Por: Txema Mañeru
Había ganas de nuevo material de los Green Day tras cuatro años desde su anterior avalancha discográfica. No creo que fuera una buena idea sacar tres discos en tan corto espacio de tiempo y se puede decir que "¡Uno!", "¡Dos!" y "¡Tré!" eran, cuanto menos, irregulares. "Revolution Radio" (Warner) no es un disco revolucionario y sí es sin embargo un disco con muchos momentos adecuados para sonar en la radio. No llega al nivel de clásicos incontestables como "Dookie" o hitos más recientes como ese crítico "American Idiot", pero es un buen disco de la banda, con todo lo positivo que esto conlleva en los últimos tiempos pero también significa que contiene algún momento prescindible. La crítica lo ha recibido con disparidad de opiniones, pero yo creo que predominan los buenos momentos, siendo un disco con muchos temas marca de la casa que enganchan.
Empieza bien con "Somewhere now" y una parte acústica con una preciosa melodía calmada. Luego se desbocan cantando a pleno pulmón y con guitarrazos rockeros estilo The Who. A continuación llega el primero de los singles, "Bang bang", que es un disparo a quemarropa puro Green Day en sus buenos-mejores tiempos. Además se vuelven a mojar en temas conflictivos abordando el problema de las redes sociales. Se tornarán más políticos aún en el tema titular, afrontando el tema de la violencia policial y condimentando todo con unas brutales guitarras. En "Outlaws" se marcan un melódico y relajado tema, pero al que endurecen para bien las seis cuerdas de Billie Joe. "Still breathing" es un canto de rebeldía con una buena melodía pop, un estribillo pegadizo y guitarras con auténtico gancho. Otro más que posible single.
Hacia el final volverán a sorprendernos y no para mal. Me encantan las líneas de bajo de Mike dirigiendo la magnífica melodía de "Troubled times", con unos arranques cercanos al grunge y un estribillo para corear en sus futuros conciertos. A continuación sorprenden con un "Forever now" que se va por encima de los siete minutos, pero que no se hace largo en absoluto ya que es variado y ameno. El remate llega con la balada "Ordinary world", que tiene un aire hasta a los Beatles en su arranque más acústico. También están conseguidas la crítica e incendiaria portada y la divertida contraportada, además del completo libreto con letras, fotos y demás. ¡Bueno, releyendo lo escrito, creo que el balance final es más que satisfactorio aunque no lleguen al sobresaliente!