"En Granada todos los días se sigue fusilando a alguien"
Por: J.J. Caballero
Fotografía:Pepe Marín
Fotografía:Pepe Marín
Y van diez. Y más de dos décadas en el mundo de la música, un entorno a veces despiadado y tremendamente injusto con quienes la hacen precisamente más grande con cada canción. En la órbita creativa de Niños Mutantes, una de nuestras joyas de la corona, se cruzaron nubes negras no hace demasiado tiempo. La sombra de la tormenta y la destrucción definitiva amenazó con derribar un edificio que hasta ahora había deparado demasiadas satisfacciones. Las turbulencias pasaron y ahora, unos meses después, el cuarteto –reforzado en vivo por primera vez por un quinto miembro que descubren ellos mismos en estas líneas- entrega el que posiblemente sea su mejor disco. Desde luego es el más sincero posible después de desnudarse por completo y contar las cosas más claras que nunca. Juan Alberto Martínez, portavoz y vocalista del grupo, expresa en voz alta los pensamientos de una piña de amigos a quienes la música fortalece y alienta cada día. De eso se trata, como siempre, de hablar de ella.
"Diez" no es sino el rotundo número de discos que habéis publicado hasta ahora como banda, amén de los demás trabajos de cada uno de vosotros con otras bandas. Dicen que la experiencia es un grado, ¿para lo bueno y para lo malo?
Juan Alberto Martínez: No es nada fácil enfrentarse a un décimo disco. Nuestro objetivo es no repetirnos, arriesgar, superarnos, aprender, y cuando tienes nueve discos anteriores se hace difícil, y también se hace difícil que la gente lo escuche con la mente abierta y sin miles de prejuicios. Lo bueno es que cuando sientes que estás consiguiendo todo eso, pese a lo difícil que es, el placer es infinitamente superior. Es mucho más fácil un primer disco que un décimo, no tienes nada que demostrar. Ahora sí, pero ha sido un reto emocionante y nos hemos partido el lomo pero hemos salido con la cabeza muy alta. Hemos sido valientes y eso ya es para nosotros un premio en sí mismo.
Esas tablas nos pueden hacer a todos ver las cosas desde una perspectiva diferente, incluso desde la distancia. Hasta las crisis, y vosotros pasasteis por una que estuvo a punto de dar al traste con todo, pueden servir como refuerzo y acicate a cierta edad, ¿no creéis?
J.A.M.: Nuestra crisis personal ha sido esencial en el proceso de creación de este disco. Nos hizo aferrarnos a la música con más fuerza que nunca. Y nuestros lazos personales han salido fortalecidos, porque ahora sabemos en qué nos amamos y en qué nos odiamos, y sabemos que para convivir tenemos que aceptar lo que no nos gusta de los demás.
Aparte de todo lo que se ha dicho y escrito sobre que este es vuestro disco más rotundo en años, ¿estábais completamente seguros de que con "Diez" convenía dar un giro bastante potente al sonido de los últimos álbumes?
J.A.M.: Hicimos seguidos “Naúfragos” y “El Futuro”, que eran discos muy pop. Estábamos acostumbrándonos a ir cada vez más tranquilos. Necesitábamos recuperar la electricidad, el músculo y la rabia para no dormirnos.
Hasta en las fotografías se nota una perspectiva diferente, renovada y sobria. Esa perspectiva aérea central de los cuatro miembros del grupo entre el cemento y el agua puede dar muchas pistas sobre el estado actual de la banda, que además creo que es la primera vez que aparece en una portada.
J.A.M.: Con este disco es obvio que no iba a quedar bien una portada a todo color. Es un disco oscuro que nos retrata como somos hoy día, y queríamos que todo fuera acorde con esa idea.
Debió ser una gozada compartir con César Verdú y Abraham Boba, la mitad de León Benavente, aquellos días en Albuñuelas. Sobre todo porque al escuchar esta producción no solo se respira ese ambiente tan potente de trabajo sino una compenetración especial entre todos.
J.A.M.: Ha sido brutal. Nuestra conexión personal y musical es total. El proceso creativo con ellos ha sido genial, las canciones han crecido exponencialmente. Hemos estado felices y relajados aunque dejándonos la piel. Ellos y nosotros somos unos obreros de la canción, nos ponemos el mono y nos tiramos al tajo a currar como locos. No recuerdo una grabación mejor que ésta. Me encantaría volver a meterme dentro de una hora en un estudio con los Leones.
¿Y esa potencia brutal de algunos temas como "Jovencita" o "Salmo"? Muchos ya daban por perdida esa onda vuestra tan del principio.
