Pocos son los grupos, entre la multitud de ellos, que consiguen tener una vida musical plena. Selectos son los que consiguen tenerla por duplicado, y los "modernistas” catalanes Brighton 64 lo han conseguido. Ya por ello debían estar plenamente satisfechos.
Vivieron una época legendaria en la década de los ochenta con "La Casa de la Bomba" y otro montón de temas más que recuperaban el rollo mod de The Who, The Kinks, The Jam, etc... pero en lengua castellana. Tras mil y una aventuras por medio, con especial mención para los brillantísimos Top Models, regresaron esta misma década de la mano de B Core Disc. La nueva historia comenzó con "Esta vez va en serio", que sí, era cosa seria. Siguió hace poco más de dos años con un "Modernista" en el que ya estaba el germen de este nuevo disco tan especial llamado "El tren de la bruja". Quizás todavía puedas encontrar en www.bcoredisc.com alguno de estos brillantes trabajos en vinilo. Por cierto, que este último además es un doble con carpeta de lujo y casi 70 minutos de genial y variada música con un total de 20 canciones.
Y es que, sobre todo en esta última década, desde BCore están editando una inmensa parte de su catálogo en este lujoso formato. Es el caso por ejemplo del tercer y calentito trabajo de los alicantinos Futuro Terror, de los que ya publicaron el año pasado "Su nombre real es otro", pero que en el nuevo trabajo, "Precipicio", evolucionan dentro de sus sonidos punk con destellos garaje y power-pop. Además siguen incidiendo en sus cuidadas letras anticapitalistas y ahondando en sus interesantes referencias soviéticas. Salvajadas como "Aburrimiento sin ti" o "Se encerró", melodías como las de "Tumba de cristal" o "Precipicio" e imaginería soviética como la de "Eurasia ya no es nuestra", darán mucho juego.
Regresando a lo nuevo de los Brighton 64 ya te decimos que su magnífica originalidad se gestó en su disco anterior. Sucedió cuando el prestigioso escritor Carlos Zanón se encargó de la letra de "Síndrome de Rebeca", tema con una preciosa melodía, por cierto. Pues bien, ahora la historia completa de este disco parte de un relato exclusivo del escritor para el mismo. Colaborando en total conexión con los hermanos Gil, se han currado una especie de disco conceptual o de disco que combina pop y literatura. Un poco como algunas de esas joyas de finales de los 60 y comienzos de los 70 de los Kinks. Del magnífico artwork del disco se ha encargado Adrià Marquès, del genial grupo de punk de su mismo sello Penny Cocks. La grabación, producción y masterización ha estado de nuevo a cargo de los hermanos García en sus estudios Ultramarinos. También hay algunas colaboraciones estelares como son las voces de Kurt Baker y Rachel Playfair; vuelven a meter vientos en un buen puñado de momentos y algunas narraciones de Carlos Zanón entre temas son realmente emocionantes y logradas.
Pudiéramos entrar a analizar el inmenso trabajo canción por canción, pero es mejor que te vayas sorprendiendo con cada una de ellas y la fantástica historia que aparece recogida en el completo libreto, por lo que nos limitaremos a darte algunas pinceladas sueltas. Así comienzan pletóricos e intensos con destacados vientos, guitarras y órgano en un pedazo de instrumental de presentación como es "Reacciones". "Maldición" es una bendición que me recuerda al os mejores Top Models. Fantásticos coros, guitarras, armónica y un fulminante estribillo. El tema titular es un rotundo single cargado de ímpetu salvaje con brutales coros y vientos. Realmente viene cargado de "fiesta y descontrol" como dice su letra. Una de las narraciones de Zanón más brillantes es la que aparece en "Que Garfio mate a Peter Pan", tema que cierra la cara A. "El mundo no es para mí" es un precioso lento para abrir la B que se cierra con un contagioso ritmo ska, a lo The Graduate, titulado "¿Quién mató al gato?".
En la cara C del segundo vinilo brillan "Ensayar es de cobardes", un lento con guitarra eléctrica y voz combativa al estilo de Billy Bragg o "Duelo al sol", otro espectacular single con excelsa melodía pop y brillantes guitarras. Ya en la última cara abren con la euforia y los destacados vientos de beber "El agua de los floreros". Se cierra una obra para digerir con calma con "Cadena de transmisión", que resuena como un himno -ya no juvenil- pero en el que tampoco cuentan, en absoluto, batallitas de viejos cascarrabias. Este genial "El Tren de la Bruja" no sólo es un disco "diferente" en la trayectoria de los Brighton 64, es también su mejor y más completo disco hasta la fecha y estará en mi podio con lo mejor del año. ¡Enhorabuena!