Por: Sandra Sánchez
Si hay una forma de describir la música que contiene el nuevo trabajo de Lambchop (el anterior lo lanzó hace ya cuatro años) esta es “alternativa”. No hablamos de ese término difuso en el que se engloban a artistas y bandas de toda clase y condición, en un cajón de sastre. Esto es realmente alternativo, porque se diferencia en gran medida de todo, conscientemente.
"FLOTUS" (For Love Often Turn Us Still) es un giro de timón en la carrera de Kurt Wagner. Le lleva (y a nosotros con él) a terrenos inexplorados a partir de lo ya vivido, con todos y cada uno de sus sonidos en la mochila, a modo de viaje sin destino, donde lo que importa es el trayecto.
Dos temas larguísimos, uno de casi 12 minutos y otro de más de 18, abren y cierran respectivamente este álbum. En el primero reconocemos al artista de Nashville, sus raíces folk, sus melodías cercanas que fácilmente pueden remitirnos a viejos temas de Simon and Garfunkel o de James Taylor. Muestra esta primera canción, "In care of 8675309", de dónde viene Lambchop. Y aventura la última, "The Hustle", hacia dónde dirige su barco, a un sonido puramente electrónico, en el que no queda ni rastro de folk. Sólo el piano, permanece fiel a Wagner, marcando la pauta a lo largo del disco.
Kurt Wagner ha tomado cosas de aquí y de allá, de sonidos de todo tipo que en algún momento de su carrera y de su vida le han interesado y que en todo caso le gustan y le llenan. Y hace destacar el detalle, lo rescata de la cotidianidad y lo hace visible, dándole máxima importancia. Su objetivo final ha sido, según dice él mismo, hacer canciones que a su mujer le guste oír mientras conduce.
No es, sin embargo, un disco fácil de escuchar, hay que decirlo. Es pura experimentación a partir de bases claras como el krautrock y el hip hop, a las que el artista y su banda incorporan también con gran protagonismo instrumentos de viento y piano. A lo largo del disco cobran poder las voces, tanto las femeninas, que aparecen evanescentes, etéreas, llegando de la nada, fundiéndose y distorsionándose hasta desaparecer, como la del propio Wagner, grave, rotunda, mucho más hablada que cantada.
Tanto la música como las voces envuelven a este álbum en un halo extraño y sideral, con una fuerte capacidad transportadora a lugares desconocidos y sin duda lejanos, a pesar de haber tomado Wagner los elementos que lo conforman de momentos y situaciones reales de su vida. Es quizá el mayor mérito de esta obra, el atrevimiento, la búsqueda más allá y la transformación sin límite. "Directions to the Can" tiene algo de sensual y de fantasmagórico a la vez, mientras que "Old Master" es ligero, bailable (lento), "NIV", el primer single, evocador y rítmico y en "Writer" hallamos el punto de encuentro entre lo clásico y lo moderno, el pasado y el futuro.
"FLOTUS" remueve algo dentro, pero sólo si le das la oportunidad de hacerlo. Es trabajo o cuestión del oyente, abrirle o no la puerta. Lo que hay tras ella será distinto para cada cada receptor, pero no dejará a ninguno indiferente, porque muestra un camino, uno nuevo.