Por: J.J. Caballero
La historia de este outsider es la ya conocida en la vida y obra de tantos músicos que tuvieron que emigrar allende nuestras fronteras para intentar salir adelante con su trabajo, el artístico y el de cualquier otra índole, que ya se sabe cómo está el patio por estos lares. Mo(i)ses Rubin, cuyo nombre de guerra suena a héroe de película bélica, decidió establecerse en Leeds (UK) y empaparse de una tradición que desde el otro lado del charco le caló hasta los huesos en la misma medida que a la mayoría de sus referentes. Desde allí, inmerso en un viaje concienciado al rock de autor de hace varias décadas, consiguió dar forma definitiva (con la pequeña gran ayuda de sus amigos, los mecenas que se sumaron a la ilusión de ver por fin plasmado el proyecto) a las canciones que componen este extraordinario "Subtle atmospheres", algunas de ellas ampliadas desde su forma primitiva en "Bear with me", el EP con el que intentó salir del anonimato y que ya bocetaba las intenciones de un músico entregado y brillante.
En la mochila con la que viajaba metió todos los nutrientes posibles para que el proyecto musical que planeaba naciera con una salud de hierro. Básicamente, su pasión por los Beatles y en especial por el "Rubber soul" no lo convierten en un nostálgico, que también, sino que lo hace componer una canción preciosa como "Steppin stones" y rematarla con el estribillo más pegadizo del disco, además de arreglarla con las teclas de un wurtlitzer que le vienen como anillo al dedo. No son las imprescindibles vitaminas de los de Liverpool las únicas que contribuyen a una salud tan envidiable, sino las de otros proteínicos nombres clásicos como Donovan o Joni Mitchell o más contemporáneos como Iron and Wine para que el cuerpo tenga una robustez indudable. De haberse grabado en los 70, este trabajo competiría –en desigualdad de condiciones, claro- con los Pink Floyd más pegados al rock, o eso puede extraerse de un tema como "The rain", o con un Cat Stevens en plena época de inspiración, como se podría pensar al escuchar "Halfway through", una melodía de otro tiempo y otra generación, en los que la electricidad invadía lenta pero inexorablemente los esqueletos acústicos de armonías fantásticas en las que refugiarnos durante apenas unos minutos. Ahí es donde realmente conectas con los ambientes que contiene "Subtle atmospheres", predominantemente británicos y llenos de humedad salvaje, convirtiendo los paisajes en poesía y acercando a la emoción los versos en una lengua que sigue resultando extraña para muchos. El clasicismo, que no es igual que el clasismo.
El perfil artístico de Moses Rubin responde a unas inquietudes sencillas, orientadas por la mano maestra en el estudio de Ramiro Nieto (The Right Ons) y Martí Perarnau (Mucho), dos jóvenes impulsores del talento propio y ajeno que han sabido interpretar igual de bien la tendencia al reposo, casi en forma de nana, de "D woman" que la brillante radiación pop de "Shiny coloured waistcoat", a la que el amigo Germán Salto –otra luminaria reciente- barniza de optimismo. Con esos mimbres y los cimientos provistos por un arquitecto sumamente cualificado, el siguiente edificio sonoro puede sorprender aún más que el actual, y eso sería una noticia excelente. A este aún le queda mucho recorrido por todas sus plantas, y en cada una muchos recovecos que descubrir. Sigamos subiendo y bajando.