"El blues es el cemento que une todas nuestras canciones"
Por: Kepa Arbizu
Por: Kepa Arbizu
Fotografía: Hanna Quevedo
The Milkyway Express ha logrado eso a lo que todo grupo, en principio, aspira, y no es otra cosa que construir y afianzar una identidad propia capaz de soportar cambios -más grandes o pequeños- sin perder su reconocible esencia. Estos andaluces, alimentados del blues-rock más oscuro y atronador, tienen la agradable manía de ofrecernos en cada uno de sus trabajos matices y/o representaciones variables y siempre perfectamente integradas en su personalidad .
Les hemos visto alcanzar los sonidos más tradicionales como marcar músculo a base de hard rock o expresiones noventeras, ahora con "Malinche", su más reciente trabajo, inciden en particularizar su visión del género del diablo y lo hacen con el diente afilado, con rotundidad y sobre todo con una explosión de talento, algo que a pesar de no pillarnos de nuevas sigue sorprendiendo y emocionando. Carlos Yáñez, aka Charly Riverboy, es su frontman y expresivo interlocutor de nuestras preguntas....
Por lo que he podido encontrar sobre Malinche (título de vuestro álbum) es un término que, basado en personajes y hechos de la época de los conquistadores españoles, hace referencia a la traición. No sé si la elección del título está relacionado con ese significado…
Carlos Yáñez: Exacto, en este caso es la demonización del traidor, que la paga con una condena terrenal y extraterrenal hasta el punto de convertirlo en una leyenda maligna a través de los años que hace que los niños se vayan al catre antes de que el traidor venga a por ellos. Una especie del hombre del saco pero mucho más sádico, es la traición convertida en terror legendario, capaz de tener atemorizado a una comunidad como cuenta la canción de "Malinche".
Éste es un disco que musicalmente en alta proporción es muy bluesero, (“The Lover”, “Malinche”, “Ambush at Midnight”, “El Verdugo”), un género que desde vuestros inicios parece haber sido la base, una de la que partir para llevarla hasta vuestro terreno, cada vez más variado, personal e identificativo. ¿Esa es vuestra consigna?
Carlos Yáñez: Hombre, esa proporción bluesera siempre estará en nuestra base, no pensamos demasiado en ella, creo que sale de forma natural e inconsciente. Es buena cosa que sin pensarlo, aunque haya variedad en el cancionero como bien dices, el toque personal sea marcado, y si además me añades identificativo pues mejor que mejor. Creo que ese elemento blues del que hablas puede ser el cemento que une todas nuestras canciones. Nunca nos hemos cerrado a nada que nos guste, no pensamos en hacer esto con esta marca y esta cosa con la otra, nos salen las cosas con ésta que parece que vamos consiguiendo a través de los años. Eso es un reto para toda banda, el llegar a poseer un sonido propio aunque no inventes nada , tener un sonido personal me parece un invento igualmente. Seguimos trabajando para conseguirlo.
En vuestros cuatros trabajos, desde esos elementos comunes, habéis ofrecido caras o matices diferenciadores, ¿es un prioridad para la banda también no repetirse y mostrar siempre ese punto de originalidad?
Carlos Yáñez: Sobre todo para no aburrirnos, pasarlo bien atajando el camino por senderos paralelos que en un momento dado te llevan al mismo camino. Creo que nuestro sonido tiene muchas formas de moldearlo. De todas es cierto que el primer disco fue un orgasmo de temas que llevábamos tocando mucho tiempo y queríamos plasmarlos en esa primera vez que entramos al estudio. El "One Day in Summer" fue una salida de ese contexto y a partir del "Perrorosa" empezamos a encontrar más ese norte por derecho que continuamos con "Malinche". Y ciertamente como bien dices en todos ellos puedes encontrar variedad de color en los temas, que al final suenan con nuestro mismo sello. Puede ser una vía inconsciente de escape de un sonido a otro para entretener nuestra neurosis, si….
Y todo ese recorrido que habéis realizado, ¿es reflejo también del cambio de cada uno de vosotros como músicos, en cuanto a nuevas influencias, a diferentes formas de entender ciertos aspectos de la música?
