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El gran truco final de Love of Lesbian

Wizink Center, Madrid. Sábado 18 de diciembre del 2017 

Texto y fotografías: María Solano Conde 

Suenan "Ciudadano A" de Iván Ferreiro y "NM" de Niños Mutantes. Algunos lo interpretan como pistas de una posible colaboración con los "lesbianos" esa noche. Otros — obsesos de las primeras filas, como buenos fans de John Boy— conspiran sobre las causas de la repentina muerte del fiscal Maza o comentan las alineaciones del simultáneo derbi capitalino. 

Pasadas las nueve de la noche oímos, por fin, la voz de Santi Balmes. Ocurre en forma de grabación, con la versión de "Qualsevol nit pot sortir el sol" que realizaron con motivo del último Record Store Day. Al igual que en la canción de Sisa, el espacio se llena de colores y se hace humo de las tristezas: el concierto va a empezar. 

Cuando ya no falta nadie, volvemos a escuchar —que no ver— a Santi Balmes, ya en directo. Premeditadamente oculto, interpreta "Cuando no me ves", constatación de que la ironía y los juegos de palabras con los que Love of Lesbian nos conquistó en sus primeros discos siguen presentes años después. Mientras, el resto de miembros de la banda van apareciendo sobre el escenario. Los titulares Julián Saldarriaga, Oriol Bonet, Ricky Falkner y Jordi Roig estuvieron acompañados en el directo, como es habitual, por Dani Ferrer; esa noche, además, contaron con la presencia de tres miembros de No Reply, al viento-metal. Aparece por fin el vocalista, como en un truco de magia, bajo una chistera, para rematar la canción y driblar a "Bajo el volcán". 

Cuando presuponíamos el protagonismo de su último trabajo, "El Poeta Halley" (Warner Music Spain, 2016), en la primera parte del concierto, la banda regresaba al "1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna)" (Warner Music Spain, Music Bus, 2009) con “Donde solíamos gritar”. Así, fueron revisitando su trayectoria hasta llegar a “Contraespionaje”, primera sorpresa de la noche. Sorpresa para el público, pero también para el grupo, que tras llamar a Coque Malla al escenario se encuentran con el vacío y el silencio como respuesta. "El quinto mejor plantón de mi vida", bromea Balmes segundos antes de que el ex Ronaldo entre en escena. "No me han avisado para salir", se excusa, y presto se apodera del micro y del Palacio.

Con "Los seres únicos" tocaba adoptar una cierta solemnidad, pues era el momento escogido para recordar a Joanra Planell, miembro fundador de la banda, que tras veinte años a cargo del bajo pasó el testigo a Ricky Falkner. De fondo, un vídeo mapping con fotos de los músicos intensificaba las emociones. Con varias bajadas y subidas de ritmo llega "la diva", más conocida como "Club de fans de John Boy", con la que asestan el gran impacto al primer asalto. 

 Sin perder punch empieza, como no puede ser de otra manera, el "Segundo asalto", previo truco de magia en la pantalla para amenizar la espera. Las lucecillas de los teléfonos móviles, más prácticas y menos peligrosas para el caso que los mecheros, iluminaban el casi lleno Palacio de los Deportes al ritmo que marcaban la guitarra de Julián y la voz de Santi. Con "Los toros en la wii" liquidaban la segunda parte, a la espera del tercer y último bis, que llegó de la mano de "Incendios de nieve".

Regresaban a "El poeta Halley" con la canción homónima que, como en el disco, incluyó la voz de Joan Manuel Serrat. En esta ocasión, además, su imagen reinaba en la pantalla del escenario. La despedida del poeta Halley de Madrid se materializó con "Planeador". Con ella pusieron el broche celeste a casi tres horas de directo que quedarán registradas para la posteridad en el vídeo que rodaron. Buen viaje —espacial—, Halley.