“Vivimos en un país que, musicalmente, no tiene nada que envidiar a nadie en el planeta”
Por: Sergio Iglesias
El último trabajo de Depedro, alter ego de Jairo Zavala, supone un paso adelante en la discografía de este cosmopolita músico. “El pasajero” se presenta como un viaje de once canciones a través de las experiencias musicales y vitales que Depedro ha vivido por todo el mundo durante estos últimos años.
En este nuevo trabajo, al igual que en tu anterior “La increíble historia de un hombre bueno”, has contado con la ayuda de Craig Schumacher…
Depedro: Sí, Craig es una persona con la que tengo un lenguaje musical común, que me entiende perfectamente y me da una calidad excepcional. También tiene una sensibilidad, un talento y una técnica para llegar a objetivos fuera de toda duda.
A pesar de seguir la senda de tu anterior disco, ¿qué diferencias podemos encontrar entre “El pasajero” y “La increíble historia…”?
Depedro: En este, a excepción de una colaboración, todo se ha grabado en quince días en la misma habitación. Ha sido un proceso totalmente analógico y a la vieja usanza: todos grabando juntos hasta que la toma estaba bien en relación a la emoción, es decir que hasta que no conseguíamos esa magia no se pasaba a la siguiente canción. En el anterior, sin embargo, se utilizaron diferentes técnicas y se grabó en diferentes lugares, y eso marca una diferencia importante.
Hablando de las colaboraciones, en “DF” cuentas con la colaboración de Bunbury en un tema que parece haber sido escrito para él…
Depedro: La verdad es que desde que tuve la idea de la canción tuve clarísimo que tenía que llamarle y él parece que también estaba esperando porque me contestó inmediatamente. Ha sido una de las colaboraciones más fáciles, porque él es una persona que nunca se queda estancada y sigue probando cosas nuevas y haciendo colaboraciones con esa generosidad que le caracteriza. Además, como tú dices, la temática de la canción le venía como anillo al dedo porque es una persona que ha vivido en México y que se ha inspirado mucho en esa tierra para hacer música y entiende sus códigos. No obstante este tema no es un homenaje sólo a D.F. sino a todas las grandes ciudades.
También has contado con la colaboración de gente como Naim Amor o Gaby Moreno y los habituales apoyos de la gente de Caléxico y Devotchka.
Depedro: Sí, así es. Naim es un amigo músico que vive en Tucson y, como yo necesitaba a alguien que hablara francés y él es de Paris, por eso vino a cantar en una estrofa de “Gigantes” y también metió una guitarra en “Acuérdate”. Gaby Moreno es una cantante guatemalteca maravillosa que ha hecho un trabajo vocal y de coros de una calidad extraordinaria y Tom (Hagerman) fue una ayuda tremenda a la hora de hacer los arreglos de cuerdas del disco. Y por supuesto… Calexico, mis compañeros de viaje desde 2008; en general he estado muy bien arropado en este disco.
¿Habría sido posible hacer “El pasajero” sin haber viajado tanto como lo has hecho estos últimos años?
Depedro: No creo y el propio título lo dice. Pero “El pasajero” habla, sobre todo, de viajes personales, porque los viajes físicos te aportan cosas pero con lo que realmente te llenas la maleta es interactuando con personas y, en mi caso particular, con músicos de otros lugares. Me nutro de todo eso y tengo la suerte de haber tocado en África, en América de norte a sur, en Nueva Zelanda, Australia… este disco es deudor de todo eso que he conocido y “El pasajero” ha probado muchos asientos en estos últimos años.
Con toda esa experiencia que tú tienes, ¿crees que, musicalmente, se hacen mejor las cosas fuera?
Depedro: Para nada. Yo creo que vivimos en un país que, musicalmente, no tiene nada que envidiar a nadie en el planeta. Tiene una diversidad cultural, idiomática y climática que es una maravilla, es un sitio por el que han pasado muchas culturas y todas han dejado su poso. Conozco muy pocos países que tengan tanta riqueza, lo que pasa que no nos paramos a pensarlo. Pero lo de hacerlo fuera no era una cuestión de comparar, sino de disfrutar de otras cosas. De hecho, a mí no me gusta la palabra “comparar”, sino la palabra “compartir”.
También vemos un paso adelante en la búsqueda de nuevos sonidos con una amplia cantidad de estilos…
Depedro: Ahí se ven un poco mis principios como músico en el underground, cuando empezaba a jugar con los primeros colores. Pero, al margen de que haya muchos estilos, intento no perder la voz y que haya un discurso común en el sonido. Depedro está ahora en esa lucha de conseguir una identidad sonora al margen de la cantidad de sonidos de los cuales nos nutrimos.
Otra cosa que se puede apreciar es una evolución vocal en temas como “La casa de sal”.
Depedro: Sí, ahí tiene que ver mucho el productor, que me apretaba y hasta que no salía todo perfecto no se daba por bueno el tema. Se ha sudado tinta en este disco, no ha sido fácil y, por eso me alegra mucho que hayas notado esa evolución. Yo lo hago lo mejor que puedo con mis limitaciones y he intentado dar el do de pecho…en esta situación no he llegado a un do pero se ha quedado cerca (risas).
Te voy a preguntar por algo que, seguramente, habrás respondido infinidad de veces: ¿se echa de menos el formato de banda como cuando estabas con 3.000 hombres o con La Vacazul o se trabaja mejor solo?
Depedro: Hay etapas para todo y claro que, en ocasiones, se echan de menos cosas, pero no vas a comer lentejas todos los días ¿no? Yo ahora estoy disfrutando al 100% esto igual que en su día disfruté al 100% de tener una banda. De todas formas, tengo la suerte de rodearme de gente que tiene ese espíritu de banda, me ayuda y me apoya, y es como que no me he desvinculado de la banda. Siempre intento crear ese ambiente con los músicos con los que trabajo, no se me ocurre llevar un discurso separado de ellos y no entendería el viaje de otro modo.
¿Es un lujo, en estos tiempos que corren, poder hacer una gira tan larga como la que tienes entre manos?
Depedro: Sí, pero me molesta profundamente que mis músicos toquen mejor que yo (risas). Y sí es un lujo poder tener una gira tan larga pero es lo que hay y hay que trabajar.
Hace unos meses hablábamos con Dani Nel.Lo (Los Mambo Jambo) sobre tu labor en la producción de su último trabajo, “Mambology”, y destacaba esa mirada cosmopolita que habías aportado al disco…
Depedro: Hay mucho más en común de lo que pueda parecer. A mí me encanta todo lo que hace Dani, su estética, cómo elige los colores… Pero, al margen de eso, donde sí hay conexión es en la pasión con que se vive la música, en la búsqueda de honestidad tocando y eso él lo tiene y yo me agarro a ello. Para mí eso es gloria y la verdad es que estoy muy orgulloso de ese trabajo. Pero también ayuda trabajar en el pedazo estudio de Kaki Arkarazo en Andoain.
Ahora no me queda tiempo para hacer más producciones porque estoy tocando 20 días al mes, pero sí que me gustaría seguir aprendiendo en ese camino porque creo que puedo aportar cosas a determinada gente.