“Lo que busco con mis discos es que haya profundidad, que te digan cosas a lo largo del tiempo”
Por: Javier González
Fotos: Luis Camacho
Hablar de Diego Vasallo es hacerlo de uno de los grandes autores de canciones en castellano de los últimos tiempos. Transitando por voluntad propia las veredas más inusitadas de la música de autor, ha logrado, disco a disco, construir una más que sólida carrera en solitario donde autor y persona logran fundirse en uno solo a la perfección.
Álbumes de composiciones desnudas, ásperas y con matices grisáceos que en su tono de voz, marcado y profundo, elevan unos textos sutiles y poéticos que ahora vuelven a cobrar vida en sus “Baladas para un Autorretrato”, dejando patente una vez más que canciones radiables hay muchas, aunque tal vez muy pocas que brillen tanto como las que Diego Vasallo crea.
Hace semanas tuvimos el honor de sentarnos en torno a una mesa junto a él para hablar de su nuevo disco; evidentemente nos envolvió en su magia y en la quietud de sus palabras. Fuimos plenamente conscientes de estar ante un grande de nuestra música y ante el que quizás sea el mejor autor de canciones actual en castellano.
“Baladas para un Autorretrato” es el título de tu último trabajo; un álbum que llega seis años después de “Canciones en Ruinas”, que ve la luz junto con “Al Margen de los Días”, un libro que incluye poemas y alguna de tus pinturas. Un proceso de maduración lento que da como resultado quizás la imagen más completa y real de lo que es Diego Vasallo actualmente. ¿Por qué ahora mismo?
Diego: La verdad es que todo tiene mucho de casual. Tenía una serie de textos que me planteaba publicar y por otro lado iba teniendo canciones a las que también quería dar forma. Todo se junto sin quererlo. Lo podría haber distanciado, pero decidí sacarlo a la vez y juntarlo, de hecho en la edición física junto al libro viene el disco. Ahora me alegro de haber tomado la decisión adecuada, porque es la muestra de mi trabajo en los últimos años.
¿Cómo comenzó a tomar forma un trabajo tan completo e intuyo que casi conceptual?
Diego: Una cosa es cómo va sucediendo todo el proceso, y otra muy distinta cómo dar forma a tu trabajo. En cierto momento sí que trabajas más con conceptos y luego, más tarde, tratas de darle una envoltura concreta. No voy a hablar de algo conceptual, me gusta más la idea de unificar mis distintas disciplinas en varios formatos. Es un retrato mío a día de hoy, de mi trabajo y de lo que he hecho en estos años.
En el aspecto puramente musical estamos ante un álbum que continúa la senda de tonos grisáceos de casi toda tu trayectoria solista, aunque quizás buscando unas sonoridades de mayor raíz y con unas texturas más ásperas. ¿Qué es lo que ha provocado que éstas baladas tengan esas sonoridades?
Diego: Efectivamente, lo que dices es cierto. Estas canciones tienen un revestimiento más crudo y áspero. Es una sonoridad que se ha buscado desde un principio, en la producción a cargo de Fernando Macaya y también por mí. Buscábamos un sonido específico, fangoso y oscuro, por ejemplo queríamos unas baterías concretas con mucha percusión.
Sobre el disco se está escribiendo mucho, relacionándolo con los nombres de Tom Waits y Elvis, también se cita el sonido de Sun Records… ¿hasta qué punto estás de acuerdo con esas afirmaciones?
Diego: En mi caso la influencia de Tom Waits está presente desde hace muchos años. También el blues primitivo y el rock de los cincuenta. De Elvis nos ha influido la crudeza de las primeras grabaciones en Sun Records, también es cierto. Creo que se nota en la canción final “Se me Olvida”, claramente influenciada por ese sonido crudo. Hay más referencias cercanas al folk y a discos de Steve Earle; sin olvidarnos del último Kris Kristofferson y Johnny Cash. Son gente muy concreta que influye en lo que es la arquitectura del disco.
Hace seis años tuve la oportunidad de coincidir contigo y entrevistarte. Recuerdo que percibí la sensación de estar compartiendo conversación con alguien que no andaba pasando un buen momento. Ahora, desde el momento en que te he visto, percibo otra energía. ¿Estoy en lo cierto? ¿Cómo ha afectado eso a la labor compositiva?
Diego: Qué bueno, te diste cuenta. Sí, en 2010 estaba pasando por ciertas situaciones personales más difíciles que las actuales. Eso ha cambiado mucho. Dichas circunstancias moldean tu forma de estar, de trabajar y de escribir. Este disco puede ser más oscuro en cuanto a sonido, hasta pantanoso, aunque las canciones no creo que sean especialmente negras, pienso que hay de todo. En las letras hay mucho de una mirada escéptica hacia la realidad. Aunque creo que es un disco más equilibrado que los anteriores.
