Por: Txema Mañeru
El señor "The Train" es bueno hasta para titular sus trabajos. Y es que "Slingin' Rhythm" (Bloodshot Records / Bertus) parece un sensacional título para lo que podemos escuchar en él. Este crack de la mejor música country (por algo milita desde tiempo inmemorial en el gran sello de Chicago, Bloodshot Records) debutó en 1995 con el magnífico, también con gran título, "Thunderstorms And Neon Signs".
Este nuevo trabajo creo que hace el décimo en su trayectoria y sucede al estupendo "Ride", con el que galopó a gusto hace tres años. También lo hizo ya hace más de una década con el flamante directo "Swing Time". Y es que este tipo se pega más de 200 conciertos al año con su mezcla de country, hillbilly, jazz, honky tonk y western swing. Y lo factura todo de miedo adornado con su gran voz. Un tipo con un pie en Dwigth Yoakam y el otro en el gran Brian Setzer de los Stray Cats. Pero un tipo que ama también las raíces y por lo que le han comparado a menudo con el mismísimo Hank Williams al quien ha versionado en diferentes ocasiones.
También se nota en su nuevo disco su pasión por otros nombres del country más clásico como Ernest Tubb, Bob Wills o Lefty Frizzel. Su nuevo trabajo arranca con el enérgico tema titular al que sucede un "Dirty house" con una guitarra fabulosa. Le acompaña de nuevo en la producción el fijo Lloyd Maines que ha trabajado junto a luminarias como Uncle Tupelo, Dixie Chicks o Terry Allen. También cuenta con un excelente equipo de músicos, con especial mención para el encargado de la steel guitar, el Texas Playboy, Leon McAuliffe. Con todo ello suena más country en "Killed them both" y recuerda a Elvis y sus sonidos hawaianos en "Two strings boogie".
En el instrumental "Over easy" que cierra la cara A brilla por ejemplo esa citada steel guitar. Suena muy bien su versión del "Divorce me C.O.D." de Merle Travis y es una gozada total su "Dog day blues". Se trata de un precioso western jazz con ritmo country y maestras guitarras a lo Chet Atkins sobre un delicioso ritmo boogie swing. ¡Qué locura, ¿no?! Pues prueba a oírlo. También se vuelve a atrever con el maestro Hank Williams en un "Thy burdens are greater than mine" en el que brilla, por supuesto, su gran voz, pero también una genial y rompedora guitarra. ¡En su línea, de lo mejorcito de las últimas dos décadas!