Por: Txema Mañeru
Mucha gente creyó hace cuatro años que cuando Lorde despuntó siendo una adolescente con su duro “Pure Heroine” (Universal) estábamos ante el enésimo hype. Yo disfruté mucho del disco de la neozelandesa de 16 años Ella Yelich O’Connor. Tenía mucho más que unos cuantos singles realmente destacados y sonaba mucho más madura y personal de lo que su edad indicaba. Vendió más de 4 millones de copias y se hizo con dos Grammy y un Brit Award. Singles como "Royals" te mecían y te hacían tararearlo. Otro tanto sucedía con "Tema". Es normal que se hablara de The XX, Depeche Mode, James Blake o hasta de los primeros Portishead. Y es que David Bowie no podía estar equivocado cuando la definió como “El futuro de la música”.
Ahora es ya una mujer y se ha tomado este segundo disco con la calma y la paciencia que ya parecían fluir en sus primeras canciones. ¡Y ha vuelto a hacer con “Melodrama” (Universal) uno de los discos del año! Volverá a vender a mansalva y estará en las listas con lo mejor del año sin duda. Ayudará mucho su aparición en todos los festivales más importantes del mundo y el arranque con un fascinante single como "Green light", en el que suena eufórica y bailable. Los coros te atrapan una y otra vez.
En "Sober" tenemos unas fascinantes percusiones que te pueden recordar hasta a los Japan del “Tin Drum”. Son una gozada los ambientes oscuros y hermosos de "Homemade dynamite" que hacen que algunos citen incluso a los Joy Division. En el precioso lento "Liability" encontramos un mágico piano y su voz de inicio que nos hace pensar en el mejor John Cale. Resuena oscura y con un punto a lo Kate Bush en "Writer in the dark", en la que vuelve a lograr mucho con muy pocos ingredientes. Emocionará de nuevo con "Liability (Reprise)" antes de volver a hacernos bailar con el nuevo single "Perfect places", con un pegadizo ritmo y su perfecta declamación vocal y otro de sus clásicos estribillos. La gira mundial en la que se acaba de embarcar será su definitiva consagración. También trae un precioso libreto y un gran acabado en todos los sentidos.