¿Es cada vez complicado encontrar sonoridades con las que revestir tus canciones? ¿O quizás lo más costoso sea encontrar letras que expresen una vida interior tan profunda cómo la tuya?
Diego: Creo que son dos caras de la misma moneda. Hacer canciones y escribir textos deben unirse a una propuesta musical concreta. No vale cualquier cosa. Tienes que saber hacia dónde quieres tirar. Qué sonido, qué acompañamiento, qué producción necesitan las canciones para tener el traje que tú crees que le favorecen. Entiendo que es parte del mismo trabajo. Son procesos distintos, aunque unidos. En mi caso lo que más tarda en llegar son los textos, que me cuestan bastante, cada vez más, y el proceso de grabación en mi caso suele ser rápido, éste disco ésta hecho en diez días, con mezclas y todo. Está hecho en dos tandas de sesiones distintas en Junio y Septiembre. Creo que todo va unido. Me cuesta separar una canción del ambiente que la envuelve. Una canción es todo. Otra cosa es que tú hagas una versión y la lleves a otro terreno distinto. A mí me gustan las versiones que sean propuestas totalmente distintas al original.
Algo así hiciste en tu anterior disco con “Vuelve algo de lo que Perdí”…
Diego: En el anterior trabajo incluimos “Vuelve algo de lo que Perdí”, una adaptación del “Please Please Please Let me get what I want”, una canción con mandolinas que me encantaba de The Smiths. Se salía del sonido habitual de la banda. Un tema folk de melodía preciosa y con una gran letra. La hice llevándola a otro terreno. Es lo que se debe hacer en una versión. Me gusta como ha quedado y de hecho ha quedado en el repertorio de ésta tanda de conciertos.
En lo que a textos se refiere creo que en ésta ocasión se nota una mayor identificación del personaje con una experiencia vital marcada por la madurez absoluta…
Diego: Los años sirven para que te vayas conociendo mejor. Eso aplicado a lo que haces, hace que sea más fácil llegar a lugares donde estás cómodo y te expresas mejor. ¿Eso es madurez?… creo que sí. Lo que busco con mis discos es que haya profundidad. Que no se queden en una escucha superficial, que haya capas, que te digan cosas a lo largo del tiempo.
¿Crees que nos encontramos ante tu álbum más áspero?
Diego: Mis discos desde hace tiempo no son discos de música pop. Entendidos desde el punto de vista de quien quiera encontrar estribillos fáciles y claros. No hay canciones de consumo rápido, no tienen esa vocación. Creo que requieren más esfuerzo ya que los textos son más importantes, no hay arreglos. En estos últimos años me he alejado del pop, que es un género con unas coordenadas claras. Tiene estribillos y arreglos que se repiten, voces y coros que suben ciertas partes de la canción. Hay muchos trucos en la construcción de canciones, es realmente todo un oficio. He tratado de saltarme todos esos clichés en mis últimos discos, haciendo las canciones como mejor me parecía. Me he alejado hacia otros lugares más folk y blues, que no tienen esos ingredientes. En ese sentido me gusta mucho la última etapa de Bob Dylan con canciones en las que recita la letra, donde no hay arreglos ni estribillo. La letra entendida como vehículo que te lleva a comenzar y a acabar la canción.
Bob Dylan de actualidad hace unos meses con la polémica sobre el Nobel que ha traspasado el ambiente puramente musical y literario, situándose en las conversaciones de gente que en su vida ha escuchado al maestro. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Diego: Creo que la polémica que se generó fue tremenda, desmesurada. Si te gusta un premio Nobel, bien, y si no te gusta, no ocurre nada. No veo problema. Lo que resaltaría es que si le das un premio a Dylan, se lo das a un escritor de canciones. Para mí la escritura y la escritura de canciones son dos cosas distintas. Dylan es un gran escritor de canciones, y las canciones se escriben para ser cantadas, no leídas. Me parece perfecto que el premio se lo hayan dado a un escritor de canciones.
Has citado anteriormente a Fernando Macaya, quien junto a Quique González, son las dos grandes colaboraciones del disco.
