“Hemos demostrado que somos una banda de recorrido y que estamos aquí para quedarnos”
Por: Javier González
El tercer larga duración de Inra lleva por título “Pripyat estaba por Aquí”, en lo que supone una clara apuesta por la evolución sonora de la banda; quienes parecen dispuestos a no dejar de bucear en los más diversos estilos, que en ésta ocasión les llevan a hacer parada y fondo en el amplio espectro del rock alternativo, entre sonidos densos, tonos grisáceos y textos que oscilan entre la crítica y la introspección del que observa una sociedad en ruinas.
Con motivo de tan magnífica vuelta a la actualidad, hemos decidido contactar con la banda, para que sean ellos mismos quienes nos desvelen los secretos de un trabajo que estarán presentando el próximo Viernes día 1 de Diciembre en la madrileña sala Taboo.
Volvéis a la actualidad de la mano de “Pripyat estaba por Aquí”, el tercer largo de vuestra discografía. ¿En qué momento y de qué forma comenzaron a surgir las canciones del álbum?
Irra: Las canciones de este disco empezaron a fraguarse al poco tiempo de grabar el EP de “Síntomas”. Creo que llegamos a encontrar una forma de trabajar en la que nos encontrábamos muy cómodos y simplemente aprovechamos ese tirón creativo que nos dio “Síntomas”. La composición de ese disco ha abarcado gran parte de los dos últimos años y creo que hemos cambiado un poco la forma de abordar los temas, las melodías, e incluso la forma de cantarlos. Personalmente (Irra Gómez), tenía la necesidad de cambiar la forma de cantar y eso requería dar un tratamiento distinto a cada instrumento y los ritmos. Podríamos decir que hemos adaptado las canciones a una forma de cantar con la que me sentía más cómodo.
En primera instancia al enfrentarse al disco llaman la atención dos cosas; la primera el nombre del mismo, con referencia a la ciudad afectada tras la explosión de la central nuclear de Chernobil. Caigamos en el tópico del mal entrevistador. ¿Por qué decidisteis llamar así al álbum?
Irra: Teníamos varias propuestas de nombres para el disco. Adrián Bilbao (Batería), llegó un día al local y nos comentó que había tenido una especie de iluminación mientras se duchaba, y que sin saber por qué le había venido esa frase a la cabeza: “Pripyat estaba por aquí”. Empezamos a investigar un poco más toda la historia de Chernóbil, y quedamos fascinados con Pripyat en la actualidad, 30 años después. Las imágenes de la ciudad fantasma, misteriosa, totalmente destruida por el hombre, por la vehemencia del hombre y cómo la propia naturaleza estaba haciendo resurgir de la nada aquella ciudad. Nos pareció una paradoja con lo que tratábamos de expresar con las letras de las canciones, y supimos que ese era el nombre, sin dudarlo. El poder de la naturaleza es infinito.
Otra de las cosas llamativas es la evolución en el sonido de la banda. Recuerdo vuestras dos obras anteriores asentadas claramente en otros postulados sonoros, y ahora sorprendéis con un sonido más cercano al rock alternativo. ¿A qué responde ésta evolución? ¿Veremos a Inra pararse en otros géneros aún más sorprendentes y llamativos?
Irra: Creo que era algo que todos llevábamos dentro, aunque también creo que no ha sido hasta ahora cuando era el momento de abordarlo. Puede que también tenga que ver con la propia evolución individual como músicos. Personalmente, ahora tengo mucho más claro qué tipo de canciones son las que quiero hacer y dónde quiero llegar con ellas. Ahora mismo no me salen canciones que sí nos salían cuando empezamos con este proyecto. Y eso forma parte también de la madurez compositiva y de encontrarse con uno mismo, de conocer tus limitaciones y potenciar tus fortalezas. Creo que todos teníamos ganas también de encontrar un directo intenso que le diera al público un motivo por el que venir a vernos. Disfrutamos mucho más ahora. Siempre intentamos no hacer dos discos iguales o parecidos, por lo que probablemente en el próximo, intentemos darle una vuelta más, claro que sí. Este disco es la expresión del ahora. Mañana ya veremos qué nos pasa por la cabeza.