Carlos Yáñez: Por supuesto, podría utilizar tu pregunta para responderte. Es un camino natural, te vas conociendo más a ti mismo, te van atrayendo cierto sonidos e intentas plasmar eso en canciones, en sus formas y en la manera de afrontarlas, aun teniendo una base firme y consistente como la que tenemos como banda en cuestión de cómo queremos las cosas. Esto es un aprendizaje hasta la muerte. Disfrutar el proceso de sentir cómo vas aprendiendo a hacer las cosas un poco mejor es un componente muy divertido y motivador, la verdad. También nos ayuda que, aunque cada uno tenga sus gustos, en un 90 por ciento coincidimos en lo musical y eso ayuda a enfocar y evolucionar el camino. En nuestro espíritu sónico puedes encontrar toques personales muy marcados de cada uno de nosotros, pero aparte de un reflejo de la evolución de cada uno lo es del concepto de banda, de cómo hemos trabajado en común para que se mantenga firme. Ella es un ente independiente, nos reúne a los cinco para leernos la cartilla o darnos una palmada en la espalda, ella abarca nuestros gustos y los cocina.
Escuchar mucha música, indagar en su historia... es un componente fundamental para avanzar y alcanzar nuevos matices, esto es un regla de oro.
Otro elemento significativo del disco, y de la banda, es el tono oscuro, retorcido, casi psicodélico, que aplicáis a las canciones. Parece claro que os gusta crear ambientes que envuelvan y sobrecojan al oyente...
Carlos Yáñez: Es cierto que cuando jugamos con el componente dramático nos tiramos al charco más sucio. Puede ser que jugar con estos ambientes estremecedores haga que nos desahoguemos de todas nuestras tensiones de hijos de Adán , no lo sé, pero créeme, cuando tocas esas canciones es como si corres de aquí a la panadería vestido de hombre rana, con sus zapatos de plomo y su pesado traje metálico. Cuando terminas, algo se alivia ahí dentro, pienso que eso se trasmite al oyente. Nos gusta la espesura, jugar con esos cuchillos. Las letras hablan de temas extremos, como el ajusticiamiento, la manía persecutoria, el abandono pasional, las leyendas demoníacas, el asesinato, los ritos ocultos… Creemos que casan muy bien con las canciones que tienen un matiz más luminoso, al igual que te metemos en una ciénaga te podemos llevar al bar para cantar una oda al ánimo. Si escuchas el disco del tirón te lleva de la mano por muchos ambientes sin perder la coherencia.
Sin embargo con el adelanto del disco, “100º City”, nos engañasteis un poco, sonaba menos oscuro que el grueso del disco, ¿había un poco esa intención de desubicar para luego sorprender?
Carlos Yáñez: Mira, al igual que “Penitencia”, el primer corte de “Perrorosa”, “100º City” lo compusimos en el mismo estudio, en este caso de noche ya avanzada (somos grandes aficionados al anís seco cuando estamos en el estudio) en Sevilla, en agosto, y ese dia estaban estropeados los aires acondicionados…Imagínate a nosotros en una sala tocando en directo, sudando a mares, toalla al cuello y a Jordi Gil avisándonos por el pinganillo desde la cabina cuando llegaban los cambios y estribillos. Nos lo pasamos pipa, lo gozamos tela, esos momentos de creatividad instantánea son muy poderosos para un músico, así que le cogimos cariño y nos apetecía mostrarla la primera. No sé, tal vez sea una muestra de la libertad que tenemos a la hora de hacer las cosas, la pillamos al aire y la soltamos tal cual como single. También mola eso de mostrar algo que pueda despistar a los más fieles con el sonido que ya se espera de nosotros. Ademas ya aprovechamos y le dedicamos la canción a nuestra ciudad y a su calor veraniego del averno. Por cierto, ese despiste del que hablas va a continuar con un videoclip que saldrá en breve que va a ser una fantasía pura.
También supongo que es necesario un tema así, junto a otros como la preciosa lenta “Olivia”, para darle algo de calma y tranquilidad a un disco en general con un ambiente turbio...