Diego: La colaboración de Quique ha quedado en un segundo plano, aunque a mí me encanta. Solamente por el hecho de que tocar con él es un placer. Es una persona muy querida y entrañable para mí, además hace las cosas con una facilidad musical pasmosa. Me logra sorprender siempre. Con Fernando la verdad que establecimos una relación musical intensa a raíz de unos conciertos que conjuntos con Luis Auserón. La banda que nos acompañaba era la de Fernando, ChickTones, y establecimos una relación musical muy rica. Este disco lo hemos hecho con su banda habitual, con la gente de Santander con la que suele tocar, más allá de Deltonos. Ha sido todo un placer porque coincidimos en los criterios musicales totalmente.
Qué buena aquella tanda de conciertos conjunta con Luis Auserón…
Diego: Tengo muy buen recuerdo de los conciertos que hicimos, lástima que solamente fueran cuatro.
En ésta nueva etapa estrenas compañía, recalando Subterfuge. ¿Qué es lo que ha motivado éste cambio dejando atrás tu etapa en Warner?
Diego: Una de las cosas que me gustó de Subterfuge es que les encantaba el disco. Alguien que te va a publicar debe creer en lo que tienes entre manos y les debe gustar. Fue lo que realmente me convenció. También pesó el hecho de que dentro de las independientes, la que más solera tiene es Subterfuge, además de poseer un catálogo brutal. Yo he publicado siempre con Warner, estoy muy satisfecho de nuestra aventura juntos, y creo además que hemos sacado grandes discos, aunque creo que era una etapa que tenía que terminar. En las carreras artísticas hay etapas que percibes que acaban. Notaba que necesitaba un cambio de aires, trabajar con más gente y en otras perspectivas. Eso te trae otras relaciones diferentes, pienso que éste paso le vendrá bien a mi carrera.
Vienes de una inercia junto a Duncan Dhu que te ha llevado a los escenarios de manera más continuada. ¿Vamos a disfrutar más de Diego Vasallo en directo que en periodos anteriores?
Diego: Mi intención es activar más la maquinaria. Quiero intentar hacer más conciertos ésta vez, e incluso llegar a hacer una gira. Aunque claro para eso la cosa tiene que funcionar. De momento hay algunas fechas cerradas, aunque sí es mi intención moverme más. No por haber tocado recientemente más con Duncan, sino porque estoy retomando la actividad con ganas. Estoy muy motivado. Hacía seis años que no sacaba disco y me apetece trabajarlo. Creo que el disco lo merece. Vamos a intentarlo y tocaremos donde sea posible.
Por: Javier González
Fotos: Luis Camacho
Hablar de Diego Vasallo es hacerlo de uno de los grandes autores de canciones en castellano de los últimos tiempos. Transitando por voluntad propia las veredas más inusitadas de la música de autor, ha logrado, disco a disco, construir una más que sólida carrera en solitario donde autor y persona logran fundirse en uno solo a la perfección.
Álbumes de composiciones desnudas, ásperas y con matices grisáceos que en su tono de voz, marcado y profundo, elevan unos textos sutiles y poéticos que ahora vuelven a cobrar vida en sus “Baladas para un Autorretrato”, dejando patente una vez más que canciones radiables hay muchas, aunque tal vez muy pocas que brillen tanto como las que Diego Vasallo crea.
Hace semanas tuvimos el honor de sentarnos en torno a una mesa junto a él para hablar de su nuevo disco; evidentemente nos envolvió en su magia y en la quietud de sus palabras. Fuimos plenamente conscientes de estar ante un grande de nuestra música y ante el que quizás sea el mejor autor de canciones actual en castellano.
“Baladas para un Autorretrato” es el título de tu último trabajo; un álbum que llega seis años después de “Canciones en Ruinas”, que ve la luz junto con “Al Margen de los Días”, un libro que incluye poemas y alguna de tus pinturas. Un proceso de maduración lento que da como resultado quizás la imagen más completa y real de lo que es Diego Vasallo actualmente. ¿Por qué ahora mismo?
Diego: La verdad es que todo tiene mucho de casual. Tenía una serie de textos que me planteaba publicar y por otro lado iba teniendo canciones a las que también quería dar forma. Todo se junto sin quererlo. Lo podría haber distanciado, pero decidí sacarlo a la vez y juntarlo, de hecho en la edición física junto al libro viene el disco. Ahora me alegro de haber tomado la decisión adecuada, porque es la muestra de mi trabajo en los últimos años.
¿Cómo comenzó a tomar forma un trabajo tan completo e intuyo que casi conceptual?
Diego: Una cosa es cómo va sucediendo todo el proceso, y otra muy distinta cómo dar forma a tu trabajo. En cierto momento sí que trabajas más con conceptos y luego, más tarde, tratas de darle una envoltura concreta. No voy a hablar de algo conceptual, me gusta más la idea de unificar mis distintas disciplinas en varios formatos. Es un retrato mío a día de hoy, de mi trabajo y de lo que he hecho en estos años.