Escuchando el disco en profundidad uno se queda con la sensación de un trabajo asentado en brumas densas, tonos grisáceas y unos textos crípticos, a mitad de camino entre lo crítico con la sociedad actual y lo que evoca aquello que se fue. ¿Lo veis así vosotros?
Irra: Creo que el tono del disco es como lo describes y eso tiene que ver con los acordes menores. Nos encantan los acordes menores, a mí por lo menos. Me dan más juego a la hora de componer y crear una serie de ambientes. Las letras trato de que vayan en consonancia con los ambientes que crean las canciones y me gusta mucho tratar de buscar letras que salen del subconsciente. En algunas canciones, no siempre, me pongo a escribir sin tener un tema claro. Sólo escribo lo que me pasa por la cabeza en un momento determinado y claro, esas letras vienen predeterminadas por actitudes o estados mentales. Siempre acabo encontrándole el sentido al tiempo de escribirlas y siempre me termino encontrando con lo que quería decir exactamente. Es una sensación extraña. También hay canciones más directas, descriptivas o incluso narrativas, como pudiera ser “I Love Bilbao” o “Videntes Anodinos”.
Las letras desprenden una sensación a mitad de camino entre lo que llamaríamos un vistazo al interior de uno mismo, con sus miedos y ausencias, y con la mirada inquieta hacia un exterior cada vez más decadente y casi terrorífico. ¿Qué da más miedo mirar hacia dentro o a lo que nos viene dado desde fuera?
Irra: Sin lugar a dudas mirar hacia dentro. Realmente no sabes lo que te vas a encontrar ante situaciones límite, que es cuando sale tú verdadero yo. Echar una mirada dentro no siempre es agradable aunque es realmente necesario. Probablemente si lo hiciéramos más, eso que nos viene dado desde fuera, quizá, sería diferente. Es imposible no prestar atención a todas las cosas que están ocurriendo. Es para parar un momento a pensar qué cojones estamos haciendo. Lo peor es que son muchos años ya de verlo venir y parece no importar. Se nos está yendo de las manos por la misma vehemencia y soberbia de la que hablábamos antes sobre Chernóbil.
¿Sois conscientes de que os habéis clavado un auténtico hitazo con “Estación Cero”?
Irra: ¿En serio? Somos conscientes de que era una canción que podía entrar más fácilmente que otras del disco, pero nunca nos planteamos eso. Son palabras muy serias como para creer que algo tuyo puede generar ese sentimiento. Muchas gracias.
¿Qué ocurrió en vuestro concierto en la sala Azkena para que le hayáis dedicado una canción?
Irra: En Bilbao se dieron muchas circunstancias juntas. Era la primera vez que salíamos a tocar a Bilbao a una sala tan mítica como la Azkena. Además, fueron a vernos muchos amigos desde Madrid, San Sebastián, y del propio Bilbao, por lo que la noche estaba más que asegurada. Allí conocimos a Gaizka de la Azkena, un tío encantador que sabe cómo tratar a las personas, y más si son músicos. Te hace sentir como en casa. No siempre se dan esas circunstancias. Conocí a uno de los integrantes del Inquilino Comunista, un grupazo que conocí allá por los 90. Si a todas estas cosas le sumas que dimos un buen bolo y que nos pillamos una buena, era cuestión de tiempo escribir sobre esa noche. I Love Bilbao fue la frase más repetida durante la noche y las semanas siguientes.
Por cierto, aplaudo muy fuerte el hecho de que hayáis llamado a una canción “El Olor de los Libros”. ¿Echáis de menos las cosas físicas, palpables, aquello que se puede tocar frente al mero almacenamiento en muchos casos vacío de contenido?
Irra: “El Olor de los Libros”, estuvo a punto de ser el nombre del disco por el concepto que subyacía en la propia frase. Viene a resaltar un poco lo que queremos reflejar también con Pripyat. Algo que fue y ya no volverá, pero siempre sin quedarnos a vivir en esa añoranza. La vida sigue, la naturaleza hace su trabajo a la perfección. Siempre hacia delante.
