Por: Kepa Arbizu
Realmente curioso el caso de la banda The Wave Pictures. Este trío inglés (Jonny Helm, Dave Tattersall y Franic Rozycki) da la sensación, y es algo más que una apariencia, de tomarse la música de una forma totalmente desinhibida y natural, con un carácter jovial y casi amateur, en términos de actitud que no de interpretación. Unas constantes que explican todavía mejor que algunos de sus referentes sean The Modern Lovers o Violent Femmes, sumado a otras sensibilidades como las de The Go-Betweens. A todo ello se le incorpora, y colabora, un talante stajanovista, donde el cómputo de sus publicaciones entre discos largos, singles y colaboraciones, se extiende de manera patente a lo largo de una trayectoria cifrada en ya dos décadas. Una amplia discografía que sin embargo, de nuevo nos movemos en ese terreno disperso en el que se ubican, ha permanecido en su primera parte de una manera bastante invisibilizada.
A esa extensa nómina de trabajos se añade esta última grabación, “Bamboo Diner in the Rain”, en la que además de una ligazón cronológica con sus dos anteriores discos, ambos enclavados en los últimos 365 días, también guarda conceptos variados pero comunes con ellos. De "Great Big Flamingo Burning Moon", en el que participaba decisivamente Billy Childish, toma su sonido guitarrero y primitivo, en esta ocasión orientado incluso más hacia el blues, y de "A Season in Hull", un experimento grabado en directo bajo el paraguas de un solo micrófono, adopta ese sentido orgánico y elemental. Con esas bazas en la mano, el grupo construye todo un homenaje a esos sonidos que desde siempre han ostentado como influencia, unas veces más visibles que otras pero siempre determinantes en su imaginario.
Y si bien "Bamboo Diner in the Rain" no es un disco de blues, sí que está sin embargo rociado por su espíritu, ese que, aunque presente, se difumina sutilmente entre manifestaciones endiabladas y sugerentes a lo Television o el heterogéneo primitivismo del citado Billy Childish, como se puede observar en los primeros acercamientos del trabajo (“Panama Hat” y “Now I Want To Hoover My Brain Clean”). Pasos iniciales que sin embargo cambian radicalmente de rumbo con el instrumental campestre y bucólico, con aromas de folk-country pasado por las yemas de John Fahey o Marley Travis, “Bamboo Diner Rag”, hermanado más adelante con la deliciosa "Meeting Simon at the Airport".
Sin embargo sí que habrá un buen segmento del álbum en el que la “música del diablo” deje su impronta de una manera más contundente, y que probablemente encuentre en "Newcastle Rain" su representación más evidente, donde las guitarras y los ritmos repetitivos nos llevan hasta John Lee Hooker o Howlin’ Wolf. Una escenificación que radicaliza con esa cadencia plomiza y tribal de "H.D. Rider" y que en "Pool Hall" encuentra un desarrollo más melódico y pegadizo, pero con el peso pantanoso intocable. No quedarán ahí los aportes claros de la música negra, que serán tratados por medio de un bello soul, tutelado por el sonido del órgano, tal y como lo harían unos Reigning Sound, en el caso de "Hot Little Hand".
The Wave Pictures mantienen, no obstante es parte esencial de su perfil artístico, ese sentido anárquico y desprejuiciado a la hora de representar sus influencias, resaltando en este disco aquellas que evocan a los sonidos negros, el blues principalmente, en su representación más eléctrica. Bajo una inquebrantable personalidad, los británicos construyen otro sugerente grupo de canciones que les siguen colocando como uno de nuestros queridos y preferidos inclasificables.