Por: Por Àlex Guimerà
Tras una carrera discográfica de casi diez años, formando parte del magnífico combo pop "La Puerta de los Sueños" , Oriol Saltor decidió junto con su hermano Jaume emprender un nuevo rumbo en el que dar rienda suelta a todo su talento instrumental y creativo. De ahí nació el dúo Saltors , con tres álbumes instrumentales a cuatro manos en los que transitaban por el blues, el rock’ n roll, flamenco, funk, country... Así, “Instrumental” (2009) , “Cordes de plata” (2011) y un desenchufado "Acústic a Aurha” (2014) apuntaban su buen hacer con temas propios y una finísima versión de “Tears in Heaven” de Eric Clapton. Podemos ver esta versión como el punto de conexión para que Oriol se lanzara a finales del año pasado a publicar el que es su debut en solitario "Cristalls".
Con el nuevo proyecto, el barcelonés se muestra mucho más personal, íntimo y aventurero a la caza de nuevas técnicas de guitarra con los que expresar su talento y potencial: fingerpicking, clásica, flamenco o ragtime... Unos doce cortes formados principalmente por versiones de clásicos del pop-rock aunque con espacios para unos temas propios que merecen especial atención.
Así, Oriol aborda la mencionada "Tears In Heaven" languideciéndola de un modo bello, y logrando lo difícil: no quedar derrotado ante el sentimentalismo de la versión unplugged de "Mano Lenta". De aquel mismo, la romántica "Wonderful Tonight", que dedicara a su esposa Pattie Boyd mientras esperaba que aquella se acabara de arreglar para ir a una cena. Y ya que hablamos de la ex de George Harrisson, del mundo beatle encontramos una taciturna "Yesterday", con su melancolía perfectamente captada; "Imagine" con las dificultades de transportarla del piano en toda su complejidad, y "Hey Jude", que suena más íntima que nunca.
Luego "Bridge Over Troubled Water" de Simon & Garfunkel y el himno de Lluis Llach "Que Tinguem Sort" con un toque rítmico soberbio.
El ragtime llega de la mano del tema propio "Stand Up", dinámico y entrañable, como "Blue Rag" en la que la agilidad del músico se muestra más que nunca. Lo mismo que en la flamenca "Rumba Americana" , prodigiosa, vital y cambiante con sus tintes de melancolía bebe directamente de la música clásica y en especial del "Concierto de Aranjuez". Aunque mi favorita es la bonita "Cristalls", una pulcra y delicada pieza de orfebrería que evidencia el talento compositivo de su autor.
Un disco delicioso de principio a fin surgido del romanticismo, la técnica y del preciosismo de las cuerdas, con versiones de temas que a pesar de ser muy populares llevan sello propio, y con unos grandes temas nuevos. Cuando la guitarra habla por si sola.