores discos?
David Ruiz: Sí. Al final, entre discos y conciertos, han sido casi seis años y era necesario parar y hacer un punto y aparte porque los discos anteriores venían de unir periodos de composición – disco - gira - ir componiendo para el siguiente - seguir tocando… necesitábamos un poco de reposo para digerir todo eso y ver el camino que habíamos recorrido y hacia dónde queríamos dirigirnos y, con un poco de calma y lucidez, poder ir componiendo sin prisa. No hablamos a nadie del nuevo disco ni de lo que estábamos haciendo, lo que nos dio esa tranquilidad que nos hacía falta; por supuesto que siempre tienes presente al público porque sabemos que estamos aquí por ellos, pero no queríamos vernos condicionados por los oyentes o por las expectativas.
¿Y cómo ha sido la respuesta de vuestros fans?
David Ruiz: La respuesta ha sido muy cálida e incluso abrumadora porque ha llegado al número 2 en Itunes, hoy mismo he visto que tenemos ocho de las once canciones entre las 50 más virales de Spotify en España, se han agotado tres Rivieras en un mes… realmente nunca hemos sido mucho de dejarnos llevar por las cifras y las ventas, pero sirven para darte una medida de hasta donde están llegando los temas y de que las canciones están llegando a la gente más que nunca; así que, después de seis años de trabajo en el día a día, estamos empezando a recoger muchos más frutos de los que nos habíamos imaginado y eso nos hace todavía más felices.
En cuanto a las letras os ha quedado un disco muy… ¿político?, ¿social?
David Ruiz: A mí me gustaría más decir que ha quedado un disco humano, porque habla del ser humano en todas sus facetas desde la más íntima y personal hasta lo más colectivo. No sé si surge por la preocupación, ya no solo por uno mismo, sino por el resto, pero hay momentos de inconformismo, de rabia y de reivindicación aunque también hay momentos para la esperanza y quizá hay un poco más de luz que en el disco anterior. Son canciones que apelan a ese colectivo porque creemos en la música como vehículo de unión entre las personas en un momento en el que cada vez estamos más aislados, bien por la tecnología que hace que las relaciones humanas sean cada vez más escasas o bien por este sistema y esta sociedad cuyas circunstancias hacen que hoy en día el trabajo sea lo que decide donde vives y hace que las personas tengan que marcharse de sus ciudades o que no tengan tiempo para nada que no sea currar; al final, de ese caldo de cultivo surgen esas letras y es un disco muy del día a día.
Háblanos de las colaboraciones con las que habéis contado en "Salvavidas"...
David Ruiz: Esta vez no queríamos forzar las colaboraciones. En discos anteriores ya habíamos colaborado con gente que nos mola mucho como Gorka (Urbizu) o Quique González y esta vez queríamos que las canciones fueran las que nos pidieran las colaboraciones. Hay dos colaboraciones, una musical en un fragmento de "Los locos son ellos" que nos pedía un rapeado y quisimos contar con dos artistas de nuestra ciudad como Victor Rutty y Rober del Pyro del grupo The Louk; queríamos gente que conociéramos ya, nada frío de contactar por mail, sino algo que nos llenara y que fuera coherente con la dirección que había tomado el disco de acercarnos cada vez más a nuestras raíces, y así surgió la otra colaboración que es lírica, una letra hecha a medias con un poeta de origen palentino, Escandar Algeet. Si te fijas ha quedado todo muy de la tierra y no hemos querido hacer nada artificial.
¿Es complicado abrirse hueco en el mercado viniendo de una ciudad como Burgos, con menos industria que otras ciudades como Madrid o Barcelona, por ejemplo?
David Ruiz: En Burgos hay mucha música y muchos grupos, pero a veces parece que Madrid, Barcelona, o incluso Bilbao, son los que más aportan en cuanto a música, supongo que porque son ciudades más potentes y también porque la industria está más focalizada en estos lugares. Por eso tenemos que luchar por poner nuestra tierra en el mapa, pero huyendo de localismos panfletarios absurdos, ya que nosotros nos sentimos igual de cercanos a un tío de Bilbao que a uno de Cádiz o de Burgos. Sentimos un gran apego a nuestra tierra y, aunque las cosas no sean fáciles, no nos podemos quejar porque siempre se nos ha tratado muy bien en casa y eso ha sido lo que ha hecho que nos presten atención fuera.
Siendo un disco tan complejo en cuanto a la variedad de sonidos, supongo que habrá sido muy importante la producción…
David Ruiz: Sí, ese ha sido uno de los puntos clave. Hubo un trabajo previo con Diego Galaz donde fuimos dibujando los sonidos y los arreglos que queríamos, lo fuimos fraguando y luego Santi (García) lo llevó a cabo. De alguna manera fuimos eligiendo la paleta de colores con Diego, pero Santi se encargó luego de ponerlo en el lienzo y, de ese trabajo de juntar varias visiones, que no siempre es fácil, es de donde surge el sonido y el alma del álbum.
¿Ha sido el más complicado hasta el momento?
David Ruiz: Sobre el papel ha sido el más complicado, pero no ha sido el más duro de hacer porque ha habido más tiempo para hablarlo todo. Lo que hicimos, en vez de irnos a grabar con un tipo a Gales, a Inglaterra o a Nueva York, que hubiera sido la hostia y esperamos poder hacerlo algún día, fue invertir el dinero que teníamos ahorrado en disponer de más días de estudio y eso nos ha permitido ir dándole vueltas a las cosas y que saliese como queríamos.
¿Hay ya ganas de presentar las nuevas canciones en directo?
David Ruiz: ¡Claro! Después de un año de tocarlas en nuestra habitación o en el local, dándoles mil vueltas, a puerta cerrada y sin decírselo a nadie, ahora llega el momento más guapo, que es presentarlas a la gente, que las hagan suyas y las canten. Por eso, este mes de octubre haremos como un aperitivo en estos conciertillos de presentación y lo gordo empieza en noviembre con una gira de 15 ó 16 conciertos programados que se pueden ver en nuestra página web; después seguiremos haciendo salas y todos los festivales que se pueda el próximo año y esperamos también hacer Latinoamérica en algún momento, y tenemos también programados conciertos en Dublín y en Londres, no queremos quedarnos sólo a nivel estatal, sino salir cada vez más fuera, que nos motiva mucho.