Sala Oasis, Zaragoza. Sábado 11 de marzo del 2017
Texto y fotografías: Javier Capapé
Hacía mucho tiempo que no veía a Revólver en directo y el pasado sábado al salir por la puerta de la Sala Oasis cuando todo acabó sentí que había presenciado un concierto de gran nivel. Básicamente por tres cosas: La primera porque Carlos Goñi y su grupo habían dado un concierto potente y de altura otorgando un gran protagonismo a su último disco, que a pesar de su tono más acústico mostró su cara más afilada para la ocasión. La segunda porque el público brindó un respeto tremendo al artista entregándose cuando más lo requería el momento o escuchando con atención los temas más sentidos (increíble que este respeto empezase incluso con el telonero de la noche Luis Fercán, al que se le escuchó bastante más que a otros artistas que ejercen este duro papel). Y la tercera porque el sonido de la Sala Oasis fue esta vez magnífico, pudiendo apreciarse al máximo los matices de la velada y permitiendo seguir perfectamente las exigentes letras de las canciones de Goñi.
Dicho esto reconozco que volver a disfrutar de un concierto de Revólver en directo fue una experiencia intensa y muy placentera. Además si le sumamos que horas antes había podido tener una conversación larga y tendida con el protagonista de la velada (que veremos reflejada próximamente como entrevista en esta misma web) y que incluso había asistido al engranaje de la misma con la prueba de sonido, puedo afirmar rotundamente que a la noche no le faltó de nada.
El grupo comenzó con decisión y sin miedo, apostando por un tema poco conocido de su repertorio, “La Carretera”, que aparecía en el disco de inéditos de su caja conmemorativa por sus veinte años de carrera publicada en 2010 bajo el título “…Que 20 años no es nada”. A este tema le siguió “Sara”, sonando muy potente, como lo era aquel arriesgado “Sur” del año 2000. Pero la noche no iba a ir por el camino fácil. Carlos Goñi estaba decidido a presentar el que considera uno de sus discos más personales y certeros de los que ha alumbrado, así que comenzó rápido a desgranar los temas pertenecientes a “Capitol”, del que sonaron hasta ocho en todo el concierto, algo no muy común en las giras de presentación de discos nuevos de artistas que como Revólver tienen una carrera que ronda ya los treinta años. Así desgranó “Premios y Cicatrices”, uno de los temas más incisivos del disco que esta noche sonó como un cañonazo especialmente por su solo de guitarra final. Y sin bajar la guardia y con el público enloquecido desde el primer acordé llegó “El roce de tu piel” (difícil cansarse de una canción tan bien construida a pesar de haberla escuchado cientos de veces) donde Goñi volvió a mostrar su dominio a las seis cuerdas. Admitámoslo, estamos ante uno de los mejores guitarristas de nuestro país aunque a algunos les cueste reconocerlo. Porque no es una “rock star” o un “guitar legend” (sé que estas etiquetas van muy en la línea de su reciente tema “Más tequila”), pero es un prodigio con el instrumento y me lo ha demostrado siempre que lo he visto en vivo.
¿Cómo no iba a estar encantado con el repertorio que estaban ofreciendo esta noche si la siguiente en llegar fue “Mustang Shelby”, una de mis favoritas de su último disco? Seguidamente llegó “Ángeles de alas sucias” con unos versos que son auténtica marca de la casa de nuestro protagonista y que consiguen trasladarnos con total claridad a los lugares que recrea la canción simplemente cerrando por un momento los ojos. “Frío en Madrid” sonó renovada en sonido e igualmente emocionante, dando paso a un tema con el que no consigo conectar aún quince años después, pero que a la mayoría del público parece entusiasmarle. Hablo de “Odio”, donde la enumeración cansa y la voz de Goñi no luce como en otros momentos.
“Si es tan sólo amor”, otro bombazo que desata pasiones, enlazó con su single más reciente, “BlackJack”, y encajó perfectamente con éste debido a que nos retrotrae a esa época dorada de Revólver, entre “El Dorado” y “Calle Mayor”, con Josué Santos agarrando por momentos el saxo y dando el toque preciso a la canción. Sinceramente, y dada la reacción del público, creo que “BlackJack” se ha convertido en un clásico instantáneo del repertorio de Revólver y seguramente se ganará un sitio fijo en futuras giras. Llegó así el cierre de la primera parte del concierto con otro clásico como “Dentro de ti”, con el público cantando al unísono y ofreciendo el arreglo original del tema aparecido en “Si no hubiera que correr”, que funciona mucho mejor que el que posteriormente presentaran en su primer “Básico”.
Apenas llevábamos una hora y cuarto de concierto por lo que se intuía una segunda parte generosa, como así fue. Carlos volvió sólo con su acústica para entonar la confesional “Perdí lo que no tuve” y la delicada “Campanilla”. A pesar de ser canciones nuevas se notaba mucho respeto en la sala (lo digo por el silencio que en otros conciertos cuesta conseguir) e incluso se veía a muchos de los ahí congregados cantando las letras al completo, algo que demuestra el grado de fidelidad de los seguidores con este artista, ya que el nuevo disco apenas lleva un mes en la calle. Introduciendo a su baterista Carlos Sánchez, que esta vez agarró el cajón, nos presentó “Sacristán de sacristanes” aclarando los motivos de este particular homenaje a “uno de los últimos grandes del cine patrio”, para dar paso después a Josué Santos, de nuevo con el saxo, y a su inseparable Manuel Bagüés al bajo y despedirse así de este tramo más íntimo con “Faro de Lisboa”. Estas cuatro canciones fueron las únicas netamente acústicas de la noche, lo que sorprende debido a que éste es el sonido predominante de “Capitol”, pero no así el del concierto, que ofreció una versión más eléctrica de la mayoría de los temas presentados.
La vuelta para los merecidos bises se convirtió en euforia por encadenar tres de las canciones más apreciadas del grupo: la siempre infalible “No va más”, la impactante “San Pedro” con otro solo de stratocaster de los que dejan con la boca abierta, y la maravillosa “El Dorado”, una canción que no necesita presentación y en la que sus diez minutos de desarrollo siempre dejan con ganas de más. Carlos Goñi, visiblemente agradecido, disfrutó con su final a la guitarra y el público enloqueció una vez más; definitivamente el momento lo merecía.
Revólver en directo me ha vuelto a confirmar que éste es un proyecto con un público siempre fiel, pero que convence no por dar lo que simplemente se espera de ellos sino por seguir arriesgando desde un sonido que nos es familiar a la vez que nos exige. Y si no, por favor, prestad atención a su extensa discografía, siempre con algún toque que diferencia a sus discos entre sí, y convenceos con sus directos, en un nivel de solidez al que estamos poco acostumbrados en algunos de nuestros grupos de referencia. Carlos Goñi, Manuel Bagüés, Carlos Sánchez y Josué Santos han formado un conjunto muy equilibrado, cómplice y entregado. Espero que les quede mucho que dar todavía y que regalen a “Capitol” una larga vida en directo.