Por: Txema Mañeru
La verdad es que admiramos a esta gran artista, y mujer luchadora donde las haya, desde hace ya más de una década. Concretamente la descubrimos con su quinto disco, "La Cantina (Entre Copa y Copa)" y ya nos llegó muy adentro. Desde entonces se ha ido convirtiendo, paso a paso, disco a disco, canción a canción y acto a acto, en una de las más grandes entre las artistas latinoamericanas, ganándose el respeto internacional y la admiración de todas las mujeres.
Ha sido embajadora de Amnistía Internacional, activista social incansable, se ha preocupado por la falta de justicia, los derechos civiles o la falta de libertad de expresión. Ha creado disco populares internacionalmente y ha ganado varios premios Grammy haciendo las rancheras o los temas latinos más tradicionales, pero también introduciendo electrónica, hip hop, blues, cumbia, rock jazz y cualquier otra cosa que le haya apetecido.
Estamos hablando de una mujer que sin cumplir el medio siglo de vida ha colaborado con Ry Cooder, The Chieftains, Flaco Jiménez, Enrique Bunbury, Mercedes Sosa, Raúl Midón, Totó La Momposina, Kepa Junkera, Café Tacuba y mil más, a los que en su nuevo disco suma a Andrés Calamaro, Carla Marison, Diego El Cigala, Mon Laferte o Banda Tierra Mojada. Incluso se ha atrevido a versionar a Lucinda Williams o The Blue Nile por citar dos propuestas totalmente distintas pero igualmente atractivas e interesantes.
En este estupendo y muy completo "Salón, Lágrimas Y Deseo" (Sony Music) se ha centrado, una vez más, en la música tradicional mexicana y latina. Ha llevado a su terreno y bajo una fantástica sensibilidad un montón de inolvidables clásicos de aquellas tierras y ha creado excelsos temas propios que serán futuros clásicos. Lo ha hecho, además, acompañada de grandes como Andrés Calamaro, Diego El Cigala, Carla Morrison o Mon Laferete. Todo envuelto en un combativo y precioso libreto que brilla por sus poderosas imágenes visuales y sus frases reivindicativas, sobre todo a favor de los derechos de las mujeres, algo que falta en muchas partes pero que se acentúa en su país.
Así comienza esta preciosidad con la rítmica y vacilona "Urge" y sus urgencias como mujer reclamando su merecido amor. Sigue por su habitual órbita femenina y feminista con el "Palabras de mujer’ de Agustín Lara con buena trompetas, acordeón y violín y más visiones románticas. Y es que el trabajo instrumental y de arreglos, en general, del disco, está absolutamente impregnado de riqueza. Su propio "Peligrosa" es desgarradora y emotiva y canta al solo aparente amor que le hace romper su apasionada y dolida voz. "La mentira", de Álvaro Carrillo, es otro triste y precioso clásico al que sucede la más tradicional y festiva "El Querreque". Tras su propia "Inmortal" llega el clásico de María Teresa Lara, "Piensa en mí" con su pausada belleza y un fantástico y cálido saxo de Paul Cohen, que le ayuda en algunas composiciones.
Y es que su banda, La Misteriosa, consta de 11 músicos, pero hay más de una docena más entre los invitados a la fiesta. Entre ambos componen, por ejemplo, "Envidia" con sonido más folklórico y mixteca y el buen dueto de Andrés Calamaro. Casi suenan como Los Fabulosos Cadillacs. "Ser Paloma" la firma sola Lila Downs, pero le hace un precioso dueto que sube el romanticismo, Carla Morrison. Vuelve a sus aires más tradicionales con su "Son de Juárez" y se atreve con la gran "Un mundo raro" del tal José Alfredo Jiménez y en compañía de El Cigala. De nuevo con muchos y ricos instrumentos.
Finaliza con una nueva versión de "Peligrosa", esta vez junto a Mon Laferte en la que nos vuelve a desgarrar sonando como un clásico aunque el tema sea de su cosecha. Ella nos habla de las canciones en el guapo libreto y dedica el disco a las mujeres en general, pero también a su abuelita mixteca, Matilde, que le trasladó su pasión por el canto. ¡Toda una artista, toda una cantante, toda una mujer!