Carlos Yáñez: Exacto, como te decía antes, son temas que regulan el pH del disco y combinan muy bien con los más intensos, también amamos esos sonidos. En el disco son como esa palmada en la espalda que te da un colega cuando estas agobiado para decirte que no te lo tomes demasiado en serio. “Olivia”, “100º City” y “Casa Jeromo” son bocanadas de aire fundamentales. Cuando visualizamos un repertorio a crear lo vemos con forma de intensidades, no de estilos o algo parecido. Para nuestra forma de hacer las cosas es necesario sacarte de la penumbra para aliviarte el corazón, como estar en un Spa: agua fría, agua caliente, al final te crea un tipo de sensación muy especial.
Por lo que os he leído este disco ha sido el primero en el que habéis parado expresamente para tomaros un tiempo para grabarlo, ¿por qué esa decisión, qué buscabais que os aportara esa manera de hacerlo frente a otras ocasiones?
Carlos Yáñez: Tuvimos una inercia bastante buena rulando el “Perrorosa” por ahí. Ya le vimos el fin de etapa. Teníamos que parar para volver a sentir esa experiencia de cuando estas empezando a hacer temas nuevos de la nada, aparte de que ya tocaba sacar trabajo nuevo. En esto de la música, como bien sabes, tienes que estar renovándote. En primer lugar por el músico mismo, tiene que entretenerse componiendo, superarse, motivarse y aprender con material nuevo; segundo porque esto es una rueda que no puede parar, hay muchas bandas buenas, muchas, una forma de que saques la cabeza es estar siempre ofreciendo algo, que vean que sigues en la lucha, y la manera de hacer eso era parar.
No fue fácil porque al principio estábamos bastante despistados, cada uno quería algo que no podía explicar, pero a base de trabajo y desechar y desechar encontramos una grieta en el muro y empezamos a dinamitarlo hasta derribarlo. Esto es una experiencia que te da puntos personales, ante el tapón, trabajo y más trabajo hasta tumbar la frustración. Nadie regala nada, todo está dentro.
Habéis confesado que durante esa dedicación para la confección del disco han surgido disputas y ciertos roces en el grupo, ¿al final para parir una obra tan personal y visceral como ésta es necesaria esa fricción?
Carlos Yáñez: Pues sí que han surgido... cuando llevas rulando con un disco que ha funcionado en nuestro circuito, has tocado en sitios que nunca pensabas que lo ibas a hacer, has llevado un repertorio engrasado perfectamente, y has sido recompensado continuamente por parte de la critica y público, entras en una zona de confort intocable. Todo lo tienes interiorizado, todo está bien y los temas están ahí para siempre, pero cuando todo eso se acaba para empezar de cero con un nuevo trabajo, la cosa cambia mucho. Te autoexiges, piensas que tienes que subir el nivel, que no puedes decaer, que lo nuevo tiene que ser algo especial y eso causa muchos episodios de frustración y roces, causa sensación de desubicación. Le tienes hasta miedo porque piensas que no lo vas a hacer bien, y esto en una banda tan cohesionada como nosotros es contagioso. Todos no estábamos a una, había mucho despiste….pero, como puedes comprobar, al final logramos encontrar armonía entre nosotros, superar nuestras diferencias y hallar una vía de trabajo común que nos ha permitido llegar a "Malinche", donde seguramente esté toda esa esquizofrenia conjunta en forma de canciones. Creo que la gran pila que tiene la Milkyway es que somos amigos desde que teníamos 14 años, algunos antes. Hemos aprendido a tocar juntos, y la verdad hemos dado un paso adelante como amigos también, estando ahí mamando, somos hermanos de cuasisangre. ¿Quién no se ha metido a hostias con sus hermanos alguna vez? Es una cosa normal, diría que hasta necesaria para que cada uno se vea a si mismo y reflexione. Se olvida, se aprende y a lo siguiente.
Según comentasteis es un disco que surge además en épocas de cambios y algo tortuosas de varios miembros, si sumamos eso a lo que has dicho y vemos la portada, ¿crees que es un disco hecho especialmente con rabia y fiereza?
Carlos Yáñez: Si tiene algo este disco en la forma que se ha compuesto y arreglado son esas dos cosas que dices. Creo que hemos aprendido mucho de esa rabia de vernos en un callejón sin salida y de la fiereza del golpe en la mesa que hemos dado para poder saltar la valla y ver la vía libre. Creo que ha creado una seguridad en nosotros mismos para que la próxima vez que pase, saber cómo afrontarlo. Esto le pasa a todas la bandas del mundo, uno se hace más fuerte no tirando la toalla y poniéndose a currar aun teniendo esas sensaciones malas dentro. Personalmente, y mis compañeros piensan lo mismo, he afianzado mi pensamiento de que todo se supera con trabajo y más trabajo, si no hay eso no hay nada, y ahí hemos cumplido como campeones a la hora de elaborar este disco. Ahora somos mejores como banda y como músicos gracias a que hemos sabido torear al espectro maligno rondante. Ahhora juega con nosotros.