En el aspecto puramente musical estamos ante un álbum que continúa la senda de tonos grisáceos de casi toda tu trayectoria solista, aunque quizás buscando unas sonoridades de mayor raíz y con unas texturas más ásperas. ¿Qué es lo que ha provocado que éstas baladas tengan esas sonoridades?
Diego: Efectivamente, lo que dices es cierto. Estas canciones tienen un revestimiento más crudo y áspero. Es una sonoridad que se ha buscado desde un principio, en la producción a cargo de Fernando Macaya y también por mí. Buscábamos un sonido específico, fangoso y oscuro, por ejemplo queríamos unas baterías concretas con mucha percusión.
Sobre el disco se está escribiendo mucho, relacionándolo con los nombres de Tom Waits y Elvis, también se cita el sonido de Sun Records… ¿hasta qué punto estás de acuerdo con esas afirmaciones?
Diego: En mi caso la influencia de Tom Waits está presente desde hace muchos años. También el blues primitivo y el rock de los cincuenta. De Elvis nos ha influido la crudeza de las primeras grabaciones en Sun Records, también es cierto. Creo que se nota en la canción final “Se me Olvida”, claramente influenciada por ese sonido crudo. Hay más referencias cercanas al folk y a discos de Steve Earle; sin olvidarnos del último Kris Kristofferson y Johnny Cash. Son gente muy concreta que influye en lo que es la arquitectura del disco.
Hace seis años tuve la oportunidad de coincidir contigo y entrevistarte. Recuerdo que percibí la sensación de estar compartiendo conversación con alguien que no andaba pasando un buen momento. Ahora, desde el momento en que te he visto, percibo otra energía. ¿Estoy en lo cierto? ¿Cómo ha afectado eso a la labor compositiva?
Diego: Qué bueno, te diste cuenta. Sí, en 2010 estaba pasando por ciertas situaciones personales más difíciles que las actuales. Eso ha cambiado mucho. Dichas circunstancias moldean tu forma de estar, de trabajar y de escribir. Este disco puede ser más oscuro en cuanto a sonido, hasta pantanoso, aunque las canciones no creo que sean especialmente negras, pienso que hay de todo. En las letras hay mucho de una mirada escéptica hacia la realidad. Aunque creo que es un disco más equilibrado que los anteriores.
¿Es cada vez complicado encontrar sonoridades con las que revestir tus canciones? ¿O quizás lo más costoso sea encontrar letras que expresen una vida interior tan profunda cómo la tuya?
Diego: Creo que son dos caras de la misma moneda. Hacer canciones y escribir textos deben unirse a una propuesta musical concreta. No vale cualquier cosa. Tienes que saber hacia dónde quieres tirar. Qué sonido, qué acompañamiento, qué producción necesitan las canciones para tener el traje que tú crees que le favorecen. Entiendo que es parte del mismo trabajo. Son procesos distintos, aunque unidos. En mi caso lo que más tarda en llegar son los textos, que me cuestan bastante, cada vez más, y el proceso de grabación en mi caso suele ser rápido, éste disco ésta hecho en diez días, con mezclas y todo. Está hecho en dos tandas de sesiones distintas en Junio y Septiembre. Creo que todo va unido. Me cuesta separar una canción del ambiente que la envuelve. Una canción es todo. Otra cosa es que tú hagas una versión y la lleves a otro terreno distinto. A mí me gustan las versiones que sean propuestas totalmente distintas al original.
Algo así hiciste en tu anterior disco con “Vuelve algo de lo que Perdí”…
Diego: En el anterior trabajo incluimos “Vuelve algo de lo que Perdí”, una adaptación del “Please Please Please Let me get what I want”, una canción con mandolinas que me encantaba de The Smiths. Se salía del sonido habitual de la banda. Un tema folk de melodía preciosa y con una gran letra. La hice llevándola a otro terreno. Es lo que se debe hacer en una versión. Me gusta como ha quedado y de hecho ha quedado en el repertorio de ésta tanda de conciertos.
En lo que a textos se refiere creo que en ésta ocasión se nota una mayor identificación del personaje con una experiencia vital marcada por la madurez absoluta…
Diego: Los años sirven para que te vayas conociendo mejor. Eso aplicado a lo que haces, hace que sea más fácil llegar a lugares donde estás cómodo y te expresas mejor. ¿Eso es madurez?… creo que sí. Lo que busco con mis discos es que haya profundidad. Que no se queden en una escucha superficial, que haya capas, que te digan cosas a lo largo del tiempo.