J.A.M.: Queríamos ir por ahí y precisamente César y Boba quisieron profundizar en ese camino. Y nos ha sentado muy bien, en directo yo noto una energía que hace vibrar el escenario. Nos sienta muy bien el ruido.
En el caso de la primera, ese himno al despertar sexual y vital de cualquier adolescente, todo apunta a que va a ser uno de los puntos álgidos de los nuevos directos.
J.A.M.: Pero breve, que dura solo minuto y medio. Es un polvo rápido, de “aquí te pillo aquí te mato”.
¿De dónde vienen estas canciones? Parece que hay varios viajes, también alguno interior, y una capacidad para observar las injusticias que nos rodean apuntada ya en "El futuro" pero mucho más agudizada.
J.A.M.: En 2016, en que decidimos tocar menos, hubo tiempo para viajes por el mundo y viajes interiores, como dices. En las canciones está Costa Rica, Islandia, Granada, y también están los años vividos, los conflictos internos, y la eterna lucha entre nuestras cadenas y nuestra libertad. Realmente de lo que más habla el disco es de cadenas. La cadena del paso del tiempo, la cadena del deseo, la cadena de las rutinas, de las inercias de un mundo de autómatas… Y a la vez el sabor de recuperar la libertad. Han pasado cosas importantes en nuestras vidas, y eso queda grabado a fuego en las canciones.
En esa trayectoria circular que habéis seguido, llegando a horizontes más estandarizados en el terreno del pop desde los márgenes más independientes y ahora recorriendo el camino inverso, ¿qué habéis aprendido y a qué habéis renunciado en el camino?
J.A.M.: Lo que hemos aprendido es que nada nos excita tanto como la música. Y para que la música excite hay que arriesgarse y salir de las zonas de confort. Pero para nosotros no hay nada como el placer de hacer una canción o dar un concierto. Renuncias ha habido. A carreras profesionales en otros mundos, a cosas materiales…. Pero no nos duelen. Nos merece la pena. No tenemos sentimiento de habernos sacrificado. Al revés, nos sentimos unos privilegiados.
Dentro de la solidez y coherencia absoluta de estas canciones en cuanto a sonido, hay sitio para cosas tan sentidas como "FGL", sobre cuyas iniciales no debería caber la menor duda y en la que Nani Castañeda clava un retrato perfecto de la mentalidad granadina con la excusa perfecta de nuestro poeta más universal.
J.A.M.: Nani lo ha clavado. La canción viene a retratar el dolor de Lorca al mirar a su ciudad. Una ciudad bella y maravillosa, llena de arte, con vocación universal, pero también llena de mala leche, de envidia y de vicios provincianos de aldea pequeña. Aquí todos los días se sigue fusilando a alguien, aunque ya no sea con balas en las tapias del cementerio.
¿Habéis sufrido en algún momento esa impiedad del tribunal del que habla la canción, esa especie de mirada por encima del hombro a los músicos que son precisamente quienes habéis hecho de la ciudad un lugar maravilloso?
J.A.M.: Claro. Sentimos cariño y condenas a partes iguales. Esto es una ciudad pequeña y lo peor suele venir de quienes tienes cerca. En el gremio musical hay grandes amigos y abrazos sinceros, y también navajeros y besos de Judas.
Aflora esta vez la vena literaria en otros momentos, como en "Glaciares y volcanes" con otra cita lorquiana: “Yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra”… ¿Otro homenaje?
J.A.M.: Sí. Estamos lorquianos y sensibles (risas).
En directo ya estáis metidos en varios carteles festivaleros y de otra índole. Parece que había ya ganas de volver a veros en escena, y ahora además con un quinto mutante que va a ser toda una sensación. Nosotros ya lo conocemos, pero mejor haced las presentaciones pertinentes para nuestros lectores.
J.A.M.: Hemos hecho un fichaje increíble: Alonso Carmona, de Napoleón Solo. Le seguíamos la pista por su talento genial desde hace años. Le propusimos tocar con nosotros y le encantó la idea. Es emocionante tenerlo con nosotros y el nuevo sonido con cinco tíos a nosotros nos tiene entusiasmados, y quienes han podido oírlo por ahora también nos dice que estamos sonando mejor que nunca.
Nos vemos en algún bolo, mutantes. Muchísima suerte y enhorabuena por el décimo, es un trabajo muy serio y estará entre lo mejor del año en lo que a cosecha nacional se refiere, sin duda.
J.A.M.: Muchas gracias, amigos, nos llega al corazón vuestra felicitación.