Por: Txema Mañeru
Es realmente increíble lo que está haciendo en los últimos años el inmortal Willie Nelson. El último de los "outlaws" sigue con ganas de cantar y contar y castigando su vetusta guitarra Trigger sin pausa. De nuevo repite con la producción de Buddy Cannon como en los últimos discos para Legacy Recordings / Sony Music, y otra vez con buenas nuevas canciones compuestas junto a él, al igual que en el anterior, y también destacado, "Band Of Brothers", que pasó elogiado merecidamente también en estas mismas páginas del El Giradiscos. ¡Y todo con 84 años a sus espaldas y vividos a tope! No sabemos si será por la marihuana pero si se demuestra que es así ya están tardando en legalizarla.
Centrándonos en el plano musical el nuevo trabajo cuenta con bastantes puntos a destacar. Por ejemplo vuelve a estar respaldado por un amplio equipo de músicos y cantantes, muchos de auténtico lujo como Tony Joe White, Alison Krauss, el teclista Jim "Moose" Brown, Jamey Johnson o el fantástico guitarrista James Mitchell. Otro punto especialmente significativo es la última aparición vocal de Leon Russell en ese precioso blues espectral compuesto por Tony Joe White y Jamey Johnson que titula el disco y que recuerda musicalmente a J.J. Cale o al propio Tony Joe White y su swamp blues.
Pero si hay un músico que brilla a lo largo y ancho del nuevo disco y sus 13 canciones (más de la mitad compuestas por Nelson y Cannon) es la deliciosa armónica de Mickey Raphael. Armónica que brilla desde el preciosos blues inicial titulado "Little house on the hill". Los teclados de “Moose” junto a al comentado instrumento brillan en el precioso y melódico lento titulado "Old timer". "Ture love" es otro romántico tema lento, pero me gusta más aún la fronteriza "A woman’s love", con una buena guitarra “española”.
Aunque siempre se ha enfrentado al country más standard de Nashville (y sigue haciéndolo), también se marca uno guapo con ritmo vals que encaja a la perfección, como "Your memory has a mind of its own", de nuevo con un mágico Raphael con la armónica. Los coros de la Krauss y de Melanie Cannon son una gozada aquí. También canta con humor a la muerte en el country-rock veloz "Still not dead", demostrando porqué es el último “forajido” vivo tras la desaparición de Merle Haggard. La steel guitar brilla en otra romántica composición, "Lady Luck", y se mete en terrenos políticos criticando la política de Trump en "Delete and fast forward". Entre los temas ajenos brilla la despedida con "He won’t ever be gone" de Gary Nicholson y dedicado a su compañero de correrías Haggard. ¡Ojalá no sea su último gran disco!