“Estilísticamente, este es un disco más abierto pero sin perder el carácter del grupo”
Por: Sergio Iglesias
Fotografías: Josep Escuin
Los Radiadores han conseguido con su tercer disco, “Los perros ladraron”, rematar el trabajo que comenzaron con “Manual de supervivencia” y que fueron puliendo con “Gasolina, santos y calaveras” hasta llegar a este último trabajo. La banda valenciana ha llegado por fin a la madurez, sin renunciar a sus influencias pero consiguiendo un sonido propio e identificativo para un grupo que, sin embargo, demuestra que todavía tiene un amplio margen de crecimiento.
Mucho se está hablando de “Los perros ladraron” como vuestro disco más maduro pero, ¿qué diferencias ha habido a la hora de grabarlo, respecto a vuestros anteriores discos?
Raúl Tamarit: En este disco las bases están más asentadas y, aparte, también hemos intentado abrir un poco la paleta de estilos respecto a los anteriores que eran mucho más obsesivos en cuanto a sonidos e interpretación y guitarras. En este hemos jugado más con detalles de todo tipo y por eso quizá, estilísticamente, es más abierto pero sin perder el carácter que tiene el grupo.
Supongo que el hecho de conseguir ese sonido propio o ese carácter del que me hablabas es algo fundamental para evolucionar como grupo…
Raúl Tamarit: Nuestra intención desde que empezamos en 2010 era conseguir un sonido con el que la gente nos definiera a Los Radiadores, siempre dentro de un concepto de rock and roll de guitarras, pero creo que con este disco ya hemos plasmado lo que queríamos, porque no queríamos un sonido que fuera siempre igual o muy identificativo con una escena concreta, sino que tuviera ese amplio abanico para que la gente pudiera disfrutar con distintas formas de rock.
De todas formas, no os libráis de las comparaciones y, en esta ocasión, se puede hablar de Los Nikis, Los Enemigos, Parálisis Permanente, Siniestro Total... ¿hasta qué punto es real la influencia de estos grupos en el sonido de Los Radiadores?
Raúl Tamarit: No, la verdad es que no nos libramos de eso; esas influencias las tenemos siempre muy presentes y eso significa que ha habido una forma de hacer rock en castellano que ha quedado muy afianzada y que, cuando alguien hace un tipo de rock con esos planteamientos, se remite a todo aquello. Nosotros hemos escuchado todas esas bandas y algunas han sido nuestros grupos de cabecera, lo llevamos en nuestro background y no lo podemos evitar. Pero otra cosa es que queramos asemejarnos a ellos; sus planteamientos originales están muy bien y nos encantan pero nosotros, a veces, lo que intentamos es soltar un poco de lastre respecto a eso aunque no nos incomoda en absoluto porque son buenas referencias ya que has hablado, por ejemplo, de Los Enemigos, que venían de esa tradición de rock en castellano de finales de los 70 que ya hacían Mermelada o Leño, y de la que tomaron el relevo en los 80, al igual que otros grupos por el estilo, y nosotros, seguramente, estamos en esa misma línea sonora. Como te digo, está muy bien porque nos comparan con grupos que siempre nos han gustado.
Otro de los puntos fuertes en vuestros discos son las letras y en “Los perros ladraron” nos encontramos algunas como “Estás de suerte” o “Marte ya no nos quiere” en la que se percibe un cierto poso de crítica social.
Raúl Tamarit: Sí, “Estás de suerte” me vino un día por casualidad que estaba haciendo zapping y fui a parar a uno de esos programas de tertulias en las que todos dan su opinión, a veces un tanto dudosa, sobre temas de actualidad; entonces pensé “¿con quién habían empatado estos para estar ahí en televisión diciendo eso que están diciendo…?”; “Marte ya no nos quiere”, por su parte, es una crítica a todo esto que está pasando ahora de intentar buscar un planeta donde la humanidad pueda albergar vida. En vez de cuidar el que ya tenemos para que tenga unos años más de vida, se buscan otros para poder ir a destrozarlo; esta canción también está inspirada en una serie de ciencia ficción que daban en National Geographic que se llamaba “Marte” y en el libro “Crónicas marcianas” en el que el propio planeta Marte muestra una cierta hostilidad cuando los terrícolas aparecen por allí.
