Por: Txema Mañeru
Con la tontería han transcurrido tres años desde la publicación del último disco de Calamaro con canciones nuevas. Fue “Bohemio” (Warner Music) y la verdad es que fue un muy buen disco del argentino del que han salido ya varios clásicos más para su larga lista de ellos. De todas formas los fans de Andrés no se podrán quejar de todo el material que nos ha llegado en los últimos tiempos. Y es que la amplia gira de “Bohemio” dio para dos buenos artefactos en directo como fueron “Jamón Del Medio” y “Pura Sangre”. En ambos, bastantes canciones de “Bohemio”, y el segundo de ellos también con un buen DVD con interesantes novedades respecto al disco. Además, y como también ha girado en los últimos tiempos con Bunbury salió “Hijos Del Pueblo” (Warner) a nombre de los dos.
La guinda ha venido este mismo año con el Volumen 3 de su serie “Grabaciones Encontradas”. Se titula “Romaphonic Sessions” (GASA / Warner) y se enfrenta a un montón de clásicos suyos y algunas acertadas versiones de Litto Nebbia, Aníbal Troilo, Astor Piazzola o Carlos Gardel, por duplicado con "Soledad" y la preciosa "El día que me quieras". En su compañía solamente el piano de Germán Wiedemer.
Un Germán que sigue siendo parte fundamental en este “Volumen 11” (Warner Music). Un disco de 19 canciones que reúne canciones de los últimos cuatro años en muy diferentes sesiones y con una gran variedad de registros estilísticos. Un disco, por tanto, con muchos momentos disfrutables, pero también algo irregular. Igual con un vinilo convencional de una docena de canciones le hubiera quedado un disco más redondo, pero siempre puedes juzgar y no escuchar las que no te llenen demasiado. Desde luego, creo que aquí no habrá más de dos o tres clásicos para sus futuras actuaciones. El disco tiene bastantes momentos blues, unos cuantos aromas de tango y homenajes al rock argentino clásico que tanto le gusta y admira.
Comienza salvaje y punkabilly al estilo de los comienzos de Los Coyotes. El tema es "Apocalipsis en Malasaña" y pertenece a la banda sonora de la última película de su amigo Alex de la Iglesia, “El Bar”. Luego tenemos el falsete forzado de la extraña y melódica "Frío y barro (2ª parte)". Sigue otra buena melodía como es "Rock & juventud", sacada de un proyecto colectivo de Javier Corcobado y que también suena algo particular por un loop de percusión al que no estamos nada habituados. El blues llega con "Tan triste no es el blues" con guapo hammond de Germán.
El rock eléctrico también tiene su hueco con un buen single con gancho como "La noche". Los homenajes al rock argentino comienzan bien con "Pescado Rabioso" (Spinetta) y su "Como el viento voy a ver". Acerca más al tango el "Mareo" de los Babasónicos y hace buen blues eléctrico con el "Blues de Santa Fe" de Pappo Napolitano. También hay blues a lo Willy DeVille en "Hasta el cielo" y de formato clásico y narrado en "Blues y orquesta". Un excelente momento es su gran versión del "Que te vaya bonito" de su adorado José Alfredo Jiménez con el celestial piano de Germán. Se despide provocando con un instrumental de más de doce minutos titulado "Trujillo libre" con buen trabajo de guitarras de Julián Kanevsky y Baltasar Comotto, que son los dos músicos más presentes en el disco, pero muy por detrás del mencionado Germán Wiedemer. Aires jazz y experimentales y la sorprendente gaita hembra de Andrés.
Pero hay trampa porque todavía queda espacio para un buen tema escondido titulado "La burra", con aromas entre funk y jazz. Luego está el tema de las letras que, por cierto, vienen impresas en el libreto del disco. Su cáustico sentido del humor y su incorrección política son protagonistas claros a este respecto. Además, para rematar su faceta provocativa y rompedora se anuncia que hará un dueto con Julio Iglesias. Como dice un amigo mío… ¡Qué tipo!