Por: J.J. Caballero
Puede que el devastado panorama musical patrio no esté preparado para recibir un disco como "Predación". Ni quizá ninguno de los anteriores grabados por ese freak de pensamientos retorcidamente lúcidos que es Pablo Und Destruktion, un solista camuflado como banda que opta por arengar a las masas de forma íntima para que ningún sentimiento claudique ante la adversidad. En este caso decide tomar distancia con sus anteriores y ácidas visiones socio-políticas, aquí apenas explícitas en una desesperante sucesión de estrofas agrupadas bajo el nombre de "Un salario social", y argumentar su discurso en torno al amor en su fase y consecuencias más oscuras y sanadoras. Que parece que ambas no tienen nada que ver, pero él las hace coincidir y complementarse. Un amor redentor y doloroso, como el que predica desde el púlpito bíblico del que se apropió San Pablo para escribir su misiva a los corintios, en un preludio fatalista de lo que le espera a todo aquel que se inmiscuya en los turbios asuntos del corazón. En un disco plagado de proclamas y de una fortísima, aunque enmascarada, carga sentimental, se debía incluir un tema como "Puro y ligero", recitado en la base hasta ascender a una de las líneas melódicas más claras del álbum, con una intuición especial para la spoken word de lírica intrincada y objetivos abstractos. Es solo una más de las diatribas que el autor lanza contra no se sabe bien quién ni cómo, pero desarma por completo.
El fuego como elemento artístico, el barroquismo de un rock insano y la lírica tradicional del folclore asturiano siguen alimentando su motor creativo, haciendo paradas necesarias en los versos de "A la mar fui por naranjas" y en una teatralidad a veces mareante en el retrato descarnado de un país de puticlubs, farlopa y jubilados, la pura imagen de la precariedad a la que le resulta fácil poner banda sonora con arreglos incómodos y preguntas sin respuesta, como las que podrían formularse a partir del paisaje tétrico perfilado en "El enemigo está dentro", con las pertinentes consecuencias de no salirse de ciertos cánones occidentalistas como excusa para un nuevo y trabajado discurso. El llamamiento a la acción colectiva desde la habitual óptica subversiva ("Herejes"), la apelación a los ancestros y el cuestionamiento de nuestra propia evolución ("En el mejor traje de seda"), la incapacidad de amar como es debido o en todo caso de entender por completo dicho concepto ("Conquistarías Europa"), y en consecuencia la caótica condición de aquél que se siente mal amado ("Amor") se identifican a lo largo de estas canciones con un contrastado sentido religioso, desde la imagen del Éxtasis de Santa Teresa de Bernini que ilustra la portada hasta la brutalidad de algunos versos escritos mucho antes de ser musicados. Hay muchas vísceras al aire en estas canciones, bastantes más que en "Vigorexia emocional", un trabajo más implicado socialmente, y también más equilibrio que en el tremendo "Sangrín", del que "Predación" pudiera ser consecuencia natural.
Paco Loco toma las riendas de una producción natural, guiada fundamentalmente por las tripas y el sentimiento desbocado de un artista único e intransferible, que sabe que jamás disfrutará del (re)conocimiento de una mayoría de oyentes normalmente más preocupados por la forma que por el fondo, y es consciente de que su forma de entender la profesión no le rentará más que en profundidad emocional. Es necesario que Pablo Und Destruktion siga grabando discos tan amargamente esclarecedores como este, sobre todo porque es la mejor forma que muchos conocemos de purgar nuestros pecados. Por él y por nosotros.