En “Videntes Anónimos” dais vuestra visión de los medios de des/información. ¿Qué valoración hacéis del eco que se hace en los mismos de propuestas musicales como la vuestra?
Irra: Los medios de comunicación tienen mucho poder, es obvio, y deben tener la suficiente responsabilidad para no tergiversar las cosas y confundirnos. Mucha de esa responsabilidad también recae en nosotros mismos, por lo que “Videntes Anodinos”, bien podría ser igualmente una crítica a las personas que consumimos cualquier medio de comunicación y nos tragamos todo sin ningún tipo de filtro. Debemos ser conscientes de quién comunica, qué comunica y cual pueda ser la razón, para juzgar y ser crítico. Nosotros no nos podemos quejar de nada. Estamos teniendo respuesta de los medios especializados y eso es muy bueno, aunque cuesta mucho hacerse un hueco y que te tomen en consideración. Por supuesto, siempre nos gustaría más, pero somos muchos los que hacemos canciones y sería pretencioso pensar que nosotros debemos estar ahí, y otros grupos no. Si te soy sincero, y lejos de pensar eso, si creo que hay mucho grupos que nos meten con calzador que no acabo de entender muy bien por qué. Pero eso es algo que no depende de nosotros. De nosotros depende hacer buenas canciones, buenos directos y seguir trabajando para que cada vez nos tengan más en consideración. Creo que hemos demostrado que somos una banda de recorrido y que estamos aquí para quedarnos.
Sois una banda con tres discos y un Ep a vuestra espalda, habéis tocado en salas importantes y en festivales de renombre, y aún así seguís en el más puro underground patrio. ¿Cómo os sentís ante semejante tesitura?
Irra: A veces tenemos esa sensación de ser transparentes a todos, aunque con “Pripyat estaba por aquí” están ocurriendo cosas que no nos habían ocurrido con los anteriores discos. Quizá éste sea el punto de inflexión de algo que no sabemos muy bien qué es. Somos muy conscientes de dónde estamos pero vemos que con trabajo y constancia, las cosas pueden cambiar. Si algo nos define a inra es la cabezonería y sólo aparece el fracaso, cuando dejas de intentarlo.
¿No echáis de menos que se consolide una clase media musical que permita que las bandas vivan exclusivamente de esto?
Irra: Mucho. Hoy por hoy sólo viven de la música muy pocos, otros malviven, y el resto tenemos otros trabajos que nos permiten vivir y poder sufragar lo que supone grabar discos y salir de gira (doy gracias por ello). Aunque ya no es sólo vivir de la música. Nosotros nos daríamos con un canto en los dientes con sólo cogernos el teléfono cuando pedimos fecha para tocar en salas de otras ciudades. Pero todo está relacionado. Si no eres un grupo conocido, que suena en las radios o que tiene un equipo detrás, bien sea una agencia de management o un sello, la dificultad aumenta exponencialmente. Ésta es la realidad pero no nos lo queremos perder. Lo fácil sería quedarse en casa. No es nuestro estilo.
En breve comenzareis la gira de presentación del disco. ¿Qué se encontrará todo aquel que se acerque a ver a Inra?
Irra: Hemos preparado el directo a conciencia porque realmente una banda vive de su directo. Es la prueba de fuego para convencer de que haces esto porque amas esto, porque es tu forma de vida y expresión. Pretendemos que el directo sea potente, intenso y que guarde una línea durante todo el espectáculo. El repertorio incluirá canciones nuestros tres últimos trabajos principalmente.
Dentro de unos meses, cuando volvamos a hablar. ¿Qué sería lo que más alegría os daría contarnos?
Irra: Que tuvieras razón con lo del hitazo y eso nos abriera puertas que ahora permanecen cerradas.
¿Cómo consigue vuestro bajista mantener ese pelo ensortijado tan bonito y llamativo? Debe pasar horas y horas en cuidándolo en casa.
Irra: Te contesto con sus propias palabras: “Enjabonar, enjuagar y repetir, siempre repetir”.