Por: Javier González y Alba Moreno Romero
Hablar de Paco Plaza es hacerlo de uno de los directores de cine de terror más reconocibles y personales de nuestro cine. Un valenciano, aunque afincado en Madrid, que saltó a la fama a raíz de la trilogía de películas Rec, dos de ellas firmadas a medias con otro grande como Jaume Balagueró, con la que se abrió camino entre todos aquellos que nos consideramos confesos seguidores del género de terror.
Vuelve ahora a vestirse de actualidad tras el estreno de “Verónica”, una película inspirada en algo de los casos más famosos de nuestra parapsicología, que le sirven de excusa para dibujar una historia repleta de profundidad emocional, análisis social y un buen puñado de sustos, aderezados por una banda sonora de altura que corre a cargo de Héroes del Silencio.
Ante tales referencias desde El Giradiscos nos pusimos en contacto con él, ampliando nuestras habituales fronteras musicales, con objeto de conocer más de cerca tanto a Paco Plaza como a la que ahora es la niña de sus ojos, quien si no su evocadora y aterradora “Verónica”.
Vamos a comenzar por el germen de toda historia. ¿Cómo surgió la oportunidad de rodar “Verónica”?
Paco: Fue un encargo de la productora “Apaches”, querían hacer una película inspirada en una serie de casos reales que había ocurrido en Madrid en los años noventa. Me contactaron y vimos la posibilidad de utilizar el marco de aquella década para contar una historia.
En la misma como comentas abordáis algunos de los grandes expedientes de la parapsicología nacional. ¿Era el “expediente Vallecas” un caso que te hubiera interesado con anterioridad?
Paco: Es uno de los casos más famosos de la parapsicología nacional, aunque en la película hay casi más del caso de Embajadores que del de Vallecas. Aunque debo confesar que también nos ha servido de inspiración algún que otro expediente. Lo que ocurre es que el caso Vallecas y su fama pesan. Aún así la película está inspirada y existen similitudes, pero hay elementos que están variados como las fechas, el número de miembros de la familia, etc…
Eres uno de los directores de películas de terror más admirado y prolífico de nuestro cine. ¿Cuál ha sido tu relación con el mundo del ocultismo durante tu adolescencia y juventud?
Paco: Creo que la misma que pueda tener cualquier chaval. Hay algo que atrae del mundo sobrenatural, sobre todo en los ochenta y noventa que había cultura popular en torno a eso a través de ciertos programas, investigadores y presentadores como Jiménez del Oso que eran auténticos mitos. A día de hoy pienso que sigue siendo un género popular para los adolescentes, es entretenido divertirse con sustos, algo similar al hecho de subirse al tren de la bruja. Al final el terror es una excusa divertida con la que pasar el rato.
Con “Verónica” además de una película de terror conseguís realizar un retrato social muy concreto de una época y hasta de un barrio concreto. ¿Estás de acuerdo con la afirmación?
Paco: Hemos rodado entre Moratalaz, Vallecas y Guadalajara. Creo que Vallecas es un lugar muy emocional, aunque más allá de eso podríamos haber rodado en cualquier periferia de ciudad. No buscábamos un afán de realismo, ni queríamos ser notarios de un hecho, simplemente queríamos contar una historia que fuera verosímil. No es un retrato social como tal, sino recuerdos de infancia, míos y de gente del equipo. Hemos querido ser muy detallistas con los vestuarios, cortes de cabello, etc… meter todo en el contexto del año 1991, que es un momento muy límite. Ya en el 1992 nos creímos más modernos. Verdaderamente al hacer la película nos dimos cuenta de que quizás entre la España de 1978 y de 1991 no había variado tanto, algo que en contraposición a la España del año 2000 sí que notamos.
Personalmente, como web eminentemente musical, nos da la sensación de que la película marca una auténtica contraposición con la época actual, ya que algunas de las canciones que suenan son obra de Héroes del Silencio y de Loquillo y Trogloditas, alejando la sombra del reggaeton al ostracismo, algo que nos agrada sumamente.
Paco: Cuando hagamos una película dentro de diecisiete años, ambientada en estos tiempos, seguro que los protagonistas saldrán escuchando reggaeton (Risas). Más allá de eso, el año 1991 es un año muy concreto en la música de éste país ya que salió a la venta “Senderos de Traición”, un disco que estaba por todas partes, que fue millonario en ventas, y que todo el grupo de amigos lo escuchábamos a cada momento. Además Héroes del Silencio tiene un regustillo romántico-terrorífico-siniestro, internacionalmente me recuerdan a bandas como The Cult, Jesus and Mary Chain o Bauhaus. Ellos representaban la parte española de esa sensibilidad gótica. La canción de Loquillo la metemos porque es amigo mío, y además “El Ritmo del Garaje” es un clásico.
