Por: Txema Mañeru
Tengo que reconocer que no he escuchado demasiado a Pnau, la formación de la que partió Nick Littlemore, uno de los dos artífices de esta preciosa anomalía de pop electrónico con alma que son los australianos Empire Of The Sun. Sin embargo, sí que disfrute en repetidas ocasiones con los magníficos logros de Luke Steele al frente de los infravalorados The Sleepy Jackson, un exquisito grupo de atemporal pop que vale la pena conocer. Probablemente lo harás si caes prendado por este luminoso y radiante combo que son Empire Of The Sun, y aún más en este “Two Vines” (EMI / Capitol / Universal), que irradia optimismo y ganas de vivir.
Un grupo y un tercer disco que puede encantar a seguidores de propuestas de décadas pasadas como The Blue Nile, Prefab Sprout, The Postal Service, Fleetwood Mac o los más animados The Go-Betweens. Al mismo tiempo suenan actuales y jóvenes, con su encantador electro-pop, comparable al de sus compañeros de sello, los Capital Cities o Lorde, y a veces también bailable como los MGMT.
La presentación de este álbum es una preciosidad con colores, dibujos y decorados que parecen sacados de las más psicodélicas películas de Tim Burton. Y es que ellos van de nuevos hippies amantes de la naturaleza y del hedonismo. Eso es precisamente lo que irradian con temas que son claros singles como "High and low", que nos engaña con su título. Y es que de “low” hay bien poco y lo único que hace su radiante estribillo pop es llevarte “high” e inyectarte ganas de vivir y de gritar a los cuatro vientos que eres feliz y te sientes bien. Otro tanto sucede con el fantástico tema titular y en su estribillo, ese canto a la amistad y la solidaridad que es "Friends". Se ponen algo más melancólicos en la relajada pero muy hermosa y mágica "There’s no need".
También cuentan con muchas y destacadas colaboraciones instrumentales y vocales. Por citar algunas tenemos en varios temas las cálidas guitarras acústicas de Mark Goldenberg, que me encantan en "Way to go", un tema con un tono y un ritmo que recuerda a los mejores New Order (algo que también se aprecia, mezclado con los mejores Capital Cities, en el estribillo de "ZZZ"), ayudado además por los buenos teclados de Henry Hey, presentes en bastantes temas más, por ejemplo en la preciosa "Ride", con voces tratadas que recuerdan a los Kraftwerk más pop. Por cierto, que Hey y el bajista Tim Lefebvre, presentes en algunas canciones, son músicos que utilizó David Bowie en su despedida con "Blackstar", lo que dice mucho del cuidado instrumental que ponen en la parte más orgánica de sus sonido.
Otro prestigioso nombre colaborador es el de Wendy Melvoin, que perteneció a la banda The Revolution de Prince. Sumemos variadas juguetonas percusiones, la voz de Teddy Geiger (en la brillante "Digital life") y varias ayudas más, entre las que destaca la presencia de un lujo para ellos como es Lindsey Buckingham de sus admirados Fleetwood Mac. Y es que el eco de “Rumours” o “Tusk” se respira en la destacada y hermosa "To her door" gracias a sus coros y a sus guitarras, con una melodía para enamorar a cualquiera. Ya hacia el final tenemos más aires positivos y bonitos estribillos como el de "Lend me some light". Esto es justo antes de finalizar con un "Welcome to my life" tan animado y optimista como los mismísimos Fountains of Wayne. ¡Aunque no te chifle el pop electrónico tienen un encanto especial!