Por: Kepa Arbizu
Que un músico decida denominar a uno de sus trabajos con el apellido de su (más que) productor, por mucho que en ello haya un juego de palabras implícito, es tan poco habitual como un síntoma inequívoco de la capital importancia que alcanza éste en el resultado global. Precisamente por eso “Caballero”, el nombre del segundo disco de Carletti Porta, está relacionado directamente con Rafael Caballero, auténtica mentor y mano derecha en la creación de este breve álbum, en el que ha aportado el manejo de los mandos, instrumentos y hasta su propio estudio. De regalo, más que merecido, ha quedado bautizado con su nombre.
Carletti (Carlos Navarro) Porta, albaceteño e inmerso en el mundo musical desde hace tiempo en diversos proyectos, es a partir del 2010, con el disco “Baby Hannah’s Album”, cuando hace su presentación en solitario. Una actividad que tiene su continuación con, en este caso, un EP de ya comentado elegante nombre y que supone también una traslación geográfica, ya que ha mudado su centro de operaciones desde Irlanda hasta la propia ciudad manchega, de la que además provienen los diferentes músicos que han tomado parte en su elaboración.
El ya mencionado cambio de ubicación supone, y es lo verdaderamente relevante, retomar, o por lo menos hacer más ostensible, un “acento ambiental” manchego que deja su rastro en estas composiciones, por mucho que estén dominadas por el sonido americano en su vertiente más íntima, profunda y arenosa, también en lo que a los textos se refiere. La aridez, lograda tanto por la instrumentación como por una forma de interpretar seca, dirige este parco -en extensión- disco que se abre con toda una declaración de intenciones como resulta ser “Vendaval”, que a ritmo de vals, y en un medio camino entre Nacho Vegas y Lapido, marca ese tono sobrio pero trabajado en matices.
Tomando como eje central estas pautas, los tres temas que le acompañan apuntalan ese mismo contexto pero al que irán haciendo adoptar diferentes (aunque sutiles) representaciones. “Allelluyah”, confeccionada en su parte musical por Honky Tonky Sánchez (proyecto del Mercromina Carlos Sánchez), un referente que abarca mucho más allá de este tema en particular, y decorada con versos de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez o José Hierro, en conformidad a su título ahonda en una manifestación elegíaca e incrementa ese aspecto más desolado. La atmósfera de western será la que se pose en “Leo”, con un aspecto onírico y romántico, y sobre todo en la polvorienta “Brindemos amigos”, en la que destaca el papel de las trompetas, lo que junto a ese tono fronterizo nos lleva hasta a unos primeros Calexico.
Las fotografías de Walker Evans, la literatura de Flannery O’Connor o el cine de John Huston son variadas representaciones de ese imaginario creado por el gótico sureño. Ese mismo del que Carletti Porta se alimenta y reubica en su propio entorno, el de tierras manchegas. Una conjunción perfectamente expresada a través de este EP que, aunque resulta obvio que nos deja con ganas de mucho más, nos sitúa en un terreno musical realmente particular y atractivo.