Jordi Gil sigue siendo un fijo en la elección para la producción, ¿lo sentís ya como un miembro de la banda más y parte clave de vuestro resultado final?
Por supuesto, Jordi sabe cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos y se mantiene apartado como un gentelman cuando salta la chispa entre nosotros. Deja que nos desarrollemos de una manera natural en el estudio a las malas y a las buenas. Sabe cómo afrontar los temas y sacarles jugo, hace que nos lo pasemos en grande y sabe crear momentos hasta para componer temas en el mismo estudio como ya te comenté antes. Éste es nuestro tercer disco con él. El momento de cohesión total con nosotros y nuestra forma de hacer las cosas fue en “Perrorosa”, donde le dimos una libertad absoluta sin mostrarle ese control obsesivo que algunas veces las bandas tienen con su filosofía de sonido. Es un amigo, un gran profesional, es músico también, un gran tipo con un temple extraordinario, y esto es un punto importante que hay que tener en su gremio. Es uno más por supuesto y tiene que ver mucho en esto de que la peña nos conozca y le gusten nuestros temas. El sentirte como en casa, con esa seguridad que aporta ese sentimiento es fundamental a la hora de ponerte a trabajar en el estudio. Él te da un punto exterior de opinión, de si esto está de puta madre, se puede mejorar o qué mierda es. Lo sentimos como hermano y la verdad nos ayuda bastante en general, hemos aprendido muchísimo y se lo agradecemos mucho.
Y teniendo en cuenta ese espíritu de cambio y renovación que ostentáis, ¿nunca habéis barajado buscar un productor externo totalmente a la banda que aporte una visión “desconocida”?
Carlos Yáñez: Pues lo que dices es un tema interesante, si alguna vez tenemos la posibilidad de hacerlo, encontrando alguien que nos de la confianza, ¿por qué no? No hay que cerrarse a nada. Después de sacar "Malinche" tenemos la mente limpia para pensar en ese tipo de cosas para el futuro, de momento estamos muy calentitos bajo las alas de papá Jordi, pero ancha es Castilla, como decia Azorín. Hay campo por delante para probar si lo ves claro.
Tras más de diez años de carrera, y siempre dentro de los parámetros en los que se mueve el rock, habéis alcanzado un status y un alto reconocimiento de crítica y público, supongo que no siempre ha sido fácil y no ha sido sencillo llegar hasta aquí..
Carlos Yáñez: Pues no, la verdad... hemos rulado por cientos de garitos inmundos, precarios, festivales psicotrópicos, lugares que en los que piensas, qué cojones hacemos aquí, y todas esas movidas. Pero hay que recordar que somos una banda de rock y esos principios se sienten como si fueras un titán, hay que creérselo, se disfrutan igualmente. El único camino que hay es ese, tocar, mirar hacia adelante, llenarte de experiencias que contar, mantener ese idealismo romántico que es fundamental en esto y pasarlo bien, muy bien. A los que ansían llegar a un lugar donde la peña te vea y te conozca de una manera relámpago les diría que hay que mamar mucho para que se te conozca mínimamente, no en plan consejo de vinagreta, al revés, hay que ser consciente de que la evolución de una banda pasa por pegar cornadas miles hasta que te indultan un poco y puedes salir al prado para que el público te vea y te conozca. Esto no es un invento mio, bien sabrás que bandas que lleven tanto tiempo y están a la altura te dirán lo mismo. Y creo, para terminar, que la vocación y el creértelo tu mismo es una cosa indispensable para poder salir a guerrear. El público lo percibe, lo siente y lo aprecia….si hay algo que hemos hecho durante más de 11 años como banda es creer en nosotros mismos ante todo. Eso es algo que nos ha ayudado a lanzarnos a por todas…..¡¡larga vida a la Mikyway!!!!