Otro tema controvertido, como es el de las redes sociales, también aparece en “Dando lecciones”. ¿Os preocupa la influencia que estas nuevas tecnologías pueden llegar a tener en la sociedad?
Raúl Tamarit: “Dando lecciones” es, básicamente, un análisis sobre Facebook, donde todo el mundo se permite poner unas opiniones que, en muchos casos, no están nada elaboradas. Yo tengo amigos o conocidos de Facebook a los que incluso he tenido que bloquear porque, para informarme, prefiero un análisis periodístico en el que haya algún fundamento para poder dar una opinión. Porque luego hay cosas como Twitter, que ya me dirás qué opinión fundada puedes hacer en 140 caracteres… A mí las redes sociales me gustan mucho y trabajo con ellas, pero es cierto que las opiniones gratuitas a veces tienen un coste muy importante, sobre todo, porque hay muchos que sólo leen lo que pone en los titulares y no leen el análisis profundo que viene en la noticia que están compartiendo. Todo se distorsiona muchísimo y creo que todavía tiene que haber medios de comunicación con una plantilla que esté al servicio de la información, de la opinión y del análisis.
También nos encontramos con una canción como “Buddy Holly”, donde parece salir vuestra vena más nostálgica…
Raúl Tamarit: Pues la verdad es que yo no soy muy amigo de la nostalgia. El título de “Budy Holly” lo puse porque es lo que estaba sonando cuando se me ocurrió la canción, que habla un poco de que estamos viviendo un poco adocenados: vamos todos a los mismos sitios, en los festivales indies siempre tocan los mismos… vamos como en fila india y quería romper con eso diciendo que voy a cantar un rock and roll antiguo pero con otro ritmo, y Buddy Holly es el hilo conductor. Lo que buscábamos era buscar ese contraste entre el sonido más fronterizo y castizo y un tipo tan representativo del rock de los 50 como Buddy Holly. En el sonido también influyó que estuve escuchando a Pájaro y me gusta mucho esa mezcla que hace de música más castiza, o incluso música de semana santa, con sonidos más fronterizos y la música vino un poco por ahí.
De nuevo habéis vuelto a grabar con Dani Cardona en El sótano, donde ya parece que estáis como en casa ¿no?
Raúl Tamarit: Yo ya grababa con Dani cuando tocábamos juntos en Una sonrisa terrible y por eso conoce de sobra mis gustos musicales. La verdad es que vas allí con cierta tranquilidad a la hora de grabar porque muchas veces no hace falta explicar nada y ya sabe por dónde quieres tirar.
Teniendo en cuenta el panorama musical actual, ¿es complicado sobrevivir como grupo sin compatibilizar con otras actividades o proyectos paralelos?
Raúl Tamarit: Sí, las condiciones son malas porque, actualmente, no hay un circuito establecido y las salas están notando mucho la presencia masiva de festivales. Por eso mismo, los grupos que tocaban en salas de 700 personas ahora lo hacen en salas de 250 y grupos minoritarios como nosotros hemos tenido que reducir el aforo al máximo. La cosa no está muy bien pero, bueno… intentamos resistir y hacer lo que buenamente se pueda.
¿Cómo se plantean los próximos meses?
Raúl Tamarit: Pues, sobre todo, queremos presentar el nuevo disco. Hemos hecho un formato semiacústico con las canciones nuevas y la verdad es que suena muy bien y nos gusta y, en eléctrico, antes del verano, haremos la presentación en Valencia y la idea es salir después por toda España y ver cómo se portan en directo los temas nuevos, que de momento en el local de ensayo están sonando muy bien y se adaptan perfectamente al repertorio anterior y a lo que es el grupo en directo.