WiZink Center, Madrid. Sábado, 25 de febrero del 2017
Texto y fotografías: Macarena Chamorro Galán
Uno de los grupos ‘indies’ más destacados del panorama musical, Izal, llenaron el conocido Palacio de los Deportes de Madrid (WiZink Center). Tocaron ante más de 15.000 personas. La banda desplegó en Madrid la épica pop de “Copacabana” en el último concierto de fin de gira. En el concierto, Mikel recordó los inicios en una habitación de la zona de Sainz de Baranda, donde no había ventanas. Y hay que destacar cómo con esfuerzo después de seis años de carrera han llegado a llenar un “Palacio de los Deportes” hasta la bandera.
El espectáculo comenzó por el final, y digo lo de final porque su primera canción fue “Despedida”. La banda inició el show con una pantalla en la que podía verse una máquina de escribir y acto seguido, en el segundo estribillo, se encendieron las mil y una luces y empezó el esperado concierto.
Si algo caracterizó a este grupo indie fue su cercanía y si a ella le sumamos un conglomerado de emociones está claro por qué el espectáculo estuvo asegurado.
Los madrileños no escatimaron en temas, tocaron 23, y durante las dos horas que duró el concierto recorrieron casi todo el álbum de “Copacabana”.
Jorge Drexler apareció en el escenario para tocar con ellos “La piedra invisible”. Además, adelantaron una nueva canción de su próximo proyecto “Ruidoblanco”. Mikel aseguró que la habían ensayado pocas veces y que por eso se había equivocado en la letra. Acabó prometiendo que se la sabría para la próxima vez que la tocaran; esta fue una anécdota un tanto divertida.
Demostraron tener un sonido espléndido, compacto y nada pretencioso. Más tarde llegó Miss Cafeína al escenario y el público se vino arriba.
Las tres últimas canciones fueron "Qué bien", "Magia y efectos especiales" y acabaron con el mítico tema "Baile".
Izal está a punto de tomarse su primer respiro en seis años de carrera. Desde hace al menos cuatro, solo se han permitido un par de semanas de descanso. Han decidido que es el momento de parar y generar un tiempo de inflexión. ¡Nos vemos en 2018!