WiZink Center, Madrid. Sábado, 28 de octubre del 2017.
Texto y fotografías: Macarena Chamorro
Texto y fotografías: Macarena Chamorro
El pasado sábado, 28 de octubre, la gira Nocturnal de Amaral llegó a su fin. Eran las 21:30 horas y el WiZink Center de Madrid estaba hasta la bandera. Muchos de sus fans llevaban desde la noche anterior haciendo cola para poder estar en primera fila.
Tras más de 50 conciertos por España y Europa, durante dos años, el grupo maño cerró esta increíble etapa por todo lo alto. Es más, sabían que iba a ser tan mágico que anunciaron que lo iban a grabar para que perdurara en el tiempo.
El escenario estaba decorado por una gran luna llena, que hacía gala a su gira “Nocturnal”. Eva Amaral salió con un elegante vestido negro, con toda la espalada descubierta y una gran estrella en el pecho. “Unas veces se gana y otras se pierde” decía nada más empezar el show.
El concierto duró dos horas y media en las que Amaral repasó su discografía, que estará de XX aniversario la temporada que viene.
Los zaragozanos despedían su último trabajo y no faltaron temas como “Nocturnal”, “La ciudad maldita” o “La niebla”, entre otros. O grandes éxitos como “Salir corriendo”, ”Estrella de mar”, “El universo sobre mí” o “Como hablar” hicieron saltar a los asistentes, demostrando que son canciones que no se olvidan. Con esto también se pudo ver la diversidad de los temas interpretados.
Las ovaciones del público duraron durante todo el concierto, sobre todo con las canciones más emblemáticas como “Cuando suba la marea”, “Días de verano” y “El universo sobre mí”. Precisamente, un firmamento estrellado de constelaciones fue uno de los protagonistas de la noche en forma de estructura metálica sobre los artistas, así como la lluvia de confeti que emocionó a los espectadores de las primeras filas.
Después de dos minutos de merecido stand by, reconquistaban el gran escenario con lágrimas desfilando por las mejillas de Eva para interpretar “En el tiempo equivocado”, “Llévame muy lejos” y “Sin ti no soy nada”. Cuando Nocturnal parecía zanjada y los asistentes ya se levantaban de sus butacas, volvían a sorprender reincorporándose en sus puestos para apagar la luna trasera con “Nadie nos recordará”.
Sin lugar a duda una noche mágica, un salto al vacío y el grupo Amaral muy agradecido a su público. Fin al principio del final.