Nuevo Teatro Alcalá, Madrid. Lunes, 20 de noviembre del 2017
Por: Oky Aguirre
Siempre hay ganas de ver a los Waterboys, aunque el gallinero no sea el sitio ideal para las labores periodísticas. En un Nuevo Teatro Alcalá rebosante, Mike Scott vino a presentar las canciones de su último y larguísimo disco: "Out Of All This Blue", un doble con 23 canciones muy alejado de aquel folk irlandés que tanto añoramos, más dado a la mezcla de varios estilos como el R&B, mucho soul, funk y algo de … hip-hop. Después de haber hecho los deberes –me ha costado una semana escucharlo- no se me quitaba la sensación de cabreo que muchos fans de la banda hemos tenido, algo así como una traición, que se quedó disipada tras dos horas de concierto apabullante, aunque siguiéramos echando de menos muchos temas que no sonaron. Pero el "perro viejo" de Scott supo armonizar perfectamente ambos repertorios, los antiguos y los nuevos. "Esta noche voy a cantar canciones de amor", fueron las primeras palabras del líder de una banda irrepetible, responsable de glorias musicales como "This is the Sea" o "Fisherman´s Blues", y que anoche la formaban ocho excelentes músicos, destacando el teclista, con un hammond endemoniado, y dos espléndidas coristas, que arroparon musicalmente a Mike y que parecían sacadas de la Motown. Pero el verdadero lujo fue poder ver a Steve Wickham, el Jimi Hendrix del violín -según contaba Scott a Javier González en nuestra revista hace unos días- que ha vuelto al lado de su amigo para clavarnos su precioso sonido en nuestra "soul".
Abrió la noche "Do We choose who we love", quizá el tema con el sello Waterboys más particular del disco, ese sonido que ayer sonó grandioso –llegó a denominarse "big sound" por canciones como "A Pagan Place", que tampoco sonó ayer-. Diez o doce canciones para presentar "Out Of All This Blue" bastaron para sacar fuera de nosotros esos negativos sentimientos. "Santa Fe" es una balada preciosa con la cadencia ascendente de la voz de Mike, que sigue tan exquisita como siempre, "If I was your boyfriend" e "If the answer is yeah" le pusieron mucho funk, terreno que manejan con estilazo, pero con ciertas dosis de saturación. "Man, what a woman" podría pertenecer al "Room to Roam", aquella joya que definiría aún más el sonido Waterboys , que fue defenestrada en su momento, para con los años alcanzar gloriosas categorías. "Morning came too soon" fue un auténtico festival de compenetración de la banda, sonando totalmente distinta que en estudio, para nuestro regocijo. "Nashville, Tennessee", con su pegadizo estribillo y frases como "my soul is in Memphis but my ashes in Nashville, Tennessee" nos mostraron la faceta dylaniana de este cuentacuentos que es Mr. Scott.
Sólo nos quedaba esperar a lo que realmente habíamos venido: transportarnos a esos años de nuestros primeros actos, donde canciones de los Waterboys –sólo tocaron 6- estuvieron presentes, ya fuera en nuestras primeras citas o inocentes borracheras. Como cuando Scott tocó con su piano las primeras notas de "A girl called Johnny", en donde el saxo del fallecido Anthony Thistlethwaite fue deliciosamente cubierto por las cuerdas de Wickham, dando lugar a una auténtica explosión de sentimientos y derroche musical, dejando muy claro que aún aman sus composiciones pasadas. "Medicine Bow" fue como estar con los amigos bailando a empujones –por lo visto hoy lo llaman "pogo"-. Si hiciéramos un ranking de las canciones más conocidas de la historia, "The Whole of the Moon" estaría en el top 10 seguro. He llegado a no soportarla de tanto oírla, pero no es lo mismo escucharla en las radios, día tras día, que asistir en directo a algo que sabes te vas a guardar para siempre.
Para los bises se dejó el "How long will I love you" y "This is the Sea". Después de dos horas de una noche reconfortante que podría habernos dado algo más, quizá un "A Man is in Love" que todos esperábamos, pero que no tuvimos más remedio que perdonar al recibir, para mí, el regalo más precioso del concierto: "When Ye Go Away" , tesoro folk escondido en el "Fisherman´s Blues" que el 20N de 2017 sobrecogió Madrid.