El resto de la banda sonora nos trae reminiscencias a otro auténtico clásico como es John Carpenter.
Paco: Más que a John Carpenter, creo que las referencias están más cercanas a Ennio Morricone, cosas italiana de los años setenta. Aunque sí que debo reconocer alguna que otra referencia más por sonido que por melodías. Creo que él es muy bueno haciendo riffs reconocibles. En realidad me han inspirado más bandas sonoras como la de “Under the Skin”.
Paco: Nosotros queríamos hacer una película de terror, que genere una tensión, que el espectador crea que va a ocurrir algo. Que haya mucha sensación de angustia que acerque al personaje, más allá de que des un respingo o no. Queríamos transmitir una angustia adolescente. Básicamente lo que le ocurre a Verónica le cualquier persona en esa edad. Cambias física y emocionalmente, comienzas a sentir cosas distintas a las de un niño. Todo lo que rodea son arenas movedizas. En el caso de Verónica cambia ella y la manera en el que el mundo la mira. Hay escenas que se ve cómo la observan hombres con otros ojos, también varía la manera en que el mundo se relaciona con ella. Esas miradas, esa relación con los chicos y con las amigas. Algo que creo que es identificable para cualquier adolescente. Ese vértigo es lo que me interesa de la película. Es una chica que se mira al espejo y está perdida, lo que todos vemos al mirarnos al espejo con esa edad.
¿Cómo es el hecho de trabajar en la película con niños y niñas que jamás habían actuado antes?
Paco: No es mejor ni peor que hacerlo con actores, es diferente. Los niños no fingen, no son conscientes de interpretar un papel, lo que hacen es de verdad. Les intentamos hacer participes de todas las cosas que ocurrían en la película. Me gustaba la facilidad con la que pasaban de una cosa a otra como si de un juego se tratase. Creo que los protagonistas han tenido una forma de actuar muy salvaje e intuitiva.
Observando la película da la sensación de que el presupuesto ha sido relativamente bajo y aún así el resultado no se resiente. ¿Estamos en lo cierto?
Paco: El presupuesto no ha sido ni alto ni bajo, ha sido el que realmente tenía que ser. Al final los elementos que barajábamos no eran demasiados. Ni muchos actores ni decorados. Teníamos un despliegue muy controlado, con escasos decorados y efectos especiales.
¿Creéis que habéis facturado una obra atemporal que resistirá bien el paso del tiempo?
Paco: La verdad es que a día de hoy la película está funcionando muy bien, y nuestra intención es que sea un film visto durante años. No creemos que el cine sea un arte inmediato. No es lo mismo ver una película ahora que dentro de diez años. Luego sí que es cierto que hay otras que no resisten el paso del tiempo. Imagino que el tiempo va poniendo cada cosa en su lugar en cualquier disciplina artista. Tu obra permanece en el tiempo para ser valorada y juzgada.
¿Cuánto ha volcado Paco Plaza de sí mismo en ésta obra?
Paco: Creo que nunca había hecho una película tan personal como ésta. He volcado mucho de mí, de mis recuerdos “Verónica”. También es cierto que uno se va haciendo mayor, y creo que en cada película vas siendo consciente que dejas tu huella. Es una manera de explicarte a ti mismo y a los demás. Creo que en el cine ocurre como todo en la vida, cuando eres joven tienes muy en cuenta la opinión de los demás e incluso tratas de amoldarte a los gustos de la mayoría, cuando vas cumpliendo años todo te da más igual. Son cosas que te vas encontrando, no sirve que te las cuenten, tienes que vivirlas. Me encanta que la gente vaya a ver mi película y la valore, pero en el fondo, independientemente de que guste más o menos, estoy tranquilo ya que la gente quiere algo de verdad y “Verónica” lo es. Pienso que cada vez se detecta más la pose y lo artificial.
¿Qué te llevas de “Verónica”?
Paco: Me llevo muchísimo. Me he encontrado escuchando mucho a todo el mundo, pero disfrutando de mi idea, siendo consciente de que todo nace de mi impulso personal. Viviendo del posible error, pero siendo fiel a cómo me sentía. Creo que es una enseñanza fundamental que me llevo. Hubo decisiones en la película muy cuestionadas, que llevé hacia delante porque creía en ello. Es la película más libre que he hecho y creo que seguiré por éste camino.
¿Qué planes de futuro manejas a corto plazo?
Paco: En Enero comenzamos a rodar “Quien a hierro mata” que no es de terror, lo que ocurre es que de momento no puedo hablar. Llamadme más adelante y nos volvemos a ver.