¿Crees que nos encontramos ante tu álbum más áspero?
Diego: Mis discos desde hace tiempo no son discos de música pop. Entendidos desde el punto de vista de quien quiera encontrar estribillos fáciles y claros. No hay canciones de consumo rápido, no tienen esa vocación. Creo que requieren más esfuerzo ya que los textos son más importantes, no hay arreglos. En estos últimos años me he alejado del pop, que es un género con unas coordenadas claras. Tiene estribillos y arreglos que se repiten, voces y coros que suben ciertas partes de la canción. Hay muchos trucos en la construcción de canciones, es realmente todo un oficio. He tratado de saltarme todos esos clichés en mis últimos discos, haciendo las canciones como mejor me parecía. Me he alejado hacia otros lugares más folk y blues, que no tienen esos ingredientes. En ese sentido me gusta mucho la última etapa de Bob Dylan con canciones en las que recita la letra, donde no hay arreglos ni estribillo. La letra entendida como vehículo que te lleva a comenzar y a acabar la canción.
Bob Dylan de actualidad hace unos meses con la polémica sobre el Nobel que ha traspasado el ambiente puramente musical y literario, situándose en las conversaciones de gente que en su vida ha escuchado al maestro. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Diego: Creo que la polémica que se generó fue tremenda, desmesurada. Si te gusta un premio Nobel, bien, y si no te gusta, no ocurre nada. No veo problema. Lo que resaltaría es que si le das un premio a Dylan, se lo das a un escritor de canciones. Para mí la escritura y la escritura de canciones son dos cosas distintas. Dylan es un gran escritor de canciones, y las canciones se escriben para ser cantadas, no leídas. Me parece perfecto que el premio se lo hayan dado a un escritor de canciones.
Has citado anteriormente a Fernando Macaya, quien junto a Quique González, son las dos grandes colaboraciones del disco.
Diego: La colaboración de Quique ha quedado en un segundo plano, aunque a mí me encanta. Solamente por el hecho de que tocar con él es un placer. Es una persona muy querida y entrañable para mí, además hace las cosas con una facilidad musical pasmosa. Me logra sorprender siempre. Con Fernando la verdad que establecimos una relación musical intensa a raíz de unos conciertos que conjuntos con Luis Auserón. La banda que nos acompañaba era la de Fernando, ChickTones, y establecimos una relación musical muy rica. Este disco lo hemos hecho con su banda habitual, con la gente de Santander con la que suele tocar, más allá de Deltonos. Ha sido todo un placer porque coincidimos en los criterios musicales totalmente.
Qué buena aquella tanda de conciertos conjunta con Luis Auserón…
Diego: Tengo muy buen recuerdo de los conciertos que hicimos, lástima que solamente fueran cuatro.
En ésta nueva etapa estrenas compañía, recalando Subterfuge. ¿Qué es lo que ha motivado éste cambio dejando atrás tu etapa en Warner?
Diego: Una de las cosas que me gustó de Subterfuge es que les encantaba el disco. Alguien que te va a publicar debe creer en lo que tienes entre manos y les debe gustar. Fue lo que realmente me convenció. También pesó el hecho de que dentro de las independientes, la que más solera tiene es Subterfuge, además de poseer un catálogo brutal. Yo he publicado siempre con Warner, estoy muy satisfecho de nuestra aventura juntos, y creo además que hemos sacado grandes discos, aunque creo que era una etapa que tenía que terminar. En las carreras artísticas hay etapas que percibes que acaban. Notaba que necesitaba un cambio de aires, trabajar con más gente y en otras perspectivas. Eso te trae otras relaciones diferentes, pienso que éste paso le vendrá bien a mi carrera.
Vienes de una inercia junto a Duncan Dhu que te ha llevado a los escenarios de manera más continuada. ¿Vamos a disfrutar más de Diego Vasallo en directo que en periodos anteriores?
Diego: Mi intención es activar más la maquinaria. Quiero intentar hacer más conciertos ésta vez, e incluso llegar a hacer una gira. Aunque claro para eso la cosa tiene que funcionar. De momento hay algunas fechas cerradas, aunque sí es mi intención moverme más. No por haber tocado recientemente más con Duncan, sino porque estoy retomando la actividad con ganas. Estoy muy motivado. Hacía seis años que no sacaba disco y me apetece trabajarlo. Creo que el disco lo merece. Vamos a intentarlo y tocaremos donde sea posible.